Para los venezolanos, la experiencia vivida durante las horas siguientes al golpe de estado del 11 de abril de 2011, dejaron la inolvidable huella de lo que es capaz de hacer la reacción política para imponerse como gobierno y de cómo se caen las máscaras de quienes se presumían cercanos o aliados del mismo proceso revolucionario.
Todo momento de crisis política trae consigo un abanico de posiciones que precisamente se abre y llega a desbordar los extremos del compromiso con el proyecto vigente o sencillamente ocurren lo que en la jerga política venezolana hemos llamado "saltos de talanquera". Momento en que el oportunismo saca a relucir su verdadero rostro. Como dije, se quitan las máscaras y salen a relucir las bajas, vergonzosas y perversas pasiones de transfugas, saltibanquis y traficantes de la política.
Como es bien conocido, la Venezuela de la Revolución Bolivariana ha vivido durante estos 16 años momentos difíciles. El golpe de estado ha sido continuado y en ese camino recorrido el saldo nos refiere a centenares de compatriotas que han caído asesinados, la industria petrolera ha sentido el saboteo y la economía en general ha sido impactada por quienes tradicionalmente la monopolizaron al extremo de conducirnos a la situación actual, caracterizada por todo un entramado en el cual se combinan elementos productivos, sociales y sicológicos de profunda repercusión en el estado de ánimo de nuestro pueblo.
De manera que Revolución Bolivariana no ha tenido descanso desde el mismo momento en que el Presidente Chávez la asume, reconociendo que la embestida se arrecia tras la asunción del Presidente Maduro. Como decimos, los sectores oligarcas "no han tenido paz con la miseria".
En este recorrido, a medida que los ataques son más feroces y los momentos vividos, como el actual, se acentúan al extremo de propiciar en nuestros compatriotas el descontento y la incertidumbre no es difícil que aparezcan las voces agoreras, los brincos y los sabihondos que sólo les faltará decir que "con los adecos se vivía mejor".
Se olvidan de lo que Chávez encontró como país. Se olvidan del significado, causa y repercusión del "Caracazo" y sus miles de muertos. Voltean la página del 4-F y la posterior victoria chavista del 98, para entrar en una etapa de reivindicación de una histórica y pesada deuda social que tiene referencias en una atroz exclusión social manifestada en pobreza, analfabetismo, negación de derechos al estudio y salud, entre otros. Derechos ciudadanos inalcanzables ante una creciente y perversa corrupción de las élites gobernantes.
En el marco de la situación que actualmente vive nuestro país, es propicio el balance descarnado. Poner sobre la mesa la verdad histórica y pensar en una mayoría que solamente tiene futuro en la medida en que se profundice el contenido humanista de la Revolución Bolivariana.
Haber superado la agresividad oligarca del 2002 y el posterior paro que nos quitó alimentos, gas, gasolina y hasta el beisbol es un aval que prestigia la fortaleza y reciedumbre del pueblo venezolano. Las mejores voluntades y el apego a nuestra histórica hidalguía serán factores para superar la actual situación que vive nuestro país y las consuetudinarias agresiones de los imperialistas y sus lacayos, manifestadas de manera amenazante con la instalación de un número desproporcionado de bases militares en países vecinos, intromisión mediática desequilibrante y prácticas groseras en el proceso productivo.
Como ocurre en el boxeo, hagamos de la defensa y la inteligente contraofensiva nuestra arma de combate. Aunque parezca un disparate, revisemos el manual boxístico del maestro de maestros Ely Montes y vayamos al archivo audiovisual para ver en Japón al experimentado y corajudo Alfredo Marcano sacar una pelea de abajo con un sorprendente KO, cuando el título se le iba de las manos.