Suena el timbre del teléfono en el celular.
-Dime. Aló. Soy todo oído.
-¿Lograste hablar con el alto mando de asesores internos y externos?
-Sí. Tus órdenes se están cumpliendo al pie de letra. Conversé personalmente con la gente del alto mando. Estamos atacando por todos los frentes existentes. Nuestros planes conspirativos están convertidos en un huracán indetenible.
-Bueno esa es la estrategia de la guerra sucia. Tenemos que arrasar con todo. El plan es socavar todas sus bases de sustentación, hasta que firme la renuncia. “¡Capitula o monda!”, como decía la heroína zuliana Ana María Campos.
-Hay que tender un cerco, hasta cortarle la respiración que alimenta su poder.
-Esa táctica y estrategia funcionó en el golpe anterior. Lo que pasó es que después del garrotazo no supimos qué hacer con el poder. Y perdimos todo nuestro trabajo conspirativo. Por cierto, ¿cómo marcha el reclutamiento de las jóvenes falanges?
-En ese sentido nos estamos moviendo a paso firme, como los tanques de Patton en la Segunda Guerra Mundial. Ya tomamos los medios. Nos dieron primeras páginas
-Recuerda que la nueva fase del plan es organizar las protestas en el cuartel local. En ese sentido, cuando sea preciso, también vamos a transportar tropas hasta el cuartel general. Pero la estrategia es que los reclamos surjan como algo natural, hasta generar una grave crisis institucional. Evaluando la marcha del plan, creo que éste golpe va a ser más certero que el anterior. ¡Eso esperamos!
-Con la diferencia de que en esta oportunidad estamos mejor preparados y los objetivos están excelentemente definidos. Sin embargo, por el golpe anterior, el alto mando nos tiene identificados y sabe de nuestras pretensiones. Ahora la guerra es mediática y por allí van los tiros.
-Por eso es que estamos dándole una tremenda movilidad a los oficiales más nuevos. Tenemos que proponer nombres, para que acepten con los ojos cerrados todas nuestras propuestas.
-Ya pusimos a sonar los nombres de nuestra gente. Por consiguiente, les estamos haciendo una intensa campaña de propaganda y mercadeo. Eso en nuestro plan conspirativo se llama “Golpe y Cuida” y sin “Querer Queriendo”. O sea, la guerra sucia.
-Eso es correcto. ¿Hasta cuando cachicamo trabaja pa’ lapa?
-Tú lo has dicho. Debe hacerse lo que nosotros decimos para que haya paz o siempre habrá una guerra permanente, como decía Lev Davidovich Bronstein. O sea, León Trotsky, para que sepáis. ¡Nos entregan el poder o siempre habrá guerra!
-Eso es cierto. Guerra permanente hasta el fin de los días. Mientras tanto, la conspiración pica y se extiende.
-Parafraseando una vieja cuña de Avon: “Conspirar es nuestra especialidad”. Ya tenemos diez años en este plan. Si desde el 1998. ¡Qué molleja, como pasa el tiempo!
-Vos sabéis: cochino que come manteca mete la lengua en tapara.
-Tú lo has dicho: la conspiración pica y se extiende.
-Recuerda que a quien queremos derrocar sabe defenderse y tiene apoyo. Eso debemos tomarlo en cuenta, porque haríamos el ridículo diciéndole mañana a nuestros seguidores: “Nuevamente la conspiración se nos escapó de las manos”.
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