Me nace la iniciativa de escribir en la llanura de estas páginas, como demostración de una inquietud que llevo desde hace tiempo, sobre el mal uso que se le hace a los puestos de estacionamientos para los Discapacitados, en diferentes lugares, destinados para esas personas que por algún motivo ajenos a su voluntad se encuentran en esa situación. En consecuencia, aprovecho la oportunidad en este revolucionario diario sobre este aspecto, con el objetivo de crear conciencia en las personas No-Discapacitadas, ya que ninguno de nosotros está exento de sufrir algún impedimento físico.
Nuestra Constitución Bolivariana en su artículo 81, parráfo II, en
relación a los Discapacitados, reza: " El Estado con la participación
solidaria de las familias y la sociedad, le garantizará el respeto a su
dignidad humana, la equiparación de oportunidades, condiciones laborales
satisfactorias, y promoverá su formación, capacitación y acceso al
empleo acorde con sus condiciones, de conformidad con la Ley. "
Se entiende por Discapacitados, todas aquellas
personas que por causas congénitas o adquiridas presentan alguna
disfunción o ausencia de sus capacidades de orden físico, mental,
intelectual, sensorial o combinación de ellas, de carácter temporal,
permanente o intermitente.
El artículo 32 de La Ley para las Personas con Discapacidad contempla lo siguiente: " Los
estacionamientos de uso público y privado tendrán espacios exclusivos
para vehículos que transporten o sean conducidos por personas con
discapacidad físico-motora, ubicados inmediatamente a las entradas de
las edificaciones o ascensores, en las cantidades que la Ley o norma
establece." Mi preocupación recae precisamente en este artículo
cuando veo casi a diario en los estacionamientos públicos y privados,
que se estacionan allí vehículos dirigidos por personas sanas o
No-Discapacitadas. En época Decembrina me ví en la necesidad de llamarle
la atención a un vigilante de la empresa Micro, ubicada en Cagua,
porque en el puesto reservado a los Discapacitados permitió que
estacionara una camioneta, cuyos ocupantes a la vista estaban
totalmente sanos - No es preciso llegar a esta situación - si todos los
ciudadanos conociéramos nuestras leyes y normas de convivencia en este
sentido. Otra situación similar fue en el Central Madeirense de la misma
población, cuando observé cómo una dama aparentemente en buenas
condiciones de salud, discutía con un vigilante, sólo porque éste no la
dejaba estacionar en un puesto reservado para Discapacitados. Los
dueños de esos grandes centros comerciales deben girar instrucciones
para que estas normativas sobre estos espacios preferenciales se
cumplan al pie de la letra. Pongámonos en el lugar del otro. Es
importante resaltar que todos los ciudadanos leamos nuestra
Constitución y la Ley para Discapacitados para poder colaborar con
fundamento legal a estas personas en desventajas.
Desde mi humilde posición me permito hacer algunas recomendaciones con
la intención de ayudar a nuestros compatriotas Discapacitados:
1) Que los medios de comunicación, en cualquiera de sus formas, realicen
campañas sobre los estacionamientos para Discapacitados.
2) Que a los niños, desde las escuelas y liceos se les inculque que los
puestos preferenciales para estas personas deben ser respetados, así los
espacios estén desocupados. Los párvulos van a ser los futuros
ciudadanos que regirán el pais y hay que irles sembrando el germen de
esta conducta.
3) Que los vigilantes de los estacionamientos públicos y privados sean
orientados sobre esta materia por sus respectivos patronos.
4) Crear una conciencia colectiva a través de diferentes instituciones del Estado en materia de Personas Discapacitadas.
5) La Gerencias Generales y las Gerencias Medias de los grandes centros
comerciales, deben supervisar periódicamente si se respetan los puestos
preferenciales para Discapacitados. En resumen todo converge hacia
el lado de la Educación, elemento fundamental en toda sociedad. Son
algunas sugerencias que se me vienen en mente. Estoy seguro que muchos
lectores aportarán otras de consideración; y en esta medida seremos
mejores ciudadanos.
Con estas breves reflexiones, espero contribuir con el desarrollo moral
y ético en estos tiempos de transición, en aras del hombre nuevo que
tanto requiere de la buena voluntad y plena facultad de su conciencia.
Si no tomamos en cuenta los enunciados de la leyes y reglamentaciones en
esta materia, todo sería letra muerta. Si todos nos unimos en un mismo
sentimiento todo irá en beneficio de los Discapacitados que por cosas
del destino podría ser uno de nuestros familiares.
guaicaipuro14@hotmail.com
(*) Coronel Retirado (Ejército)
Edo. Aragua