Con el triunfo de Francisco Ameliach en las elecciones del 16/D., para ser el próximo inmediato Gobernador de Carabobo, se reivindica la razón histórica que venimos trayendo a cuestas los carabobeños comprometidos con el pensamiento de Simón Bolívar, para seguir empeñados en cobrarles a los antibolivarianos, que desde estas tierras conspiraron y ejecutaron su perfecta traición contra El Libertador y a favor de la recién gestada oligarquía.
Asimismo, sin remontarnos a los distintos episodios vividos durante los doscientos años de dominación oligarca, que son bastantes, se puede tomar la referencia de los últimos años, donde, muy a pesar de las contundentes victorias políticas obtenidas con el Comandante Chávez, en la máxima jefatura del proceso revolucionario que se desarrolla en Venezuela, lamentablemente en Carabobo, la deuda carabobeña con la Patria sigue sin saldarse, fundamentalmente porque, entre muchísimas e importantes razones, estos oligarcas han y siguen contado con recursos económicos, políticos, culturales, que les ha permitido permear o infiltrarse en las filas del proceso, bien sea con halagos directos o encubiertos y por intermedio de personeros disfrazados.
Nadie niega el vínculo de los Salas Rômer con esta oligarquía y sus lazos antinacionales experimentados desde sus gobiernos, lo cual, no solo les permitió permanencia en el poder político de este estado durante casi 20 años, sino que les sirvió para amasar sumas escandalosas de recursos económicos, a costa de la no solución de innumerables problemas del pueblo de Carabobo, gracias a las maniobras, desviación, malversaciones, desvío, traslados ilegales, engorde de cantidades de dineros en bancos, retardo y negación de pagos para trabajadores en general, que concibió, preparó y ejecutó en su provecho particular, ante los ojos y oídos de las diversas instituciones encargadas de vigilarlos y controlarlos.
Por otra parte, ya se escuchan desde los pasillos de la Gobernación y demás instituciones estadales, que estos pillos andan desarmando, borrando, sacando o destruyendo cualquier evidencia que los incrimine, claro, piensan que los recursos con que cuentan les permitirá salir airosos de nuevo, tal y como paso, en la llegada de Acosta Carles como gobernador, quien, durante los primeros meses discurseaba señalando a los Salas como ladrones, pero después, todo al olvido.
Estas últimas razones nos deben obligar a solicitarle a Ameliach, que no solo desde ya, tome las medidas necesaria para evitar que raspen la olla, sino que se disponga, sin miramientos, con la Espada de Bolívar en mano, solicite investigación y sanción penal respectiva ante la Fiscalía General de la República, para evitar que el Pollo y sus principales colaboradores evadan la justicia, que no debe concluir con otra cosa distinta a la cárcel, porque lo tiene más que merecido, permitir o aceptar todo lo contrario significaría que la deuda con El Libertador, en Carabobo seguirá pendiente.
Abg. Gustavo Vásquez Valencia - Carabobo
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