...Continúa la rebelión sifrina

Continua el alzamiento de los ricos, que absurda resulta la postura de esa gente. He tenido la oportunidad desde la ciudad de Valera monitorear los hechos y veo que gente “rebelde” muchas veces no tiene ni idea de lo que está haciendo.

Me causo mucha risa ver a una adolecente muy maquilladita y arregladita, caminando por la Av. Bolívar; en las inmediaciones del conjunto residencial “El Murachi”; con una pancarta acercándose a donde estaban los efectivos de la G.N.B que decía algo así: “Deseo que lo único que nos roben sea los besos”.

Igualmente el día que las poblaciones de la Puerta y Mendoza; más la gente que los acompaño; quitaron las barricadas en ese sector vi a una señora que exclamaba: “Estamos cansados de 14 años de dictadura”.

Definitivamente estas personas están disociadas, como será de grave su enfermedad mental que alucinan como aquel señor que manifestó que habían traído a 180 cubanos para matarlos.

Fui testigo de la revolución sifrina y como tal podría contar muchas cosas, llegue al otro sitio en el municipio Valera en donde se dieron las guarimbas; en la Urb. La Beatriz; en compañía de un amigo para sacar a su hijo de un apartamento que había sido apedreado por quien sabe quién. Vi a la gente comentando que había cubanos disfrazados de policías y guardias.

Observe con tristeza como mucha gente salió a pelear contra una invasión cubana, que solamente en sus mentes disociadas se estaba dando. Muchos de ellos no les importo andar armados y hasta disparar. Para muestra basta un botón de lo que hicieron peleando una guerra de posiciones desde las urbanizaciones La Beatriz y el Murachi. Fui testigo como intentaron quemar las oficinas del Fondo Único de Desarrollo del estado Trujillo (FUDET) con personas adentro.

Pregunto: ¿Esto es una reacción de personas normales quemar vivos a otro ser humano? No escondería en ellos un psicosis de amplias dimensiones.

Analizo con temor las intenciones de muchos sectores de la oposición que esgrimen la solución de la injerencia de la ONU, que sin saber las consecuencias de una invasión de los cascos azules.

La locura es tan grande que piensa o mejor se les olvida las operaciones de tierra quemada que realizan los yanquis en sus invasiones, siendo estúpidos estos personeros al creer en bombas solo mata chavistas.

Estos “tarados” creen luchar una guerra de liberación que pelean desde sus propias ratoneras. Pobres diablos.

Estas personas disociadas temen que las mayorías les quiten sus privilegios o simplemente no ven con buenos ojos que por fin llegara a Venezuela un gobierno que les importara los más pobres, eso les duele y les preocupa o que los empresarios no se puedan ganar el 1000 por ciento. Lo más cómico o mejor trágico cómico es que las personas estas han salido beneficiados en muchos sentidos olvidando la crisis tan grande que se vivió en el gobierno de Caldera y de Pérez, en donde salieron seriamente golpeados. No recuerdan que en la quiebra de los bancos solamente el gobierno reconoció cuatro millones de los ahorristas, siendo seriamente afectados los que tenían más dinero. Qué rápido se les olvidó.

Otra cosa que quiero cometer es la alharaca que tienen los sectores ya conocidos de la violación de los derechos humanos, los abusos policiales y bla, bla, bla. Si lo único que se le puede acusar a los cuerpos de seguridad es de demasiada blandura a la hora de dar respuestas a estos destrozos que los disociados provocaron. Imagino en el gobierno de difunto Pérez la respuesta ofrecida si estas guarimbas hubiesen intentado acabar con el orden público de esa época.



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José Rosario Araujo


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