Seguir usando la categoría folklórica guarimba para caracterizar los hechos violentos de la derecha en Venezuela, es casi esconder un acto que en política se llama terrorismo.
Creo que seguir llamando guarimba a los actos que atentan contra la seguridad del Estado, la continuidad de un proyecto económico-social y la tranquilidad de la población venezolana, es tratar con blandura o paños tibios un hecho que como en Ucrania llegó a las consecuencias golpistas, que ya se conocen.
Guarimba es un término que ni jurídicamente puede ser sancionado, es más cómodo así. Se capturan los guarimberos se les da un consejo, y luego se vuelven a soltar. Pero estos, hijos de mami y papi, regresan más agresivos. Derriban árboles, incendian bosques, bloquean carreteras, mantienen las barricadas custodiadas y armados (La madrugada del sábado se hirió a dos efectivos del Ejército Nacional Bolivariano, cuando removían escombros y barricadas en San Cristóbal-Táchira), asesinan guardias y civiles, pretenden tomarse plazas al estilo Maidán y no se detienen.
Si esto continúa con ese mismo ritmo, los efectos psicológicos, económicos y sociales comenzarán a aparecer; y ya el país enrumbado por esa ruta, mostrará la inoperancia del orden estatal y un pueblo desinteresado en combatir, más bien convertido en espectador (Eso es lo que la derecha pretende demostrar).
Detrás de esos actos hay expertos militares e idóneos en guerra psicológica, no son simples guarimbas, son actos de guerra. También, hay un manejo mediático de los actos terroristas. Las acciones paramilitares de los derechistas, se muestran en los medios como si fueran actos de luchadores por la libertad y la democracia y las respuestas del Estado aparecen como represión y violación de Derechos Humanos.
Apegados a la Constitución hay un orden que defender, vinculados a las razones de la lucha que fundó Chávez, nadie debe quedarse de espectador tiene que luchar por defender el socialismoRodilla en tierra, parece que decía Chávez.
Conciencia política de revolucionario. En Ucrania se subestimó militarmente al enemigo y se perdió el poder.
Decir guarimba a esta altura de la agresión, suena como miedo a usar tácticas militares, el poder del pueblo y de la Constitución en el combate del paramilitarismo de la derecha.
¡Ojo, el capitalismo y la derecha son más viejos que el socialismo!