Matar niños pequeños y bebés recién nacidos es uno de los costos políticos más bajos para los cobardes diputados de la oposición, frente a la inmensa ganancia que lograron con la fractura psicótica de sus seguidores; lograron, ¡por fin!, que se movilicen en cuadros eficientes para provocar terror en la población: un primer avance de gente infofrénica, en edad de jubilación, un segundo frente de adolescentes encapuchados tirapiedras, un tercer avance de adultos jóvenes con capacidad para causar enormes destrozos y provocar ultraviolencia; y un último avance de delincuencia organizada, miembros de bandas criminales que tiene negocios con algunos diputados, intocables por la estela del mal que han ido dejando en las zonas populares donde tienen influencia. Todos los frentes se conducen con impiedad, y una impiedad que fue aumentada con la capacidad de dar respuestas inmediatas, muy propia de los laboratorios de marketing político: "A Usted le dicen que por qué protesta, siendo que recibe una jubilación homologada a la que antes ningún tercera edad tenía acceso, e inmediatamente conteste que eso su derecho"; "si le preguntan por qué envía mensajes de odio por las redes sociales en la computadora que compró gracias al plan popular de adquisición de cantv, usted les responde que, además de que tener una es su derecho, nadie le puede coartar su libre expresión"…aunque sus egotismo provoque pena ajena por su incoherencia. Tenemos que lidiar con un patuque de pensamientos disociados que les hace ver acciones heroicas en la destrucción de todo aquello que les brinda servicio, en el asesinato de personas chavistas, en la muerte masiva de recién nacidos,…
La invasión yanqui se ha vuelto desesperadamente ansiada, con adrenalina y todo, con el costo que sea, ¡Con las violaciones de mujeres y niños que sea, pero que venga a matar a estos chavistas de mierda! A este estado de infofrenia, irresponsabilidad social, o como lo quieran llamar o sea más apropiado denominarlo, se suma el aporte de la jerarquía eclesiástica católico-romana: también ésta logró romper el sentimiento religioso, tan propio e intenso en cada ser humano, para hacerlo de centro comercial, vulgar y corriente, ya no sólo aderezado por pensamientos de la edad media, sino compuesto por el pensamiento oscuro e intolerante de la más intensa y provocadora ignorancia. Hasta hace poco, cuando no habían logrado estos demonios que viven dentro de nuestra Santa Madre Iglesia, causar las lesiones más profundas al desatar los demonios, los disociados sacaban a relucir en las redes sociales imágenes de vírgenes y santos que llamaban a detener cualquier acción que les causara daño. Lloraban, imploraban a Dios por la calma… Ahora, sueltos los demonios y la impiedad que siempre han tenido, sacan esas mismas vírgenes y esos mismos santos para que les den fortaleza en la acción destructiva, empinando las mismas razones por las que se marchaba a matar gente en la más oscura edad media, moderna y contemporánea. Pero siguen siendo los mismos cobardes.
Podemos leer en las redes los bajos instintos desplegados por los curas satánicos como José Palmar, los misóginos y los pederastas que otrora abusaron de esos señores de la tercera edad que hoy los defienden, que no quieren recordar cuando los llevaban al cuartico de atrás en la sacristía,… gente de tercera edad que vive publicando fotos de falsas realidades actuales y falsas vidas pasadas… No, señores, ustedes no podían comprar nada más que mortadela de la barata en ese supermercado; no, señores, ustedes no podrían haber viajado ni comprado una computadora, a menos que se dedicaran a la pequeña explotación de los amigos, conocidos y vecinos; no, señores, ustedes nunca pudieron estudiar porque simplemente no les dieron oportunidad; no, señores, ustedes tenían que elegir un par de zapatos caros porque vivienda jamás tendrían.
Y helos aquí, años después con sus frustraciones personales y su odio por el que se igualó con ustedes; masticando irrealidades mientras esconden a sus muchachos y ruegan al dios Moloc por el derramamiento de sangre de los hijos de otros, que hoy estarán presos y olvidados por los heroicos diputados drogadictos o la curia demoníaca, a los que ustedes, viciosos de la renta, la flojera y la sinvergüenza, dan las gracias de forma hipócrita porque "están luchando por ustedes", como si lo merecieran. Disfruten su infierno.
