Vientos de la sabana

Uribe…, el cobarde

Uribe es un ser diminuto, pero gigante en maldad. Es un peón de ese ajedrez macabro que juega el imperio en la región, con todas las ansias de acabar con la revolución bolivariana y chavista. Uribe es asesino, narcotraficante, paramilitar y corrupto comprobado. Todas sus fechorías han estado oreadas a los cuatro vientos, inclusive por la misma prensa que hoy lo protege, defiende y promociona como un gran señor, todo un señor cortesano y gentil. A él se debe mucho la creación de los paramilitares en Colombia, su ampliación y reacomodo geográfico, así como su expansión internacional. Las fosas comunes tienen un autor y ese es el Uribe, ese mismo que por la in fluencia de los medios y las estrategias políticas del imperio fue presidente de Colombia, donde hizo y deshizo a su antojo. Uribe fue el 82 delincuente más buscado y solicitado por la CIA, por estar involucrado en el tráfico de drogas a Estados Unidos. Sus fechorías, sus vagabunderías, sus infames intromisiones hacia las políticas venezolanas y sus constantes ataques, son parte de su obediencia, su servilismo, su arrastrada conducta proimperialista que lo ha caracterizado desde siempre.

Su rostro es hipócrita, como el de todos los perversos. Recordemos cuando venía y se abrazaba con nuestro comandante Hugo Chávez. Sólo venía a espiar, a buscar información, era todo un plan para obstaculizar con la paz acá y allá. Eran sus acechanzas para ir como un borrego, lame calcetines, a prestarse a los intereses de los grandes consorcios económicos mundiales que hacen todas las tretas por tomar el poder en Venezuela para adueñarse de las riquezas minerales y de hidrocarburos.

Uribe atacó a Ecuador. Por allá, en ese tiempo, dijo que le faltó tiempo para hacerlo con Venezuela. La respuesta de Chávez fue avasallante como un océano cuando le ripostó que lo que le había faltado era "bolas". Nada más cierto. Uribe es un cobarde, un consumado cobarde. Un infame que osa prestarse para una posible intervención armada contra la tierra de Bolívar. Mil veces cobarde. Mil veces patán. Uribe fue una persona carente de gracia para pedir que la guerra, que la violencia, que la muerte llegue a este suelo bendito, este suelo de paz, que con el esfuerzo de millones de venezolanos y venezolanas sólo queremos construir la dignidad y felicidad suprema con soberanía, con independencia, con patria, con libertad e igualdad social.

A esto se suma el recrudecimiento de la diferencia limítrofe con Guyana, justamente ahora que en Brasil intenta destruir la voluntad de 56 millones de brasileños, toda una asechanza imperial que busca su objetivo en la región: MIRAFLORES. El único visor de la maquinaria bélica norteamericana apunta hacia allí, justamente porque allí radica la voluntad de un pueblo libertario, las esperanzas de un pueblo emancipador, los sueños de un pueblo pacifista e invencible.

Vienen los días del protervo plan Tenaza, que no es otro que presionar, oprimir, apretar por todos los costados. El imperio busca asfixiar por todos lados y es allí donde todos tenemos que ampliar y extender los niveles de conciencia política y social. La guerra económica, la guarimba, la criminalidad paramilitar, el absurdísimo ejercicio legislativo en la Asamblea Nacional, son las acciones que hace la oposición venezolana para ayudar a crear un clima de desestabilización que entre todos los chavistas, las fuerzas de avanzadas y revolucionarias y el pueblo noble vamos a ir desmontando al paso de cada minuto.

Hace tiempo se escribió sobre los atrevimientos del imperio. Muchos mofaron y decían que eso era sólo una burda excusa para justificar un discurso extemporáneo y desviar los temas de interés nacional. Resulta pues, que en toda la gestión revolucionaria, desde el 98 para acá, el país ha sido objeto de una injerencia imperial a través de sus nuevas formas de guerras mediante el uso depravado y antiético de las redes sociales y medios de comunicación donde han asediado constantemente a los venezolanos con millones de mensajes manipuladores, truncados, persuasivos, mentiras y engaños. Todo un arsenal bélico de alta envergadura, pues en esta fase se busca dividir al país políticamente para confrontarlos en una guerra civil que, a ellos, les genere el mayor provecho político y, por consiguiente, económico.

Nuevamente estamos llamados a la tarea de defender la patria y saldremos airosos como otrora los Libertadores entregaron toda su vida por la libertad y la soberanía de este barro que nos vio nacer.



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Geovanni Peña

Diputado a la Asamblea Nacional. Militante del PSUV.

 santanajerez@hotmail.com

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