Han pasado 14 años de aquel oprobioso 11 de abril, cuando las fuerzas imperiales, un grupo de apátridas oligarcas y la canalla mediática, consumaron por horas un golpe de estado al pueblo noble y a sus designios de elevar los sueños y esperanzas de una patria digna y soberana.
Fueron ellos quienes paulatinamente fueron exacerbando la rabia contra el proyecto bolivariano y socialista. Fue ese imperio asesino que a través de hegemonía en la industria mundial de la comunicación fue creando condiciones inducidas para que alimentar de odio a muchos contra Chávez, contra el proyecto de emancipación, contra la voluntad del pueblo y contra todo lo que fuese rojo y palabras como “revolución” o “bolivariano”.
Las grandes mayorías, los pobres del país, la gente humilde y trabajadora fueron catalogados de chusma, hordas, patas en el suelo, tierruos, desdentados, miserables…, justamente, señalados por personas del mismo o menor estrato social. Algo sociológicamente explicable por las altas dosis de animadversión, rencor y antipatía inyectada por los medios nacionales contra el prójimo, contra el vecino. Levantaron el polvo del egoísmo y la mezquindad y en esto también tuvo que ver mucho la iglesia católica, seguidos por una cúpula golpista y entreguista que ese mismo 11 de abril del 2002 libaban escocés a la roca en Miraflores, extasiados por el sonido de las implosiones de las huevas de esturión que se producían entre el paladar y la lengua.
Esos días de aciagos se encerraron todos en Miraflores a repartirse el país. Sólo faltó uno sólo: Pedro Pueblo. A este lo soslayaron y lanzaron al cesto de la basura, no fuimos invitados. Muchos fueron utilizados para sus movilizaciones de rabia y para explotar, en reacción en cadenas, sus perversas intensiones de separación de hermanos venezolanas y venezolanos. Algunos fueron masacrados, asesinados por las balas de francotiradores ubicados en puntos estratégicos para culpar al chavismo. Sus líderes siempre encabezaban las marchas, pero ese nefasto día empujaron a la masa hacia Miraflores, ninguno iba al frente, todos se retiraron y dieron la orden de disparar contra sus mismos seguidores para achacarlos a Chávez.
Ya habían preparados los vídeos y ya algunas transnacionales de la información señalaban a Chávez de tirano y asesino, ya justificaban una intervención militar extranjera; pero inteligentemente y para evitar derramamiento de sangre, muy valientemente, nuestro líder Hugo Chávez se entregó…, lo demás, todos lo sabemos, al tercer día regresó, llamó a la unidad, al diálogo y en seis meses vino el paro petrolero y el mismo taquititaqui contra los deseos y sueños del pueblo humilde.
Han pasado 14 años, la acción de la oposición ha seguido siendo la misma. Todas se encaminan hacia la inconstitucionalidad, hacia el crimen, la violencia, el terror, la zozobra, planes oscuros para lesionar a la población, la guarimba, el fascismo, el asesinato y la guerra económica, esta última una guerra sin cuartel que han emprendido para destrozar los ánimos de los chavistas, para bajar la moral revolucionaria. Lo que no saben estos apátridas y el imperialismo norteamericano que al conciencia del pueblo va más allá dl estómago y está en las ideas y el corazón de un gentilicio de amor y de paz, que organizadamente estaremos dando la batalla en todos los terrenos, con mucha conciencia para doblegar sus vanos intereses de estos personajes que son los mismos, las mismas caras del 11 de abril, los mismos rostros oscuros con sus odios añejados, que nuevamente recibirán un 13 de abril donde nunca antes fue más sublime y gigante la dignidad de un pueblo que sacó a estos delincuentes de Miraflores para siempre.