Los obispos escuálidos arremeten una vez más y en esta ocasión han
declarado “moralmente inaceptable” la reforma constitucional propuesta
por el presidente Chávez y ampliada por la Asamblea Nacional. Esta
afirmación que se corresponde perfectamente con el pensamiento del
purpurado venezolano, no tiene sino una sola lectura: es inmoral quien
respalda lo moralmente inaceptable.
En buen español, esto significa que la mayoría del pueblo venezolano, por
respaldar la reforma, es inmoral; mientras que los opositores tienen
ganado el cielo por su conducta moralista.
¡Váyanse a la mismísima mierda, pastores de pacotilla!
Sí alguien carece de moral en este país son ustedes y una buena parte de
la Iglesia que representan.
¿Se les olvida acaso que ese pueblo al que ustedes califican de inmoral,
es el mismo pueblo que enfrentó y derrotó una dictadura que ustedes
promovieron y respaldaron?
¿Quién tiene más moral? ¿el que se define como demócrata y se lanza a la
calle a defender la democracia o el que definiéndose como tal actúa como
lo hicieron ustedes el 11, 12 y 13 de abril?
¿Se dan cuenta de que si hablamos de farsantes y amorales ustedes están a
la cabeza?
Desde la invasión española los nacidos en esta tierra, han venido
luchando por la libertad, la igualdad y la justicia. ¿Qué ha hecho la
Iglesia y los ensotanados como ustedes, mientras tanto?
Sólo a un ignorante se le ocurriría negar que su papel histórico a sido
mediatizar las luchas del pueblo con un mensaje de conformismo, sumisión
y de un más allá redentor.
Ustedes, escuálidos ensotanados, que han vivido llenos de lujos sin
trabajar y siempre al servicio de los poderosos, ¿vienen en nombre de
Dios a calificarnos de inmorales?… ¡váyanse, nuevamente, a la mierda!
¿Saben que es inmoral? El haber guardado silencio, mientras en Venezuela
se asesinaba al pueblo y se instauraba una dictadura; el no haber
denunciado los asesinatos del caracazo; el proteger a la banda de
depravados homosexuales que forman parte de la dirección de su iglesia;
el hacerse los locos mientras curas y obispos violan niños a diario; el
guardar silencio ante la corrupción y la depravación de los gobiernos a
cambio de dinero y privilegio.
Son ustedes los inmorales más grandes de este país, no crean que engañan
al pueblo. Ya perdieron, a fuerza de tanta depravación, la confianza y el
respeto que una vez se les tuvo.
Salgan a la calle y pregúntenle a los ciudadanos para que vean lo que
piensan los venezolanos de los curas y los obispos.
Y una cosa más, sigan por ese camino, que eso permitirá el próximo dos de
diciembre, saber en quien cree el pueblo venezolano: sí en Chávez o en
una banda de sinvergüenzas como ustedes.
arellanoa@pdvsa.com