¿Tan antidemocrático es un país que permite la entrada a un enemigo declarado? ¿Tan demócrata es un jerifalte que autorizó o propició los GAL? ¿Tan inteligente es un tipo que aprovecha el deber de un gobierno de entregar a la Justicia a un presunto sedicioso, a un presunto sublevado, a un posible indeseable, a un presunto terrorista responsable de la muerte de 42 personas, para promocionar su ego y lavar sus miserias pasadas y presentes? ¿Cuál es la razón para no emplear toda su energía y su experiencia en luchar contra la podredumbre gubernamental de su país en su país? Valentía (algunos lo llaman por aquí así) sería ir a Estados Unidos a defender a los presos de Guantánamo. Intrepidez sería ir a Arabia Saudita a terciar en favor de los derechos de las mujeres...
Pero ¿qué clase de valentía, y no entrometimiento e injerencia, hay en subirse al carro de todos los medios españoles que atacan a Venezuela, antes a Chávez y ahora a Maduro por cerrazón, intereses y escasa inteligencia periodística? Por qué no muestra su presunta buena voluntad (supuestamente socialista) en esta aventura venezolana y abandona la puerta giratoria en la que dijo aburrirse, aunque sólo sea para distinguirse del otro homónimo expresidente fascistoide Aznar? ¿Se ha preguntado este mequetrefe si tiene derecho a alardear de socialismo alguien que gana los millones que gana, que tiene los privilegios que tiene y que discurse a toda hora como un redomado capitalista, que falta al respeto a un país como Venezuela que se esfuerza en desarrollar el verdadero socialismo?.