La Política tiene sus reglas, y por lo tanto no todo lo que se diga o se haga, debería considerarse como tal. La anterior afirmación, la reseño, en razón a que desde mi óptica, de homosapie/politique, pareciera que la irracionalidad es la línea que está orientando a las fracciones que conforman ese infierno que se auto proclama Mesa de la Unidad Democrática.
Es incomprensible, aunque en la vida real pareciera no serlo, ya que no se entiende como no han sido capaces de administrar correctamente esa mayoría que lograron el 6 de diciembre del 2015, que les llevo a controlar por primera vez después de 17 años uno de los poderes que conforman el Estado de Derecho de la República Bolivariana de Venezuela, como lo es la Asamblea Nacional.
Y ahí vemos a la MUD más enrollada que un kilo de estopa, perdiendo el tiempo en un ritornelo que le hace daño al país; al comportase como el necio que hace todo lo contrario de lo que debería hacer.
El primer año de su gestión lo perdieron evidentemente, se les fue entre anuncios que no tenían ni pie ni cabeza y que a la luz de la legalidad siempre estuvieron fuera del mandamiento Constitucional, al extremo que terminaron en desacato y por eso, sus resoluciones quedaron nulas de toda nulidad.
Sin embargo, en el cuarto trimestre de fin de año recién pasado se llegó a considerar que bien podría llegar la sindéresis política y el nuevo periodo tal vez, iban a encauzar su accionar hacía el acatamiento, lo que permitiría que los actos de la Asamblea Nacional, estuvieran revestido de legitimidad, pero volvieron a tropezar con el mismo error, al mantener su desconocimiento a los artículos 365, 366 constitucional; lo que hace que la junta directiva de la A.N convocada, electa y juramentada el pasado 5 de enero de 2017, sea incierta: al no haber corregido lo que el TSJ a través de las Sala Electoral les ordenó y que al no hacerlo, siguen en desacato más que manifiesto.
Ello, implica, que el Presidente legítimo de A.N aunque extemporáneo y en desacato, sigue siendo el Diputado Allup; lo que hace del Diputado Borges, un usurpador de funciones; de allí que el kilo de estopa, ahora está más enrollado, y por lo tanto la Institución que conocemos como Asamblea Nacional, se halla en un callejón sin salida, con dos Juntas directivas, una legal en desacato y otra, fuera de contexto jurídico.
Esta realidad nos hace afirmar que la derecha exógena que hace vida política en nuestro país, no termina de agarrar mínimo, no da pie en bola diría algún narrador de fútbol; es decir, desde la lógica de la verdadera política, están descarrilados.
De allí que debería constituir su propia Mesa de Dialogo, para que dirimen las contradicciones más que notorias que tienen en su conformación de múltiples agrupaciones que aún no encuentra el pegamento idóneo que les permita hablar y ponerse de acuerdo ni en su propia unidad.
Es bueno que se sepa que la política es científica, que conlleva a que todo aquel que se equivoca en sus cálculos, al fin y al cabo sus resultados casi siempre sale torcidos.
Además de éllo, la política es un arte creado por el hombre para conducir, para gerenciar y resolver situaciones, casos y cosas de la sociedad, de los pueblos, de las comunidades, es decir de los seres humanos a los que convocan que les sigan y que les conviertan en mandatarios o gobernantes; y si es así entonces no tiene sentido político, que se use el hecho político para hacerle daño al semejante que hemos dado en llamar el soberano.
Todo lo anterior, viene en razón, a que la derecha que tiene su iniciativa hipotecada a intereses transnacionales, cada vez se parece más al personaje que mi generación conocimos como "El Doctor Merengue", quien una cosa manifestaba decir, y otra expresaba en la realidad.
En otras palabras, los factores de la derecha, tienen que quitarse su careta y poner sus aspiraciones en un punto que deben bautizar, "como la Mesa de la Verdad", y confesarle al pueblo en general el daño que le han hecho al país con sus brutales políticas, aplicadas en su afán de ver quien de éllos, podría ser candidato a las elecciones Presidenciales que se va celebrar en diciembre de 2018.
Por otro lado, de esa fragmentación grupal que conforma la variedad de la derecha, y que genera tanta contradicción, en algún momento tendrá que emerger o surgir factores que deslinden y constituyan ciertamente una Derecha racional, que ponga por encima de intereses mezquinos y ante nacionales, el interés de la Patria, del pueblo en general que no tiene por qué estar pagando con su sufrimiento la ambición de quienes se han creído que nacieron ungidos para gobernar este país; porque así se los dijeron desde cuando eran niños. A esta derecha le queda una sola opción: someterse y asumir los principios que manda el Estado de Derecho, que está plasmado en nuestra Constitución y que garantiza en su ejecución los poderes que rigen la República, y ello, pasa por dejar de lado el desacato más que manifiesto que mantienen contra las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia; asumiendo que se han equivocado; de lo contrario, el desarrollo de los acontecimiento les va cobrar sus caprichosos antojos, a la hora que el pueblo tomen la determinación o decisión que corresponde ante tanta irresponsabilidad.