La oposición venezolana y la derecha internacional bailan al mismo tenor, caminan agarrados de la mano y sueñan sus mismas ambiciones. Esto ha sido demostrado una y mil veces, y una y mil veces vuelven a repetir sus mismas tretas tenebrosas para intentar amilanar el espíritu guerrero e independentistas de los millones de hombres y mujeres revolucionarios que desde la década de los 80, decidieron izar las banderas de la soberanía, el socialismo, la dignificación, la inclusión, justicia social y la construcción de una patria de amor y de paz.
Este es el rumbo de los hombres de bien y de buena voluntad, somos ese gran colectivos amantes del prójimo, amantes de un país llenos de comunidades sanas, vigorosas, con una estructura social poderosísima de interrelaciones para el compartir y departir en convivencia sin sesgos ni racismos ni distinciones de unos y otros por ostentaciones económicas; somos ese gran colectivo que soñamos por la construcción definitiva de la utopía de un mundo mejor, donde visualicemos las esperanzas y el porvenir de un mejor mundo para las generaciones futuras libres de armas nucleares, de guerras inducidas o no, de enfermedades inducidas, que ahora sólo benefician a los inescrupulosos dueños de las industrias armamentistas y farmacéuticas que se mueven soterradamente en el orbe.
Este conglomerados de hombres y mujeres somos seguidores del chavismo por haber encarnado la idea de la construcción de la felicidad suprema en un pueblo que antes del 98 fue relegado a puestos deprimentes, a los sumideros a recoger alimentos putrefactos para alimentarse y que está recogido en la historia reciente de este país petrolero. Chávez está en la edificación de miles de proyectos, tareas, obras, misiones, acuerdos, donde las grandes mayorías, casi todos los venezolanos y venezolanas, han sido tocado por una gestión de gobierno revolucionaria que no distingue entre unos y otros para ir llevando felicidad a los corazones de toda una población que merece ser digna y próspera.
En estos días cuando la sociedad venezolana se avecina a otra contienda electoral más que nos brinda esta democracia genuina, la oposición ha presentado como proyecto al pueblo venezolano una guerra económica sin parangón alguno. A esto se suma la asechanza de la violencia con sus paramilitares incrustados en bandas de delincuentes entrenados en Colombia, saboteo en la distribución del agua y en el fluido eléctrico. Son los promotores de las colas y el bachaqueo, el acaparamiento, el contrabando y la inflación inducida con su malévolo dólar today. Todo un plan orquestado desde el imperio norteamericano y sus aliados paramilitares en Colombia dirigidos por Alvaro Uribe Velez. Todo un macabro plan para intentar someter y doblegar la voluntad de un pueblo valiente que se niega a regresar al pasado oprobioso de una dirigencia política desalmada, indolente e insensible.
Aunque se quieran vestir de ovejas todas y todos ya conocen sus almas voraces, apátridas, violentas, asesinas y sus deseos de volver al poder político para servirlo en bandeja de plata a los grandes intereses comerciales de las transnacionales del petróleo y los hidrocarburos. No volverán! Ellos siempre han subestimado al pueblo y no quieren entender que este pueblo despertó para siempre y con su alta conciencia política y moral no sólo venceremos el 6D cuando saquemos amplia mayoría de diputados y diputadas en la Asamblea Nacional sino derrotaremos la guerra económica y fortaleceremos la economía nacional, para blindarla de estos demonios opositores que hoy se agitan tratando de destruir la patria como absurda propuesta para un pueblo que, aunque modesto, también muy sabio y bondadoso.