¡Yo no sé leer pero me escriben! ¡Qué vaina, estoy salado, yo que me apeo del burro y antes de sacudirme el polvo del camino me agüeitan que eh ya Aristóbulo dijo bien bueno que esa caraja meaba fuera del perol!
_¿No sería Platón el que dijo esas cuestiones -pregunté en mi ignorancia supina, pero en alta voz-, o acaso, Aristóteles?
Y, oh, que el populacho balurdo y malacostumbroso exclamó así:
-¡Tas loco! -no que no, oí- ¡Aristóbulo fue el que dijo la vaina de que esa caraja estaba loca de bolas, ayer mismito él dijo unas vainas que salieron en VTV, no fue globovisión la que dijo que esa caraja estaba loca, porque el Matacura anda de vacación, fue Aristóbulo!
¡Coño -me dije- sí ese tal Aristóbulo, antecesor de Cristo, dijo esa vaina, es que él sabía muy bien de antemano, era un taco!
O sea (osea) que inclusive Antes de Cristo -AC- ya se sabía de la MUD y de etcéteras cuestiones.
Pero, al grano, es que al respecto del peripatético Aristóbulo, éste pudo querer decir que ella, la mismita María Machado se mataría Chacumbela tal cual, y efectivamente ella se mató mataíta allá en Panamá.
Aristóbulo -150 AC- fue quien propuso la tesis del queso rallado, una tesis bien buena que define el poder como un pedazo de queso el cual, de estar en una sola mano, podría ser arrebatado de un solo coñazo por el enemigo imperialista, pero de estar ese pedazo de queso bien rallado y esparcido con un ventilador, en las manos del pueblo, tal que cada quien aproveche una hilachita de ese bicho, sería imposible que el enemigo rapaz se tomase para sí el todo.
De ese filósofo tan bueno y peripatético -Aristóbulo- se dice que cuando él paseaba por los campos y veía a las muchachas sin pantaletas, subidas a los árboles, él decía solemne, desde abajo y mirando hacia arriba al verles el meato:
¡Oh!
