Si uno se detiene a analizar la "Nueva Ola" estudiantil y sus
propuestas, se dará cuenta de que básicamente consisten en un montón de
eslóganes bienintencionados -con los que casi todo ciudadano estaría de
acuerdo, sea rojo rojito o no- pero nunca inciden en cómo llegar a esas metas o causas.
"¡Queremos que los venezolanos se encuentren! ¡Viva la libertad! ¡Paz! ¡Igualdad! ¡Es la hora de la reconciliación!"
Omitiendo
el irritante "RCTV" -que suelen añadir a sus consignas, como supuesto
aglutinante de esas causas, cuando en realidad es como mezclar agua con
aceite- casi la totalidad de ciudadanos de Venezuela y el mundo
apoyaría sin dudar esos objetivos como sociedad. El problema viene
cuando esas "propuestas" se quedan ahí: en el eslógan. Dicen "qué" es
lo que quieren (en bastantes casos lo que dicen querer, que no es lo mismo), pero no el "cómo". ¿Cómo lograr la igualdad? ¿Cómo llegar a la reconciliación?
Antes
del 3-D Chávez lo dijo bien clarito: vamos al socialismo, para así
conseguir la paz, la libertad, la igualdad. Nadie puede decir que
engañó a los venezolanos y venezolanas durante la campaña electoral.
Una de las cosas que más se critica al gobierno es la indefinición de
qué es el "Socialismo del Siglo XXI". No
hay fórmulas exactas, es cierto, lo tenemos que construir entre todos,
pero lo cierto es que el presidente se la pasa leyendo y compartiendo
los textos de autores versados en el tema: cuando no comenta a Marx, explica a Gramsci, cuando no cita a Chomsky,
recuerda a Mariátegui. ¿Cuándo han visto ustedes a un líder opositor recomendar un libro?
Se
puede estar o no de acuerdo con las propuestas del gobierno
bolivariano, para eso se votó en diciembre y el resultado fue
suficientemente claro: la propuesta es el socialismo, y hacia allá va
Venezuela. Ahora bien, ¿cuál es la propuesta del autodenominado
"movimiento estudiantil"? El socialismo no es, eso es claro, ¿entonces
cuál? ¿El capitalismo? ¿El liberalismo? ¿El "no-socialismo"? Pareciera
que los estudiantes opositores (eso de que no son ni de gobierno ni de
oposición no se lo creen ni ellos) estuvieran cumpliendo la máxima
liberal que dice algo así como "la ausencia de ideología es nuestra
ideología". Sustituir la política por el consumo, el debate por las
campañas publicitarias, las ideas por los eslóganes.
Si su idea
de cómo alcanzar la paz, la igualdad, la libertad tiene una fórmula o
al menos un camino tentativo, que lo expongan: que digan que la mejor
opción es el capitalismo (o la que crean más conveniente), y que
argumenten que lo es por esto, por aquello y por lo otro, como hace
Chávez con el socialismo. Que recomienden libros sobre el tema
(sorprenderá a más de un opositor saber que este tipo de literatura
existe, porque ni modo que sus líderes se lo cuenten). Que expongan con
claridad cuál es su proyecto, ya que el "Socialismo del Siglo XXI" les
parece tan ambiguo, difuso e indefinido.
De esta manera darán un salto cualitativo bien grande: del mundo de los eslóganes al mundo de las propuestas.
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