Lo temíamos, pero ya al fin se ha desvelado toda la trama: el gobernador Marcos Díaz Orellana no está inscrito en el PSUV, nunca lo estuvo, no pertenece a ninguna Patrulla, ni tiene nada que ver con el proyecto bolivariano, se desplaza furibundo hacia la derecha.... Fue un duro y serio trabajo de inteligencia popular. Hoy sabemos que todos los pendejos chavistas de este Estado terminamos votando por un copeyano de la línea del ex rector y protector del violador Nixon Moreno, Lester Rodríguez. ¡Qué trácala tan fea nos metieron!, y ya el Presidente Chávez debe tener toda la información. Hoy sabemos ya, con suma claridad, cuanto habíamos sospechado: su candidatura a gobernador fue muy bien organizada, diseñada y urdida por la oposición fascista que dirige en Mérida, Baltazar Porras y Lester Rodríguez, desde hace casi dos años. Siempre nos andábamos preguntando de dónde había salido este melindroso personaje de Marcos Díaz Orellana (ahora con el mote de “Porras-Orellana”, gracias al banderillazo que le lanzó el Presidente Chávez), que de la noche a la mañana comenzó a sonar mucho a medida que se acercaba la decisión para escoger un candidato para la Gobernación. Se nos decía que era una especie de José Gregorio Hernández porque había sido caritativo con la gente humilde durante su gestión en CORPOSALUD; luego que habían atentado contra su vida en un feudo que tiene en Barinas; después supimos que venía de las filas de Copei, y se le conocía no por político sino por cantante de rancheras y boleros. En Copei todavía lo consideran uno de los suyos. Sienten por él tanto afecto que el alcalde Lester Rodríguez lo suele invitar para compartir trabajos de su gestión. El día viernes, 25 de septiembre, el copeyano y ex alcalde merideño, Simón Valdés dio declaraciones al diario “Pico Bolívar” (en realidad “Pico e´ Zamuro” por lo amarillista) en las que decía: “Reunión Díaz-Porras fue positiva, útil y constructiva”.
El problema ya no es que el gobernador Porras-Orellana se esté volteando o se esté apartando del proceso. No, se trata de algo muchísimo más grave y triste: el señor Marcos Díaz Orellana se nos coleó en este compromiso de nuestro proceso bolivariano. No sabe absolutamente nada de lo que se desarrolla en este proceso, y ahora tiene el papagayo bien enredado porque se ve que sentía grima siendo señalado de rojo rojito. Él creía que esto de ser gobernador era asunto de figuración, de celebraciones con coleos, pasarela de misses y brincos de cabalgatas; con meras inauguraciones y paseos en helicóptero y vivir en esa bella nube donde nada lo toca ni donde nada le atañe. Recibió con honores al golpista Baltazar Porras, íntimo del violador Nixon Moreno (quien lo escondió en El Valle y quien luego lo metió en la Nunciatura), quien firmó el Acta Carmona, el que ha conspirado con todos sus inmundos hierros con paros, huelgas y guarimbas, atentando contra todas las leyes revolucionarias y colocando al país siempre a un tris de una guerra civil. Luego Gobernador, como un angelito de medallita y hostia dominguera, salió a decir que él (Porras-Orellana) no es Dios ni Juez para juzgar a monseñor Porras. Tampoco será ni juez ni Dios para decir que es un fementido mentiroso, que el 11-A se metió en Miraflores, que estuvo al lado del cardenal Ignacio Velasco en las horas agónicas de la condena al Presidente, cuando estaban a punto de matarlo. ¿Qué hacía ese monstruo de Baltazar Porras el día sábado 13-A, en Miraflores cuando nadie sabía dónde estaba el Presidente, y había declarado que lo llevaran a la Orchila para matarlo? No será él tampoco Dios ni Juez para condenarlo porque Porras haya defendido al TSJ que declaró que los golpistas estaban preñados de buenas intenciones. No será tampoco Dios ni Juez para condenarlo porque Porras se hubiese unido al paro y a la huelga petrolera que duró más de tres meses y durante las cuales él cerró la catedral para que no se impartiera misa ni hubiera aguinaldos. Él, Baltazar Porras apoyando a todos los colegios católicos que se negaron a impartir clases esos días. No será tampoco Díaz Orellana Dios ni Juez para condenarlo porque él fuese a bendecir a Nixon Moreno dentro de la Nunciatura cuando el Consejo Universitario le regaló el título al referido violador. Tampoco Marcos Díaz Orellana será tampoco Dios ni Juez para condenarlo porque se hubiese dedicado a defender a los comisarios asesinos de Puente Llaguno, Henry Vivas, Iván Simonovis y Lázaro Forero. Tampoco será Dios ni Juez para condenarlo porque hubiese atacado sangrientamente a la LOE. Usted señor Marcos Díaz no es ni Dios ni Juez, ni revolucionario, ni bolivariano, ni gobernador ni pueblo, ni luchador de nada, y por eso puede decir todo lo que dice.
Pues bien, todos recordamos que Marcos Díaz Orellana jamás lo vimos luchar, por ejemplo, por la reforma constitucional. Nunca lo habíamos visto en una reunión de partido, y muy poca gente lo conocía. Todavía se recuerda una ocasión en que Sant Roz, en la Casa del Pueblo, se preguntó por el fulano personaje de Marcos Díaz y dijo: “¿Dónde está este señor?, ¿qué hace por la revolución?, ¿cuál ha sido su lucha revolucionaria para que nosotros salgamos a darle el voto?, ¿quién es ese señor que se disimula tanto y que nunca lo vemos en los debates, en los barrios, en las comunidades?” Ustedes saben cómo es este señor Sant Roz que pareciera que no le importa que lo odien, que lo ataquen o que lo demanden por lo que diga, porque, por cierto, por ahí está corriendo una demanda en su contra manejada por afectados por sus dardos. ¡Que demanden!... Pero bueno, tantas veces han intentado demandarme. Pues bien, aquellas preguntas hoy resultan muy oportunas volverlas a plantear, porque se ha comprobado: ¡BOMBA NUCLEAR! Y cojan, repito, palco: Porras-Orellana no está inscrito en el PSUV; nunca le importó hacerlo, mucho menos fue y se recensó, y por lo tanto no está metido en ninguna Patrulla. A él eso seguramente le da mucha vergüenza, de verdad verdad ser rojo rojito por dentro. ¿Sabía esto el vicepresidente de nuestra región el señor Rafael Ramírez? Marcos Porras Orellana hace lo imposible por no pecar metido a rojo rojito, siendo tan cristiano, tan apostólico y tan romano. Sin embargo, sale a dar ruedas de prensa donde clama por la unidad del partido y por la disciplina del partido, cuando él no está inscrito ni tiene ningún derecho a reclamarle nada a nadie. Con razón casi nunca va a las reuniones del Buró. Con razón anda metiendo a Baltazar Porras en la Gobernación y haciéndole honores de príncipe de la Iglesia. Él dice que él se reúne con quien le da la gana. Lo ha dicho públicamente, pero que en el caso de Baltazar Porras mucho más porque el mismo Chávez lo hizo después del Golpe. Que él no es ni juez ni Dios para juzgar a Porras, sin embargo nosotros los de la base del PSUV que tampoco somos dioses ni jueces, sí te vamos a condenar Porras-Orellana, por inconsecuente, por mentiroso, por ambivalente políticamente y por habernos defraudado tan groseramente. Sí te condenaremos.
Del TÍTULO II, en los estatutos del PSUV, DE LA DISCIPLINA, INFRACCIONES Y SANCIONES, en su Artículo 9, establece que Constituyen infracciones a la disciplina partidista: a) La participación en actos públicos violatorios a la declaración de principios, reglamentos, estatutos, a la línea política del PSUV y de la JPSUV, así como cualquier otro acto u omisión que afecte los mismos. Y el señor Porras-Orellana violó severamente este artículo cuando le hizo honores en la Gobernación al obispo golpista de Baltazar Porras. Igualmente deberían ser sancionados todos los señores del Buró de PSUV de Mérida, que no sólo no criticaron esta conducta del copeyano Díaz sino que avalaron con su silencio e incluso con declaraciones de apoyo, este traicionero e inmoral acto.
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