Hago un llamado, muy serio, de alerta sobre lo que empezó a ocurrir ayer en el estado Sucre: La cayapa conspirativa que los sectores de la contrarrevolución han montado para dar al traste con este proceso bolivariano.
Apoyados en que TODOS los medios televisivos, radiales e impresos más influyentes de nuestro patio son escuálidos, aún cuando PDVSA, los ministerios y las alcaldías bolivarianas los tienen “mantequeados” (full publicidad), la oposición salió ayer aquí con todos sus hierros a destruir a Hugo Chávez.
Veamos cuáles factores poderosos entraron desde ya en el juego macabro:
1. Los partidos Podemos, ASÍS (exadecos con Ramón Martínez), Un Nuevo Tiempo, AD, Copei, Bandera Roja, Primero Justicia, MAS y algunas estructuras de Podemos.
2. Las cúpulas Fedecámaras-Sucre y Cámara de Comercio.
3. Las grandes empresas Toyota, Naviarca, Cannavó, Alimentos Margarita (del grupo Polar), Conmetasa, Complejo Marina Plaza y Avecaisa
4. Las universidades UDO, UGMA e Iutirla.
5. Todo el circuíto comercial de los centros de Cumaná y Carúpano.
6. Los sindicatos CTV-Sucre, Suepples, Cadafe, Hidrocaribe, Suode, Fetrapesca, Transporte, Fedepetrol, Aseudo y Sintraconstrucción.
7. Toda la cúpula católica (arzobispo, obispos, vicarios) y gran parte de los curas de Parroquia (el caso de la iglesia de Caigüire es espeluznante).
8. Toda la burocracia que tenemos infiltrada, con puestos de mando, en PDVSA, Eleoriente, Poder Judicial, Direcciones Ministeriales, Hidrocaribe, Las Misiones, Fiscalías del Ministerio Público, Unefa, Inti, Registros y Notarías, Seniat, Aduanas, Defensoría del Pueblo, Ince y Banco Industrial.
9. La mitad de la plataforma gubernamental del Ejecutivo Regional, un 80% del Consejo Legislativo regional y cuatro alcaldías.
9. Los colegios profesionales de Médicos, Maestros, Abogados, Ingenieros y Administradores.
10. Todos los colegios (primaria y secundaria) privados.
11. Las ONG’s formadas al amparo de la IV República, y que nucléan funcionarios públicos jubilados, damas benefactoras, laicos fundamentalistas, empresarios y profesionales de distintas ramas.
Ellos cuentan ahora con un formidable aliado a su favor: El despegue del chavismo del gobernador Ramón Martínez juega como un factor alucinante en todas estas capas sociales para sentirse, al igual que un joven cuando “infusiona” nasalmente, dueñas y señoras de la verdad absoluta. Y ello por un detalle: En toda su trayectoria gubernativa, Ramón Martínez supo “domesticar” con éxito a los llamados “factores de poder”, hasta ponerlos a la orden de su engranaje ideológico. Supo “dar a cada quien lo que se merece” para luego “cobrar” al mejor estilo de la consigna de Manuel Rosales.
Y todo esto implica una real amenaza para la revolución en el estado Sucre, que no puede ser despachada con el cliché simplista de que “el pueblo está con Chávez”. Muchísimo es el daño que toda una superestructura mediática, religiosa, económica, académica, gremial, sindical, judicial, familiar, funcionarial y vecinal, junto a las redes eficientísimas del “radiobembismo”, pueden infligirle a un proceso que tiene aún mucho de ingenuo y experimental.
Hago un llamado desesperado: La revolución debe armarse desde ya con todo un discurso de sus logros, bondades y pertinencia histórica, capaz de desplazarse desde el Presidente hasta el más recóndito de los militantes bolivarianos de este país, para contrarrestar la vorágine conspirativa. Ello pasa porque los consejos comunales, las misiones, las organizaciones de base, los frentes sociales y los partidos del proceso se conviertan desde ya en “los evangelizadores” de la revolución, tocando puerta a puerta los hogares de cada rincón del país para compartir los sueños y las esperanzas con todo el pueblo venezolano. Ello sería el mejor antídoto contra esta rémora perversa que pretende retrotraernos a la inopia.
Y en cuanto a esto, el estado Sucre debe ser declarado en emergencia. No hay quizás otro estado donde las condiciones opositoras estén tan dadas para la guerra sucia. ¡Ó actuamos, ó perecemos!...
(jeramedi@yahoo.es)