Los discursos, arengas i entrevistas del presidente Hugo Chávez Frías (I)

“Siempre ha sido igual. En los trances duros,

los señoritos invocan la patria y la venden,

el pueblo no la nombra siquiera, pero la

compra con su sangre”

Antonio Machado



Estas palabras de mi poeta favorito, acaso por ser filósofo que cincela las palabras i las vuelve diamantes de poesía, pero con gran contenido semántico, dicen mucho de lo que en política, siempre ha sido igual; i dijo “los señoritos”, para reflejar que son los jóvenes i no tan jóvenes de las oligarquías de todos los países del planeta que no tienen conciencia ni del mundo ni de la vida que pasa velozmente, i están persuadidos que su escasa sociedad o comunidad, plena de privilegios i riquezas, es todo lo que existe i que el resto de los hombres, los que verdaderamente mueven i dan vida a campos i ciudades, el pueblo, es una masa amorfa, distante i hasta sin alma, como creían los conquistadores cuando vieron a los pobladores de la América virgen, cuyo código genético llevamos en cuerpo i alma. Somos fuertes por esa mezcla de pueblos que llevamos, pues como decía Leoncio Martínez “LEO”, “aquí todos somos café con leche; unos con más café que leche i otros con más leche que café”. Por eso, para ellos, los “puros” señoritos rancios, la patria es la tierra que pueden explotar i la “civilización” donde pueden festejar en orgías, junto a su único Dios que es el dinero, es el extranjero, mezclados con la gusanera de Miami i otros lugares lejanos. Por eso, con qué facilidad venden el suelo que los vio nacer.

Sin embargo, como me referí en pasado artículo a la pobreza intelectual de los mismos, al uso inadecuado del idioma, a las palabras, a los discursos que desnudan su poca cultura, pues si sólo se afanan en “cultivar dinero, riqueza i poder”, no les queda nada de tiempo para cultivar la mente, forjar conocimientos i crear su personalidad. Cuando vienen al mundo lo tienen todo…lo material; mas son incapaces de atesorar ideas, arte i espiritualidad, mucho menos patriotismo. Se convierten, paradójicamente, en bárbaros civilizados. Entonces, como la vida social obliga a ser ciudadanos, hombres de la “polis”, necesario se hace el practicar la política, sólo que, como cité de Gramsci, poquísimos van a la Gran Política, a la política como ciencia de la convivencia, la equidad i la justicia, sino a la “política cotidiana” que entre nosotros llamamos politiquería. Empero, la mejor manera de descubrir quienes son unos i otros, es el lenguaje, la oratoria, la manera de expresarse. Ya indiqué la mediocridad de todos los presidentes de la IV República, los responsables de habernos dejado la patria, no como ahora resurge fortalecida por la revolución bolivariana i pacífica, sino como dice el señorito Marcel Granier, un narciso mantenido por las riquezas de su mujer, que tiene el valor de decir actualmente que el país se está cayendo a pedazos, lenguaje demasiado cursi para un señorito que, ha escrito que yo sepa, un solo libro, cuya portada dice en letras doradas i en relieve MARCEL GRANIEL, dejando apenas espacio para el título que ya ni lo recuerdo, i en la contraportada, una foto del tamaño de las páginas de libro, con su bigote de alas de buchón, mui creído que él es lindo i que debe difundir su belleza, maltratada por algunos, pues cuando lo publicó, critica muchas cosas del país, i su gobierno puntofijista, al cual ahora quieren volver: el paraíso del robo, corrupción moral i acosos sexuales, a punto de que lo califican algunos de bragueta eléctrica. Empero como es pequeño de estatura igual que de mente, cree que ese bigotote lo hace más hombre i mi me parece que, como se decían aquí de un amigo, el bigote es más importante que él, a punto de definirlo “como un hombre parado detrás de un bigote”. I olvidaba, que son amantes del Libertador como estatua de bronce o de mármol, o sarcófago en el Panteón Nacional, i como moneda o billete para convertir en dólares. Sus dineros i sus inversiones, están en el exterior: esta es la hacienda explotada i robada; Estados Unidos o Europa su patria verdadera.

Por eso, los canales de televisión, la prensa i la radio, no tienen otra cosa que hacer, sino denigrar de Chávez i su gobierno, encolerizados porque me atrevo a afirmar que, pese a la tragedia de Vargas; pese a los paros, marchas de protestas hasta la conectada al Golpe de Estado de los más genuinos, según describen los textos i los diccionarios de grandes autores; el saboteo petrolero (porque no hubo tanto paro como destrucción i traiciones programadas), guarimbas, escenas “teatrales” de protesta como en la Plaza Francia en Altamira; asesinatos, allanamientos, atropellos i vejaciones en apenas 47 horas de fascismo puro, i seguido de una campaña permanente de falsas denuncias, etc., (lo que obliga a restar por lo menos 3 años de gobierno normal) en estos siete años (no 8 como pregonan) de la gestión del presidente Chávez, se han hecho más cosas materiales, de política interior i exterior i expuesto un plan de gobierno a futuro según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que lo que se hizo en cuarenta (40) años largos de IV República, Puntofijismo o Dictadura de Partidos. Ahora, realmente estamos sembrando el petróleo

Al hoi presidente Chávez, lo conocí personalmente, cuando salido de Yare, vino por primera vez a Maracaibo i junto a otros tres amigos, almorzamos en un modesto restaurante llamado La Matera, cerca del gran Hotel Delicias. Allí empezó una amistad que propició el acercamiento a Arias Cárdenas, entonces gobernador del Zulia. I he repetido otras veces que, en un Foro de la Facultad de Humanidades i la Escuela de Filosofía, hubo coincidencia con otra visita de Chávez al Zulia, cuando ya empezaba a coger vuelo su candidatura presidencial. En el Foro participaron dos profesoras i quien escribe, tratando el tema de Filosofía i Política Latinoamericana. Como dejé intervenir primero a las dos damas, cuando ya terminaba mi “ponencia” o reflexión i hablaba de otra cosa (el mal comportamiento del embajador Burelli Rivas, con el Dr. Humberto Fernández Morán) llegó el candidato Chávez con un discreto uniforme militar. Le dijimos si quería incorporarse al Foro (habían faltado dos personas) i al notificarle el tema aceptó. Intervino entonces con tal conocimiento del tema que, realmente nos sorprendió, pues habló como si hubiese preparado una ponencia previamente. Luego, cuando al Foro siguió un espectáculo artístico cultural, lo presenciamos juntos i conversando. Me enteré de que había hecho estudios de filosofía política, seminarios, etc., i que tenia firmes conocimientos al respecto, si lo pude valorar siendo yo profesor de Filosofía de la Historia. Por cierto que he referido esta anécdota o pasaje llamativo: un estudiante (posiblemente escuálido) se le acercó i le dijo que, siendo militar no activo, llevaba ese uniforme. Con toda serenidad le respondió: porque por eso no he dejado de ser militar, es mi profesión; el doctor Jiménez es médico jubilado i por ello no ha dejado de ser médico. El estudiante calló conforme.

Además, como docente universitario que he sido durante más de unos 45 años quizá más, pues el Dr. Raúl Cuenca, eminente educador zuliano de la talla de Lossada, cuando le faltaba un profesor de Primaria, escogía los mejores alumnos del bachillerato para llenar provisionalmente la ausencia del maestro, me inició junto a otros compañeros a aprender a ser docente i mientras terminé el bachillerato i estudiaba medicina, fui docente en el bachillerato. Por años fui profesor en la Escuela Normal, el Instituto Venezuela i el Colegio Gonzaga, especialmente en materias biológicas i en dibujo e historia del arte. Siempre he distinguido en lo que es una clase, una conferencia, una charla, un foro, una mesa redonda, etc., i he sostenido que el discurso de orden como se llama al de los grandes actos académicos, no es una conferencia, sino una pieza literaria, llegando a hacer hasta discursos que llamo sinfónicos, porque los he acompañado de alguna sinfonía bien estudiada –siento pasión por la música clásica- tanto como la popular. Me siento orgulloso del Discurso LA ARCILLA DE LOS HÉROES que me tocó decir aquí en Maracaibo en el Bicentenario del Libertador, con el fondo musical de la Heróica o Eroica de Beethoven. Por esto i mi formación académica, tengo méritos para saber valorar un discurso, una arenga, un informe político, etc., i llegar a la conclusión de que la oratoria del presidente Chávez, supera a la de todos los presidentes que he escuchado, improvisado casi todas las veces, con una coherencia, un sentimiento patriótico i humanístico que, lo confieso en muchas ocasiones estremece o hasta hace llorar por la emoción, mientras por otro lado maneja el humor con maestría i sabe captar la atención como pocas personas. En España, en la Universidad de Madrid, escuché a un profesor, filósofo conservador, franquista i reaccionario, pero sus clases o discursos eran magistrales, a punto que a veces los que pasaban por la puerta del aula donde dictaba clase, si la puerta estaba abierta, se tenían que detener a escucharlo por el vigor, el énfasis, la firmeza de sus palabras; en Venezuela, confieso que uno de los mejores que he escuchado, es el rector escuálido Ernesto Mayz Vallenilla. Sin embargo, Hugo Chávez cada día se supera más i explicaré en próximo artículo, para no hacer tan largo este, para dolor de una oposición irracional que se atreve a decir que el Br. Rosales sabe hablar a pesar de llevar “imprimido” en una chuleta, lo que le mandaron a decir, i como Chávez nos recrea hasta con poesía llanera o canciones de revolución, me dicen que le ordenaron a Rosales que incluyera algo de “poesía” i no se ha atrevido, porque hasta los momentos sólo ha podido aprender aquella del antiguo párvulo: “Aunque soi el más chiquito/ no me quedo por detrás/ porque digo mi versito/ como todos los demás”. Y el Ministro Aristóbulo Izturiz se encargó en el programa En Confianza i en La Hojilla, de demostrarle cuanto miente (ciento por ciento) i que no conoce ni sabe absolutamente de educación, como tampoco los asesores como Teodoro que, al decir del Mejor Ministro de Educación que ha tenido Venezuela, “he visto esa cara” (de cínico, cuando miente) i hasta el gaznápiro de Roberto Giusti, expresa en su cara también que miente descaradamente, cuando dice que las marchas de Rosales, son una avalancha de gente, increíble. I la casi solitaria escuálida que aparece golpeando una lata, semeja un programa que había en Maracaibo de búsqueda de cantantes que, cuando salía un candidato berreando, le sonaban “el gong”. A este mediocre candidato, hai que dejarlo hablar; es su mejor suicidio o “autosuicidio” como decía el crápula de Carlos Andrés. Después del 3 de diciembre, lo va a mandar a detener, la Academia de la Lengua.

(Continuará)



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Roberto Jiménez Maggiolo


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