Ahora resulta que desde el Táchira estamos exportando a Caracas asesinos en potencia, incendiarios avezados, entrenados y con efectividad en sus acciones, probados en múltiples oportunidades aquí en donde provocaron muerte y destrucción, son angelitos que marcharon a la capital invitados no como participantes de un retiro espiritual y que fueron alojados en hoteles y casas de familia para que desde allí salieron a cometer los desafueros que en estos últimos días ha vivido la capital en el Este, a algunos de ellos los detuvieron en un hotel y según dicen sus contratantes y protectores o sus managers de aquí lo hicieron simplemente porque son tachirenses, porque el gobierno odia tanto al Táchira que ha dado la orden de perseguir a cualquier persona de este estado, como si fuésemos ingenuos para no saber que a estos pajaritos, que forman parte de los guarimberos que aquí en el Táchira dejaron, por ahora, una estela de muerte y destrucción, se les tiene identificados como tales y el gobierno tiene pruebas de que están en Caracas como refuerzos para que en los municipios del Este se incremente la violencia como lo hemos visto en los últimos días, sin embargo ya están el libertad para que reincidan como lo han hecho otros en las últimas semanas.
Estos, tarifados para crear caos y muerte y por lo tanto mercenarios a sueldo, sean estudiantes o no, y el hecho de que lo sean no les exime de ser apresados y sometidos al imperio de la ley, aquí seguramente formaban de los más violentos, entre ellos hay quien impuso el cobro de peaje para poder salir del encierro o secuestro en que mantuvieron a miles de familias sobre todo en la capital del Táchira.
Ahora como siempre surgieron los “defensores de los derechos humanos”, también tarifados como sabemos y uno que otro opinador de oficio, a decir que se les está hasta torturando, que se les detuvo ilegalmente, que estaban rezando el santo rosario, que para nada tuvieron que ver con terribles hechos vandálicos, perdón terroristas, como el cometido contra el Simoncito-guardería que funciona en el edificio sede de la GMVV, en donde la locura les llevó, a ni siquiera tomar en cuenta que allí había mas de 80 niños, que pudieron morir calcinados y pretenden que quienes tienen la obligación de aplicar la ley se queden de brazos cruzados ante tamaño crimen, frustrado, Gracias a Dios.
Aquí en la ciudad, mientras tanto, estamos viviendo un período de calma, aunque no faltan los rumores como el de que para después de Semana Santa, lo que viene será terrible y se dice que irán contra las gandolas que transportan gasolina y contra las estaciones de servicio para incendiarlas, la calma es porque diferentes cuerpos de seguridad patrullan las calles y avenidas, pero también porque la mayoría de quienes aquí mantenían la zozobra viajaron a la capital para hacer lo que se está viviendo, una violencia extrema en los focos que con la mirada complaciente de los alcaldes, todos de la derecha ultrosa, hemos presenciado y de los cuales se desprende que lo denunciado por el General Padrino López no es cuento, ni invención, pues existen pruebas gráficas incuestionables de que los terroristas poseen armas de guerra muy sofisticadas para accionarlas en la fase siguiente del llamado “golpe suave”, como la que porta el terrorista mostrado en fotos que incendió la humanidad de un mimbro de la GNB., y como las que ya han usado para matar desde azoteas de edificios.
Entonces es necesario que se actúe con toda contundencia, para garantizar que de repente no tengamos que vivir con el incremento de la violencia, el incremento de las víctimas mortales que como sabemos es una condición sine qua non, para que el imperio, como lo ha hecho en muchas ocasiones en otros países, nos invada para colocar un títere que le garantice el manejo a su antojo de nuestras riquezas naturales.
Aquí, en la aplicación de la Ley, no puede haber medias tintas, temores o vacilaciones, las autoridades de justicia deben ir con todo para garantizar la paz y como en otras oportunidades sentar precedentes ejemplarizantes.
De otra manera preparémonos para vivir un período de nuestra historia en el que se repita la persecución, las desapariciones, el regreso de la tortura o la reacción del sector mayoritario del pueblo que al percatarse de que la violencia rebasa la capacidad de acción de la autoridad, reacciona en masa, para defender por sí mismo sus derechos, lo cual sería lo más parecido a una guerra civil, que es el fin previo del fascismo para lograr su cometido final que es el derrocamiento del gobierno.
Los gochos del hotel Savoy, ya en libertad no son los únicos, hay muchos más, que no se explica cómo viajaron a la capital para causar los estragos que se conocen, cuando bien pudo habérseles detenido antes por los delitos que aquí han cometido y que son públicos y notorios.