No lo han dicho por redes pero ya es vox populi lo de la toma de Caracas por grupos de guarimberos, de aquí del Táchira, los más arrechos, dispuestos a morir matando, y que viajan en autobús, unos ya están allá, con sus kits de muerte.
Llaman su aventura bélica “La gran fiesta”, no se sabe cuál va a ser el escenario escogido, sólo se sabe de sus objetivos que no son otros que tomar la capital a sangre y fuego emulando hechos de la historia cuando un grupo de andinos hizo lo propio y logró su cometido.
Es una muestra de su desquiciamiento ya irreversible, es el cumplimiento de una estrategia que se presume extrema, ante el desvanecimiento ya evidente de su locura destructiva e incendiaria a que han sometido, a buena parte de la ciudad capital del Táchira.
Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Será que las fuerzas del orden van a adoptar una actitud pasiva para dejarles llegar a Caracas en su caravana de muerte, como si se tratara de una excursión vacacional de muchachos de colegio?, o es que ¿van a pasar desapercibidos y traspasar todas las alcabalas y retenes que en buen número hay de aquí a Caracas, sin que se les someta a una minuciosa requisa?,
Será que las armas e implementos que van a usar para sus pretensiones de muerte ya están en Caracas esperando por ellos?.
Lo cierto es que esa llamada “La gran fiesta” no puede ser permitida, porque a todas luces es una medida desesperada, producto de sus frustración por no haber logrado sus objetivos en el plazo en que se lo propusieron, luce que es su última jugada y por lo tanto muy peligrosa que puede aumentar las víctimas fatales que ya superan las dos decenas.
Esa gente que viaja a Caracas, ha sido entrenada, va a causar violencia y más muerte, son mercenarios que no tienen nada que envidiarle a los utilizados en Libia, Siria y Ucrania, para sólo nombrar los más recientes.
Estas acciones desesperadas son un reto para que nuestra Fuerza Armada dé muestra de qué madera está hecha, y sepa de manera inteligente y con el menor costo posible de vidas cumplir con la constitución que le obliga a preservar el orden, la paz y la integridad física de todos los venezolanos.-