Escupiendo pa arriba

Cada vez que la oposición va a elecciones, invita a los votantes no mediante la presentación de propuestas convincentes, desarrolladas a partir de un conocimiento profundo de la realidad y de las verdaderas necesidades de la gente, sino animándolos a dejar de lado el miedo.

Ni siquiera de manera tangencial se pasean por la idea de que los electores no quisieran votar por ellos no por miedo sino simplemente por falta del elemental encanto que hace falta tener en un evento de esa naturaleza para motivar a la gente. Se consideran automáticos. Que cualquiera que pongan es bueno y que por él votará toda Venezuela sin más ni más. No importa su escaso discurso, su falta de carisma, ni sus pobres dotes como prospecto de estadista. Lo que importa es que es uno de ellos… los buenos.

Tanto atribuyen la maldad al "otro", que olvidan por completo su propia naturaleza humana y se tornan a sí mismos en incorruptibles ángeles de la pureza, al extremo de asumir como impensable que tan siquiera uno de los suyos, allá en lo más recóndito de Bobures, pueda ser capaz de aprovechar su soledad en medio de las primarias y ponerse a meterle unos cuantos voticos de más a la máquina electoral que le toca atender y que de manera prodigiosa le han dejado por fin a su cuidado sin ningún tipo de parafernalia chavista, como testigos, captahuellas, tintas indelebles, ni sistema de verificación alguno.

Según ellos, los escuálidos no hacen trampa. La trampa la inventó Chávez para joderlos a ellos, y por eso las mejores elecciones serán siempre las que prescindan de todos esos perversos mecanismos que él inventó con la sola idea de robarles la libertad y el futuro.

Toda esa historia horrenda de "acta mata votos" que ellos inventaron, perfeccionaron y practicaron durante décadas, todo ese oprobio de las firmas planas, todo ese empeño en abultar sus números, como lo han hecho siempre, se les difumina en la mente ante la figura de Chávez, cuya mención apenas les resetea el cerebro hasta lo más hondo.

Cuando un tribunal protege a uno de sus propios candidatos mediante un amparo constitucional (que no pide ver cuadernos sino que no se quemen), nadie responde. Todos voltean ipso facto hacia afuera y gritan desaforados... ¡Ese es Chávez que nos quiere joder otra vez!

albertoaranguiel@gmail.com


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Alberto Aranguibel

Comunicador social e investigador. Conductor del programa Sin Tapujos, que se transmite por Venezolana de Televisión. Asesor Comunicacional y de Imagen en organismos y empresas públicas y privadas.

 albertoaranguibel@gmail.com      @SoyAranguibel

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