Claro de tierra

¿Qué dijo María Corina Machado San Cristóbal?

Este viernes 22 de julio, en el auditorio de la Universidad del Táchira, la diputada María Corina Machado, opositora al gobierno del presidente Chávez, presentó su candidatura a la presidencia de la república, para el período 2013-2019. El rector de la universidad definió el acto como una prueba de la “pluralidad” que propician las universidades nacionales, también opositoras al gobierno nacional. Lo cierto es que esa supuesta pluralidad se traduce en el uso partidista de los espacios universitarios y no incluye a la izquierda, es decir, cobija preferentemente las ideas liberales y neoliberales, tan golpeadas actualmente por la crisis global del sistema financiero. Pero, dejemos al rector con su pluralidad acomodaticia y reseñemos brevemente el evento y la alocución de la candidata, para develar otras facetas significativas del pluralismo de la derecha.

El acto se redujo a la alocución de la diputada, que puede leerse en su espacio de Internet y verificar que es el mismo para todas las regiones que ha visitado, en esta gira de campaña electoral adelantada. Las variaciones se las aportan los equipos regionales de derecha, para permitirle que diga, como ocurrió aquí, que el puente sobre el río Torbes se había caído. Porque lo importante es encauzarse dentro de la matriz comunicacional opositora, de que el país está en ruinas. Podríamos ironizar diciendo, no importa, si el puente no se ha caído, lo tumbamos, para que la realidad real coincida con la comunicacional.

Pero quiero destacar aquí, que no hubo debate al final del discurso express –perdonen el término gringo–, quizá porque ya todo estaba dicho y los presentes nada tenían que agregar, sino apenas convalidar una postura política. Esto no pasa ni en los Estados Unidos, el patrón que evidentemente siguen los eventos de la diputada, porque aunque a los estadunidenses se les considera bastante pasivos en materia partidista, allá ponen los mismos globos de colores como adorno, pero el candidato responde a algunas interrogantes del público.

Esta forma de interacción unilateral, dirigente preclaro-público sumiso, me hace recordar un comentario de Manuel Borrego, héroe popular de la independencia argentina, cuando se le negó el derecho de palabra a los diputados en la Congreso: “Quizá no sería extraño que mañana se quiera privarlos absolutamente del uso de la palabra, como a los estudiantes en las aulas.” (Brienza, Hernán. El Loco Dorrego. Buenos Aires, Marea, 2011. p. 243. Este libro se lo envió de regalo Cristina Kirchner a Hugo Chávez).

¡¿Cómo?! ¿Los estudiantes no podían hablar en las aulas? Mire como viene uno a enterarse. ¿Estará pasando eso ahora en la Universidad del Táchira? Por algunos comentarios que he recibido, es así. El nombre del presidente no se puede mencionar en las aulas, los profesores despotrican del gobierno en sus clases y nadie puede contradecirlos, so pena de represalias con las calificaciones. Esta es la realidad “plural” de que habló el rector. Una profesora de la Universidad del Táchira escribió una “historia” de la institución y borró la huelga de 1979, en la cual los estudiantes conquistamos de los gobiernos adeco-copeyanos, el transporte estudiantil, el comedor universitario, las becas y el servicio médico. ¿Algún estudiante actual de la UNET sabía esto? ¿O le impidió saberlo el “pluralismo”?

Pasa que la derecha le rinde culto a una falacia universal, “el principio de autoridad”. La verdad reside en la autoridad y la autoridad no discute, dicta y espera que los oyentes pasivos asuman los dogmas como propios. Como vemos, pocos cambios desde que nacieron las universidades, en el período feudal de la historia. Por eso sobreviven esas batas horrendas y esos birretes payasescos, que gente supuestamente liberal sigue usando, como símbolo de poder académico vertical y consentida identificación con valores de la Europa servil. Por eso me gradué por Secretaría y perdonen la alusión personal.

La renuencia de la derecha a debatir la vine a comprender hace poco, rememorando un debate por la prensa con una “vaca sagrada” regional. El encuentro no pasó de mi primera réplica. Porque la autoridad académica no se somete a discusión, eso representa una debilidad para ella. Ningún pensador de derecha se expone a que lo contradigan y lo hagan quedar en ridículo, por la débil base de sus posiciones teóricas. Además, los jóvenes estudiantes están ávidos de ideas y tienen poco bagaje para someter a crítica lo que les trasmiten en las aulas, por obvias razones de edad. De manera que si la propia universidad no estimula la crítica y el debate, todo queda reducido a la absorción pasiva y acrítica de prejuicios.

Pero, algo le sale mal a la derecha a pesar de tantas precauciones. A medida que avanzaba la alocución de la diputada, los aplausos eran más débiles. Quizá estaba por cerrarse el comedor y había apuro en los estudiantes, que por cierto no eran mayoría en el auditorio. O este método de “pasto y pesebre”, que ya había detectado Karl Marx en la universidad de su época (siglo XIX), está produciendo tal apatía entre los estudiantes, que ni siquiera sus políticos insípidos los entusiasman.

La extasiada diputada Machado de la entrevista con George Bush, se hizo esperar más de una hora, caminó por el pasillo central del auditorio repartiendo besos y sosteniendo heroicamente la sonrisa. Recibió con normalidad la lisonja del rector y dio los agradecimientos de rigor. Regurgitó la matriz teodoropetkoffsiana del país demolido y arruinado. Pasó a seducir la simpatía de los tachirenses, explicando las humillaciones a que este gobierno bolivariano los ha sometido. Resucitó el discurso de la más rancia derecha: Tradición, familia y propiedad. Destacó pero no mucho –no la vayan a confundir–, su condición de mujer, hasta donde le sirve para buscar votos pero antes de identificarse con algún feminismo revolucionario, ¡horror!  

El público sacó fuerzas de la reserva para un aplauso final algo entusiasta. Algunos fueron a sacarse fotos con la diputada, otros en carrera al comedor universitario, ese que ganamos en la magnífica huelga del 79, aunque los seudo-historiadores quieran que se olvide, la “pluralidad” universitaria simulada se anotó otro triunfo y, hoy en la madrugada, volvió Chávez de Cuba con buen semblante y enérgico, lo que me motiva a dedicarle esta crónica.

luisanvar@gmail.com

S. C. 24-07-11



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Luis Vargas


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