La reanudación de actividades en las Universidades, como todos los años, esta vez, está prevista para el próximo 13 de septiembre es decir, 13 días antes de las elecciones que como sabemos serán el 26 del mismo mes.
Se sabees un grito a voces y vox populi, porque no lo pueden ocultar, que los partidos de oposición están ansiosos porque ese día llegue, ya se están reuniendo desde ahora, aprovechando los cursos intensivos y se están preparando para introducir en la campaña un ingrediente de violencia para lo cual también sabemos, desde hace varios años, existen grupos de choque perfectamente entrenados en la quema de vehículos, guarimbas y otros hechos de violencia que en no pocas ocasiones han terminado con heridos y hasta muertos.
Visto lo anterior, que para nada es irresponsable pensar, está en los planes del oposicionismo ante la inminente derrota que les espera, el CNE como máximo rector de los procesos electorales, de manera sabia y previsiva, debería solicitarle formalmente al Ejecutivo la posposición de la fecha de inicio de las actividades escolares a todos los niveles, hasta después de terminado, en todas sus fases el venidero evento electoral del 26 de septiembre. Seria una medida con la cual la mayoría del pais, que quiere ver transcurrir en paz este nuevo ejercicio de la democracia, estaría de acuerdo y el CNE, ganaría mayor respeto y credibilidad.-
FELICES CON SU 38 %
Los escuálidos y sus medios, alegres cual tísico, están haciendo fiesta afirmando que: "Chávez aceptó que bajó su popularidad", como si el 62 por ciento que dijo haber leído en una encuesta que le llegó, fuese cualquier conchita de ajo. Por el contrario si a ver vamos el hecho de que titulen en sus medios y batan palmas porque Chávez de una manera sarcástica, dice lo que dijo y en su brutalidad, ya inocultable el oposicionismo interpreta tal afirmación, como una debilidad, lo que nos dice en realidad es que la derecha acepta ese 62 por ciento como bueno, y es que no puede ser de otra manera, el fenómeno que es Chávez lleva más de 11 años demostrando fehacientemente que su arraigo en el corazón del pueblo no tiene comparación, con casi ninguno de los lideres del mundo y que el venezolano en su justa decisión premia a quien día a día demuestra su entrega y su disposición para enfrentar los problemas sean del tamaño que sean, superarlos y mejorar las condiciones, algo a lo que la gente no estaba acostumbrada pues los gobernantes anteriores parecía que tenían la voluntad y el liderazgo muy recóndito y carecían de iniciativas de las que todo líder debe hacer gala especialmente en los momentos más difíciles.
El hecho de que 62 de cada 100 venezolanos apruebe al Presidente, deja solo para que los enemigos de la revolución y los llamados ni ni se repartan un 38 por ciento que en verdad es lo que tradicionalmente, a duras penas, han podido mantener en el tiempo a pesar de sus campañas sucias, y la forma poco inteligente con la que pretenden salir del líder revolucionario.
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