¿Qué critica Vargas Llosa? Que Venezuela se encamina hacia el comunismo, hacia una sociedad comunista. Vargas Llosa no lo cree porque él es una persona culta, pero, desea asustar al pueblo venezolano como ocurrió en Europa en la primera mitad del siglo XIX cuando un fantasma recorría a Europa, “el fantasma del comunismo”.
Desde entonces mucha agua ha pasado por debajo de los puentes y aún no existe país en el orbe donde se haya establecido ni siquiera la sociedad socialista que es un modo de producción inferior a la sociedad comunista. Marx creyó de buena fe que la comuna de París en 1871 era el primer intento de cristalización de su pensamiento. La toma del poder político por los obreros y soldados franceses duró apenas dos meses.
Cuando a Marx se le habló de la posibilidad de la revolución comunista en los países iberoamericanos expresó que no era posible porque se trataba de sociedades salvajes.
Vargas Llosa sabe todo lo anterior por lo cual sus declaraciones o “llamamientos” están preñadas de mala fe y busca propósitos ocultos como son pretender desestabilizar a los gobiernos populares de América Latina y su sustitución por gobiernos al servicio de los grandes terratenientes feudales y burguesías burocráticas.
En Rusia, por ejemplo, lo que se derrumbó no fue el socialismo sino una forma de capitalismo como es el capitalismo de Estado. Lo mismo en los países de Europa Oriental.
Lo que está ocurriendo en América Latina no es otra cosa que la continuación de la lucha por la independencia, soberanía, desarrollo económico y mejoramiento de las condicones de vida del pueblo.
Todo el mundo sabe y también V. Ll. que el capitalismo tiene una existencia de apenas 220 años, su partida de bautismo es cuando la burguesá francesa en 1789 toma la Bastilla, pasa por la guillotina a más de 10 mil personas incluyendo a Luis XVI y María Antonieta. No obstante, si comparamos el modo de producción capitalista con sus anteriores el feudalismo y la esclavitud, al capitalismo le queda todavía un largo trecho que recorrer tanto en Europa, Estados Unidos, Japón y aún más en los países del tercer mundo en su mayoría con modos de producción feudales, semifeudales y no pocos en la esclavitud como era el modo de producción en el Tíbet bajo el dominio de los lamas.
Lo que está explicita o implícitamente en el centro del debate no son los modos de producción sino quien dirige, quien controla el poder político: o los representantes de los grandes terratenientes y burguesía importadora o los representantes del pueblo trabajador.
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