Es realmente insólito la cantidad de tonterías que uno tiene que escuchar de parte de los candidatos durante un proceso electoral. Sin embargo, a pesar de lo acostumbrado que puede estar uno a escuchar barbaridades, lo de esta vez no ha tenido parangón nunca antes.
El candidato Rosales, en el medio de la angustia que obviamente le tiene que producir enfrentarse con el fenómeno electoral que constituye Chávez, ha planteado algunas cosas que una persona que se sienta a analizarlas cinco minutos se da cuenta de que no tienen pie ni cabeza.
SE ARMÓ UN LIMPIO CON “MI NEGRA”
El asunto eso de la fulana tarjeta “Mi Negra” es tan demagógico que cuando en una rueda de prensa algún periodista quiere profundizar en cómo se implementaría esta propuesta, sencillamente le dan la vuelta y no responden la pregunta.
Primero dijeron que esa tarjeta era para los desempleados. Luego han ido vendiendo que será para todo el mundo, al punto que Rosales en cada mitin que ofrece, le pregunta a la gente que si ya tienen su tarjetita y les dice que, él entrando por la puerta de Miraflores, y la tarjeta activándose.
El candidato ha llegado a los niveles de prometer que colocará cajeros automáticos en los cerros para que la gente no tenga que ir lejos a cobrar su millón de bolívares, al cual tendrá derecho por el simple hecho ser venezolano. Por cierto, me encantaría ver cómo van a hacer los vehículos de los transportes de valores para subir a cada cerro de este país, a llenar con bolsas de dinero en efectivo los fulanos cajeros automáticos.
Ahora bien. Si a una persona le van a dar un millón de bolívares sin prácticamente moverse de su casa, porque hasta el cajero lo va a tener cerca, me gustaría saber quién es el que va a salir a trabajar por menos de millón y medio de bolívares. En otras palabras: alguien que se quede en su casa, viendo comiquitas todo el día, cobraría un millón, entonces, si a esa persona le ofrecen un millón doscientos mil bolívares para trabajar en alguna parte, simplemente no lo va a aceptar, puesto que la diferencia no sería suficiente para compensar lo que se gasta en transporte, vestido, alimentación y guardería para los muchachitos. Lo menos que se le podrá pagar a alguien por el trabajo más sencillo será millón y medio.
Es decir, en el supuesto negado de que Rosales llegara de verdad a ser presidente, el sueldo mínimo se triplicaría inmediatamente, por la vía de los hechos, lo cual sería muy divertido y muy irónico, puesto que los mismos financistas de la campaña de Rosales, serían los más perjudicados si el candidato llegara a cumplir su cacareada promesa.
¡CÓMO LES GUSTA UN PARO!
Pero la cosa es todavía más insólita si uno se pone a pensar cómo sería la realidad de una familia en la cual existan varias personas mayores de edad. Papá y mamá: dos millones. Un hijo, al menos, que tenga la mayoría de edad: un millón. Dos abuelos: dos millones más. Es decir, en una muy pequeña familia, ya la cosa se monta por cinco millones de bolívares mensuales, sin que ninguna de estas personas mueva ni siquiera la uña del dedo meñique. ¡Qué viva el paro!
Es increíble que los ideólogos de la campaña de Rosales hayan encontrado la manera de convocar a la gente a un nuevo paro, como el que hicieron en la Navidad de 2002, pero esta vez pagándoles. ¡Bravo! ¡Ahora sí que Venezuela se va a convertir en un país productivo!
REMENDANDO EL CAPOTE
Claro, como algunos de los que tienen la cara menos dura en ese comando se han dado cuenta de que la propuesta es una locura, han hecho un tremendo esfuerzo por tratar de explicar lo inexplicable, y han dicho que lo que sucede es que ese dinero no se le va a dar a la gente por nada, sino que las personas tendrán que prestarle un servicio al Estado.
Por supuesto que nunca explican qué tipo de servicio sería este, ni si eso sería considerado como un trabajo, por lo que las personas tendrían derecho a seguridad social, prestaciones, utilidades, vacaciones, jubilación, en fin, todas aquellas cosas que garantizan nuestras leyes laborales. El enredo es tan grande que ellos mismos se dan cuenta y cambian de tema rapidito, por aquello que bien reza el refrán: no aclare, que oscurece.
La demagogia de venderle a todo el mundo que, a penas el susodicho se siente en la silla, cualquiera podrá ir a un cajero automático a retirar su milloncito, es lo único que les interesa promover. Eso sí, sin profundizar mucho en el tema.
“NO SE LE PUEDE PEDIR PERAS AL HORNO” (SIC)
Repitiendo entre comillas la frase pronunciada por el ilustrado candidato, y tratando de comprender que lo que intentó decir era que no se le podía pedir peras al Olmo (que es un árbol señor Rosales, no un instrumento de cocina), ciertamente podemos entender que un grupo de personas que ha subestimado tanto a este pueblo, al punto que pensaron que golpes de Estado, paros petroleros y guarimbas iban a lograr torcer su voluntad, ahora crean que lo que no lograron por la vía de la violencia, lo conseguirán intentando comprar a las personas con planteamientos que, además, no los cree ni un niño de primer grado.
“EL ORÁCULO DE EDELFOS” (SIC)
Si tuviéramos la posibilidad de consultar en un oráculo como el de Delfos (le informo señor Rosales que este es el nombre correcto de la ciudad griega, que tenía un oráculo muy famoso en la antigüedad, ubicado en el templo de Apolo) y le pudiéramos preguntar qué pasaría en el caso de que el mencionado candidato llegara a ser presidente, lo que nos respondería la pitia (esta palabrita, señor Rosales, búsquela en un diccionario, porque esto es un artículo de opinión y no el Libro Gordo de Petete), sería que, ironía de ironías, los mismos que le dieron el golpe de Estado a Chávez, se lo darían en menos de tres meses al imaginario presidente Rosales: la gente de Fedecámaras.
Los empresarios que se desgañitan gritándole a todo el mundo que se “atrevan”, serían los primeros que buscarían la forma de deshacerse del supuesto presidente, más rápido que lo que canta un gallo. Dígame esas empresas que tienen cuatrocientos o mil trabajadores, a los que sólo les pagan el sueldo mínimo, ¿dónde conseguirían personas que mantengan sus inmensas ganancias, por menos de un millón y medio cada uno?
“CANTOS DE BALLENAS” (SIC)
Lo bueno es que este pueblo no escucha ya los cantos de sirenas (esto sí es lo último que le explico, señor Rosales: la mitología griega decía que las sirenas que vivían en una isla del Mediterráneo tenían un canto tan hermoso, que hacía que los marinos no pudieran resistirlo y estrellaran sus naves contra los arrecifes; aunque las ballenas también cantan, en su caso, señor Rosales, la melodía no es irresistible).
Para tranquilidad suya y de los empresarios que lo financian, usted no va a ser presidente, así que no se preocupe, porque no tendrá que cumplir ninguna promesa.
El pueblo venezolano no se vende señor Rosales. Entienda que el venezolano no tiene precio, porque tiene mucha dignidad, porque somos cuna de libertadores y héroes, aunque usted crea que este país está compuesto por “parásitos”, como algún día nos calificó.
Así que duerma tranquilo, y sueñe con “Su Negra”, mientras que Chávez sigue construyendo un país productivo, brindando salud y educación a todos los venezolanos.
mphelnacional@yahoo.com