Después de un intenso día, me he preguntado insistentemente porque votaré por Hugo, no Chávez, no el presidente, no, Hugo, mi pana, mi amigo….Y me pregunto eso, porque hay tantas razones, tantas causas que no me resulta fácil seleccionar una fundamental, hay tanta historia que me contiene, que me demanda, que me señala históricamente que estoy en el camino justo, en la acera adecuada, en el tiempo esperado.
Hay muchas razones de obras cumplidas, de proyectos iniciados, muchas, de eso hay múltiples escritos, infinitas referencias. De ellas rescato una fundamental para mi: la alfabetización de 1.5 millones de hombres y mujeres. Como docente y como periodista tengo por la lectura una pasión sinigual, de modo que sé que con esa semilla vamos por el camino adecuado.
Pero en esta oportunidad quiero hablar de mis razones íntimas, profundas, viales, casi ancestrales, de esas que no escribimos con frecuencia, que solo hablamos con los amigos, con nosotras mismas/os, de esas….
Desde que me recuerdo, la política ha sido uno de mis centros vitales, bien sea en la acción o en la reflexión, de modo que crecí con la UTOPIA del cambio social, que en mi caso siempre tuvo nombre y apellido: El Socialismo.
De modo que pasé muchos años de mi vida haciendo militancia en un partido de izquierda; el MAS de mis tormentos, nunca voté por AD ni por COPEI, siempre me asumí de izquierda, mí cultura está construida en esa atmósfera, mi mundo simbólico está lleno de esos referentes: mi música, mi literatura, mis amigos, mis amores.
Participé en cuanta campaña política pude, apoyé a José Vicente y a Teodoro. Tuve la suerte, la infinita suerte de haber conocido a Luis Hómez, fue mi profesor, mi amigo, mi compañero de partido. Participe activamente en su campaña electoral como candidato a gobernador, la cual ganó, nunca he dudado de eso, pero el maligno se lo llevó y con él una de nuestras mayores ilusiones. Con esa muerte y el declive del MAS, comenzó mi alejamiento de la política y de la Utopía.
Pasaron mucho años y cuando ya estaba convencida de que moriría con el sueño de lo que pudo ser y no fue…. comenzó este “incendio en la pradera” que nos permitió a muchos recuperar la esperanza e intentar de nuevo “tomar el cielo por asalto” que significa volver a tener fe y sentido en la vida, recuperar el propósito de haber nacido, de ser. Esto no se reflejará en ninguna estadística, en ningún numerito, pero cómo pesa en la contabilidad de cada uno, como se convierte en la flecha que mueve el microcosmo de cada uno de los que somos tocados por esta fuerza.
Aprendí así que la Utopía no es una quimera, es un fuego vivo que nos ilumina y nos dice hacia donde va el camino, sintiendo que- como dicen los orientales- que el camino es la meta.Es la esperanza entonces mi razón fundamental para votar por Hugo. Segura estoy que esta es la de muchos y muchas que como yo, casi la habíamos perdido y eso tiene una fuerza tal que solo se acabará con nosotros/as.
Y si me quedase alguna duda de esto que siento, me basta ir aun acto donde Hugo vaya a estar, como este sábado 25 de noviembre en Maracaibo donde vino a inaugurar El Metro, nuestro Metro. Ver allí a miles de hombres y mujeres entregadas a esto que él ha denominado “más que amor, frenesí” es una fuerza vital, un elán que no tiene parangón y que confirma cada día que pasa, que Hugo vino para quedarse, que Hugo vino para ser millones y que Hugo no se va ¡Bienvenido a su segundo mandato Sr. Presidente! Nos seguimos viendo.