La oposición o lo que debe ser la oposición, es la pelota de hilo sin punta que los venezolanos tenemos entre los dedos buscando adivinar cuál debe ser el rol que desempeñen; pero cuando decimos oposición, aclaramos que ese “pueblo” confundido que les hace caso, no forma parte de los burgueses pagados que dirige esa oposición.
La oposición entendida como el grupo, o sector del otro u otros partidos políticos que no gobiernan, se supone que deben ser hombres y mujeres que hacen parte del equipo contrario a los interese que defienden, pero no contrarios a los interés de la nación. Sin embargo, en Venezuela y de seguro en otros países donde esas oposiciones responden a intereses transnacionales, dejan de ser los opositores que se reconocen como tales, para convertirse en negadores de todo cuanto adelante el Gobierno de turno en bien de su pueblo. Y en el caso de Venezuela donde vamos rumbo a una real Democracia bajo los parámetros socialistas, estamos viviendo una encrucijada con la postura sin ton ni son que pretenden embutirnos sin vaselina. Embutidos que nos obligan a corearle sin descanso: ¡NO VOLVERÁN!
Sabemos que muchos pueblos atraviesan la misma problemática con esas oposiciones que no tiene ni rabo ni cabeza, pero esta nota se centra en la vergüenza que vivimos los venezolanos. ¿Qué entendemos por oposición? qué hace la oposición venezolana? a quién responde la oposición venezolana? son venezolanos los hombres y mujeres de la oposición venezolana?
Antes de responder los interrogantes anotados, tratemos de describir el “trabajo” que la oposición venezolana viene desarrollando en nuestra patria. La oposición venezolana contradice por contradecir, desazonan todo de la manera más infantil y disgustan al pueblo y se disgustan entre ellos; se enfadan y nos enfadan, fastidian y nos incomodan, nos mortifican, atacan y nos estorban sin tener razón alguna. No se oponen, porque niegan todo y se niegan ellos mismos como hombres y mujeres contrarios a la filosofía del pueblo que gobierna; son contradictorios porque les parece que esa es la táctica; se hacen los antagónicos para sentirse distintos y diferentes; son supuestos adversarios que compiten más entre sí mismos que con el gobierno; contienden con el pueblo que han adoptado como enemigo, cuando debiesen hacerlo contra las determinaciones del Estado cuando ese Estado cometa algún desliz político o administrativo; son antagónicos rivales que hacen del contrincante el mejor de los héroes.
La oposición venezolana es dañina no construye, son nocivos para la salud del Estado venezolano y del pueblo; nos perjudican en lo Interno y lo externo porque sólo ejecutan ordenes de los enemigos internacionales de Venezuela y, el pueblo no sólo lo observa sino que lo siente. Son funestos con la más vil de la pernicias cuando insisten en seguir buscando deslegitimar a su Patria y legitimar al imperio que los sostiene. La oposición venezolana obstruye y cierra toda posibilidad de diálogos y convivencias, aunque ya lo sabemos porque su naturaleza no tiene componte. Bloquean toda tentativa para reconciliaciones porque todo intento lleva impresa muchas ensartas de condiciones perjudiciales para el Gobierno y el pueblo; son ciegos porque la venda de cuero que les proporciona sus odios no les permite ver ni siquiera la venda.
Tenemos por lo consiguiente, mucha tela que cortar para describir tan funesta cosa que tenemos por oposición, pero los interrogantes nos dejan de una pieza cuando preguntamos por ejemplo: ¿son venezolanos los hombres y mujeres de la oposición venezolana? Cúmulo de respuestas afloran a nuestras mentes cuándo vemos el origen de cada uno de ellos y ellas con dos o tres excepciones. Mil respuestas que nos hacemos cuando les vemos buscando indisponer a Venezuela en Entes inorgánicos de carácter internacional que siempre pierden. Respuesta fácil de contestar cuando aplauden al extranjero que ataca al comandante Chávez, al pueblo y a sus empresas básicas. Y la máxima de las respuestas es, no son venezolanos porque sus bienes materiales y sus objetivos mentales responden a las directrices que les dictan en Washington. ¡Qué vergüenza de oposición tenemos los venezolanos!
¡Viva Chávez! ¡Viva Chávez! ¡Viva Chávez!
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