No estoy inclinado, estoy firme, de pie (Dialogando con Evaristo Marcano)

Indice:

  • La crítica solidaria
  • La soberanía popular como problema
  • La soberanía popular y los artículos 5° y 6° constitucionales
  • El Presidente Chávez afirma la soberanía nacional
  • La posición de Enrique Dussel
  • Salarios, precios, liquidez, e inflación  
  • Los salarios no determinan los precios
  • No son los incrementos salariales y el exceso de liquidez lo que genera inflación
  • El poder transnacional es quien maneja los hilos
  • Una alianza clasista internacional contra Venezuela
  • Yo formo parte del proceso bolivariano, fui solidario con el Presidente Chávez y lo soy con el presidente Maduro
  • Hay una organización narcoparamilitar en barrios y pueblos de Venezuela. El chantaje y el terror influirán en la votación. La parapolítica llegó
  • En Colombia los paramilitares han decidido más de una elección
  • La contraseña para lanzarse contra nuestra patria es el grito de fraude que se lanzará en la madrugada del 7D o antes
  • No es el momento de la crítica. Es de la solidaridad para vencer a la derecha
  • Hechos no palabras
  • Profundizar la democracia participativa y protagónica

Introducción

Debo darte las gracias Evaristo por fijar tu atención en mis modestas líneas de pensamiento y tratarme con consideración. No es muy común eso hoy cuando suele privar la descalificación. He tomado muy en cuenta, todas y cada una de las observaciones que me has hecho y de nuevo te ratifico mi gratitud e intentaré responderlas hasta donde mis modestos saberes me lo permitan.

La crítica solidaria

Quiero comenzar precisando mi posición en estos intercambios. Soy partidario de la crítica solidaria. En correspondencia con ello no creo mucho en las polémicas entre revolucionarios. Creo en el diálogo. Esta es una posición muy personal y no pretendo que otras u otros la compartan. No me gustan los debates centrados en razones aun cuando ellos suelen ser inevitables. Ese tipo de debate suele ser ilimitado y puede convertirse en torneo de razones. Como he dicho otras veces creo en el consejo que Marx le dio a la I Internacional: práctica común y reflexión sobre la práctica común. Una manera de unir práctica y teoría, teoría y práctica. Galeano lo dijo en algún lugar de esta manera: “Somos lo que hacemos. Sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos.” Creo que esto vale para la vida personal y para la vida colectiva.

Creo que es muy importante unirnos en el hacer pues se ha demostrado que es más difícil unirnos en el debate sobre razones. Es más fácil, creo, unirnos en los sentimientos, en la fe y la esperanza, cuando se sustentan en el hacer común entendiendo que ese hacer común también incluye la práctica teórica, sin pretender darle lecciones a nadie y mucho menos descalificarlo. De nuevo, pues, te agradezco el tratamiento que le das a mis reflexiones.

Con estas y las palabras que siguen, participo y cierro mi participación en este diálogo salvo que surja una absoluta necesidad de continuarlo. Ya veremos.

Una pregunta de Evaristo

Tú me preguntas si estoy escribiendo sobre lo que debo o sobre lo que me interesa. En mi caso personal escribo sobre lo que creo debo decir en relación a mis intereses vinculados a las luchas populares. A eso me atengo.

También tomo en cuenta lo que otros creen que debo decir o escribir. Es una práctica permanente pues muchas veces debo reflejar de alguna manera sugerencias que surgen de conversaciones, encuentros, diversas formas de intercambio. Finalmente lo que escribo y publico es de mi absoluta responsabilidad.

Primera parte: la soberanía popular como problema

El tema de la soberanía popular y los artículos 5° y 6° constitucionales

Buscando un acuerdo con Evaristo

Luego Evaristo señala:

Julio Escalona dice que después del 6-D "vamos a implementar los artículos 5 y 6 de la constitución". <Si Julio Escalona tiene ese poder, no le pedirá [SIC] tanto. Si logra que los militantes (todos los inscritos) puedan elegir las candidaturas, los miembros y las miembras de la Dirección Nacional y de los equipos estadales, sería una gran revolución dentro del proceso. Un avance inmensamente cualitativo.

Bueno Evaristo, déjame decirte lo siguiente: Yo no tengo otro poder que el de atreverme a pensar, actuar y mantenerme a través de mi historia personal tratando de ser consecuente con lo que he creído, intentando rectificar cuando me he dado cuenta de mis errores o cuando otros o la vida me lo han hecho ver. Yo no he sido ni soy del poder. Siempre he sido y soy de la resistencia. Lamentablemente hay mucho funcionario que cree que es poder y manda, ordena, maltrata, ofende... Debemos cuidarnos de ese proceder, que permea permanentemente a toda la sociedad, lo que nos incluye.

El PSUV y su vida interna son importantes para el país y para mí. Pero yo no estoy pensando ni trabajando en función de que el PSUV cambie u organice su vida interna de esta manera u otra. Mi problema ha sido y es cómo poner una pequeña gota de mi sudor espiritual, mental y físico para que el pueblo sea soberano, para que se autoempodere y entonces actúe en consecuencia en los diversos espacios y procesos donde el pueblo participe comportándose como pueblo soberano.

Estos intentos, muchos fallidos, siempre los he realizado junto con otros y tú lo citas bien, de esa manera cuando yo digo: "vamos a implementar los artículos 5 y 6 de la constitución".  No sé por qué luego lo personalizas cuando señalas: "Si Julio Escalona tiene ese poder" – Ni tengo ese poder, como ya lo dije, ni pretendo hacer un intento en solitario. Ojalá podamos hacerlo juntos y que muchísimos se interesen en esta lucha y desde sus espacios y a su manera participen en ella. Ojalá podamos hacerlo coordinadamente.

En mis desvelos y en mi quehacer práctico he escrito sobre este tema del empoderamiento del pueblo. En un trabajo denominado Ecología y Crisis Civilizatoria (publicado en Aporrea y en Patriaurgente.com), reflexiono sobre este tema del empoderamiento popular. Ahí digo:

Los procesos revolucionarios, por ser procesos inéditos, tratan de buscar referencias en el pasado. Luego, esa búsqueda generalmente se hace y se está haciendo, en condiciones de graves y críticos procesos de agresión y desestabilización promovidos por las fuerzas del capital, tratando de pervertir desde dentro del proceso mismo, los esfuerzos transformadores. Eso se facilita por cuanto los que intentamos los procesos de cambio nos hemos forjado en las entrañas de la sociedad capitalista, hemos sido modelados por ella en los valores materialistas, individualistas, de competencia como guerra de todos contra todos tras el éxito material.

Esos procesos de agresión y desestabilización van condicionando, incluso determinando, los procesos revolucionarios, lo que tiene que ver con las diversas experiencias fallidas que hemos ido viviendo a través de la historia.

El conjunto de las sociedades que emprenden el proceso de transformación, están dominadas por la fuerza de la tradición y la costumbre. Los imaginarios, las lógicas para la solución de problemas, los métodos de trabajo y de dirección, la manera de soñar, suelen enfrentarse al dilema de inventar o errar, como no los planteó el gran maestro Simón Rodríguez, maestro de Simón Bolívar y maestro de toda América. Ante ese dilema la línea de menor resistencia es resolver de acuerdo con lo que tenemos en nuestra vieja caja de herramientas, es decir, la fuerza de la tradición y la costumbre.

Este tema también lo planteó Marx como la necesidad de educar al que educa, que también se puede leer como revolucionar al que revoluciona, que es el dilema, quizás más profundo, de los procesos de transformación revolucionaria.

Sabemos sobre las dificultades y derrotas que han resultado aplicando la estrategia fundada en la “toma del poder”; pero ha resultado más difícil tomar el camino de acompañar al pueblo en el proceso a través del cual el pueblo convierta en acto el poder potencial que contiene, es decir, materialice ese poder y lo ejerza. No solamente como poder político, sino como poder espiritual y cultural. Por eso podemos seguir diciendo que el poder no se toma, el poder se construye, sólo que no lo construye alguien desde fuera, una vanguardia, por ejemplo. Es el pueblo mismo expresando sus propias potencialidades, a través de un proceso de autoempoderamiento con los acompañamientos y orientaciones que los liderazgos reconocidos por el pueblo puedan suministrar. El problema de los que se consideran vanguardias es saber orientar y acompañar al pueblo en ese proceso, que tiene un carácter cotidiano de significación estratégica. Esto no puede hacerse desde afuera tratando de “introducirle” al pueblo la conciencia socialista.

Las trasformaciones económicas, sociales, políticas, culturales y espirituales, van conformando a una mayoría de la población en trabajadores, asalariados, en fin, en pueblo oprimido. Pero sólo en la lucha, sólo a través de diversos combates, victorias y derrotas, el pueblo oprimido se va constituyendo como tal, es decir, en un poder. Creo que esta idea la expresó Marx en “Miseria de la Filosofía” hablando de la “clase en sí” y la “clase para sí”. La clase en sí es el pueblo oprimido pleno de potencialidades. La clase para sí es el pueblo como torrente revolucionario que fluye libre derribando en un solo  proceso, lo que en apariencia son represas interiores y exteriores (en verdad son las mismas), construyendo caminos propios, aprendiendo de la experiencia y de la reflexión sobre esa experiencia, construyendo la vida nueva, la cultura, los sueños que no se transforman en pesadillas, horizontes, en fin, otro mundo. (“Las condiciones económicas transformaron primero a la masa de la población del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado a esta masa una situación común, intereses comunes. Así, pues, esta masa es ya una clase con respecto al capital, pero aún no es una clase para sí. En la lucha, de la que no hemos señalado más que algunas fases, esta masa se une, se constituye como clase para sí. Los intereses que defiende se convierten en intereses de clase. Pero la lucha de clase contra clase es una lucha política.” Marx, Miseria de la Filosofía, Capítulo Segundo,  p. 72. … “No digáis que el movimiento social excluye el movimiento político. No hay jamás movimiento político que, al mismo tiempo, no sea social”. P. 73. http://www.marxists.org/espanol/m-e/1847/miseria/005.htm)

Ese es un proceso en el que el pueblo se va construyendo y reconstruyendo como poder. Aquí quizás sea donde las luchas por la transformación revolucionaria se han estancado y han involucionado tomando el camino fácil de reproducir la eficacia y eficiencia de los métodos, valores, instituciones y relaciones sociales del capital, por la vía de revitalizar el mercado como un aspecto de la política económica, orientada a garantizar la producción de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de la población, sin que esta apelación al mercado esté claramente establecida dentro de un proceso de transición al socialismo.

Pero el mercado y las políticas neoliberales no son sólo una política y unos hechos económicos. Representan una visión de la vida, del ser humano, de las relaciones del ser humano con la naturaleza; sobre la cultura, las esencias espirituales, la libertad, el éxito, los valores. Entonces, cuando recurrimos al mercado capitalista fuera de una perspectiva estratégica de transformación revolucionaria, no estamos restableciendo unas relaciones económicas, estamos restableciendo y multiplicando un centro vital de las relaciones de producción capitalistas, de los símbolos, los imaginarios y de eficacia del poder del capital. Presentarlas solamente como políticas económicas, como problemas técnicos, es una maniobra dirigida a desorientarnos, mientras ocultan las relaciones de dominación, ocultamiento que constituye una de las maneras de imponerlas.

El Presidente Chávez afirma la soberanía nacional

El problema del autoempoderamiento del pueblo va parejo y nos conduce al tema de la soberanía popular. También he escrito sobre este tema. Uno de mis ensayos está publicado en Aporrea y en patriaurgente.com, pero no pretendo que la gente haya leído mis trabajos. Si voy haciendo estas referencia es sólo para establecer que esta es una preocupación que me acompaña desde hace décadas y lamentablemente no he avanzado lo suficiente desde el punto de vista práctico.

Fue el Presidente Chávez quien marco un hito sustancial y radical al ratificar carácter constitucional de este asunto. Gracias a él este tema se ha venido haciendo cotidiano.

Me falta estudiar más ese tan contemporáneo y sustantivo documento que es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Sobre todo las posibilidades que ella ofrece para profundizar la democracia y el protagonismo popular. El proceso a través del cual el pueblo explotado se va convirtiendo en poder soberano, puede convertir sus potencialidades en realidad política determinante.

Los artículos mencionados arriba, creo, son base esencial de la democracia participativa y protagónica. El artículo 5° dice:

La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.

Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos.

Creo que este artículo no ha sido suficientemente debatido. La que sigue es la opinión que yo me he venido formando:

Si “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo”, significa que nadie lo puede representar. Él es soberano y el soberano. El soberano antes era el rey, después, en la marcha hacia la democracia representativa, fue sustituido por caudillos y los partidos políticos que le dieron fundamento a la democracia representativa.

En la democracia representativa las constituciones sostenían que la soberanía residía en el pueblo quien la ejercía a través de sus representantes, escogidos a través de elecciones con voto universal, directo y secreto. Esto fue lo que se llamó “mandato libre”.

La Constitución Bolivariana cortó con esta tradición al establecer, precisamente, que la “soberanía reside intransferiblemente en el pueblo.” Por tanto, nadie lo puede representar. Un pueblo mayor de edad como el pueblo venezolano, que derrotó el golpe de Estado de abril 2002, el paro-golpe de Estado petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, la guarimba y que en sucesivas elecciones ha votado por el socialismo bolivariano, sinceramente, no necesita representantes.

¿Entonces, cuál es la relación de ese pueblo con los que él elige? No son sus representantes, simplemente el pueblo les otorga un mandato, mandato del que están obligados a rendir cuentas. Esto fue lo que se llamó “mandato imperativo”. Ese mandato imperativo es la base de la democracia participativa y protagónica y del socialismo bolivariano.

Cuando alguien es electo, él, de hecho, firma un compromiso de fiel cumplimiento con sus electores y estos tienen el derecho y el deber de reclamarle ese compromiso, es decir, el mandato que le han otorgado, pues ellos son mandatados, no representantes. Esta no es una diferencia sutil que pueda intercambiarse sin que ello tenga, según mi opinión, graves consecuencias políticas.

Por su parte, el pueblo soberano tiene el deber de apoyar al mandatado en el cumplimiento del mandato recibido. El pueblo soberano no puede ser un espectador. Tiene que ser activo y ejercer su soberanía en los diversos aspectos de la vida cotidiana.

La posición de Enrique Dussel

Enrique Dussel ha hecho importantes aportes a este problema y es prácticamente imposible discutirlo hoy sin tomar en cuenta las reflexiones de Dussel, pero yo creo que la sistematización que él hace plenas de las complejidades de las sociedades contemporáneas, a mi me crea dudas. Creo que puede estimular caminos para que el carácter representativo se imponga sobre la participación. Si esta, mi apreciación es equivoca, mejor para mí.

En su vasta obra sobre el tema seleccioné un artículo que encontré en Internet, escrito por el propio Dussel, que es de fácil lectura y a mí me parece que resume magistralmente la propuesta de Dussel. Me disculpo de antemano si este artículo no resulta suficiente para estas mis reflexiones. Estamos obligados a conocer su obra en profundidad. Tomé estos párrafos:

Es entonces tiempo de creación de nuevas instituciones participativas. La participación tiene dos caras: el ejercicio del poder directo en la base y la función fiscalizadora de las estructuras de la representación.

El momento que funda la autoridad del ejercicio participativo es la realización de la democracia directa o de la organización institucional de la comunidad en la base, del barrio o aldea, debajo de los municipios, delegaciones o condados. Es el componente intentado por el anarquista, pero visualizado por ello como opuesto a la representación

La segunda cara de la participación es la fiscalización de la representación. Son ejemplo de este segundo aspecto (el fiscalizador) las auditorías o las evaluaciones de parte de un poder ciudadano (nuevo y cuarto poder formulado por la Constitución venezolana actual) de los otros tres poderes tradicionales (el Legislativo, el Judicial y el Ejecutivo). Otros ejemplos de instituciones participativas que transforma el ejercicio de la representación son la revocación de todo mandato, el plebiscito o la presentación de proyectos de leyes con las firmas de un porcentaje del padrón de simples ciudadanos, etc.

Es decir, la representación, por medio de partidos políticos, es el ejercicio delegado del poder. [Creo que según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, esa delegación no es posible, pues la constitución dice taxativamente que la soberanía reside en el pueblo y es “intransferible”, es decir, según mi opinión, indelegable. Lo cual se aclara de nuevo en el Art. 6°, que señala que los miembros de las instituciones sólo reciben mandatos, no representación, de carácter revocable. NN] La participación es, por una parte, cumplimiento efectivo por democracia directa de una acto [SIC] de la comunidad sin partidos en el quinto nivel institucional político (si estos son: 1. Internacional, 2. Estado particular, 3. Estado provincial, 4. Municipio, 5. Comunidad en la base, en el barrio, en la aldea, etc.); y, por otra parte, efectúa una verificación del ejercicio representativo como obediencia al mandato de la comunidad (del pueblo).

La representación, por su parte, da legalidad jurídica a la participación al institucionalizarla. La participación es el ejercicio de un derecho propio de la comunidad, y cuando cumple la función fiscalizadora corrige e impide el fetichismo de la representación, gracias a la evaluación eficaz y permanente, aún coactiva, incluyendo la fiscalización del ejercicio del Poder Judicial (por ejemplo, en Noruega un ciudadano es elegido por la comunidad para vigilar a todo juez, teniendo autoridad de fiscalización de todos los actos de dicho miembro del Poder Judicial). [La participación no necesita recibir legalidad jurídica mediante la representación. El pueblo sujeto participativo y protagónico, no necesita representantes que le den legalidad jurídica, el tiene legalidad constitucional para otorgar todos los mandatos que soberanamente considere apropiados y si considera que debe nombrar o elegir instituciones o funcionarios fiscalizadoras, él les otorgará el mandato correspondiente. Es el pueblo quien legaliza esa función que constitucionalmente no es representativa de nadie, es una función administrativa o en todo caso, un mandato para cumplir funciones políticas. A mi juicio este párrafo es un contrasentido constitucional, por lo menos en Venezuela. El pueblo participativo y protagónico puede mediante procedimientos constitucionales posibles de lograr, mandatar instituciones y controles que nunca serán representantes del pueblo. En las relaciones de poder donde nos movemos aún, esto nos podría llevar a restaurar la democracia representativa. Entonces, podríamos decir, con los marinos venezolanos, tanto nadar para morir en la orilla. NN].

¿En qué consiste la fiscalización democrático-participativa? En evaluar la calidad del ejercicio de la representación, incluyendo aún, como hemos indicado, el modo de impartir la justicia por parte del Poder Judicial. Es verificación del cumplimiento recto, justo del ejercicio delegado de actos representativos (en su aspecto material, formal o procedimental; es decir, del contenido de las acciones, de las instituciones; de su legitimidad y la honestidad; de su eficacia). De no cumplir con lo acordado, por olvido del carácter obediencial del mandato**, hasta se puede recurrir al voto popular revocatorio de cualquier nivel de la representación: esto indica ya la presencia perpetua de una participación en acto, activa. [En este párrafo Dussel habla de mandato y no de representación, lo cual me parece acertado].

Un debate sobre las tesis de Dussel requeriría una documentación más amplia, un análisis más profundo. Ahora sólo estoy intentando formular las rutas de este debate.

No creo que ni para efectos políticos ni prácticos la separación entre participación y representación sea necesaria y tampoco ordenarla según los cinco niveles que él hace. No creo que el mundo de interrelaciones, interdependencias, complementariedades, solidaridades, conflictos y contradicciones que se dan hoy en nuestras sociedades pueda ser comprendido así. Probablemente a nivel descriptivo eso sea posible. Creo que el mundo del Capital se mueve de otra manera. Pero esta no es más que una modesta opinión.

El pueblo soberano sigue siendo el poder constituyente, y las instituciones, el poder constituido. Generalmente el poder constituido tiende a ser conservador, es decir, tiende a reproducirse preservarse a sí mismo y a autonomizarse del poder constituyente. Independientemente de normas constitucionales. La sola expresión de mandar obedeciendo, que se utilizó con frecuencia en los tiempos del Presidente Chávez, ya ofrece problemas. Quizás más coherente sea para los efectos de la soberanía popular “intransferible”, la expresión servir obedeciendo, la que propuse en más de una oportunidad. Creo que se corresponde más con la idea de que se conceden mandatos imperativos y no  representación. Estas ideas no pretenden desconocer el papel de los liderazgos. Sólo deseo afirmar que todos están sometidos a mandatos del pueblo soberano establecidos mediante la consulta democrática que absoluto coartaría el papel de los liderazgos. Por el contrario, el punto de partida es el reconocimiento de ellos y de una sabiduría que, precisamente, convierte a los líderes en guía, no sólo política sino espiritual. Esa fue la sabiduría del Presidente Chávez,

Creo que como una medida profiláctica frente a toda la tradición de expropiaciones de que ha sido objeto el pueblo, que ha impedido que este se constituya plenamente como pueblo soberano, debe proscribirse la idea de que el pueblo necesita unos representantes. Todos, absolutamente todos, incluido el presidente de la república (o primeras o primeros ministras o ministros), son mandatadas o mandatados, servidores o servidoras que sirven obedeciendo.

Debemos recordar siempre que independientemente del papel positivo que El Estado pueda cumplir durante un período y que de hecho cumple, el Estado ha sido un instrumento de las expropiaciones que el pueblo ha experimentado.

En este proceso de razonamiento me parece sumamente importante lo que, a renglón seguido del artículo 5°, el artículo 6° establece, es decir, quenesté redactado como está redactado. Veamos:

Artículo 6. ° El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables.  (Subrayado nuestro)

Antes el artículo 5° ha dejado bien claro que Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos. Es decir, el legislador no distinguió niveles o escalas de los órganos del Estado, dice. “Los”, y como yo no puedo distinguir, debo entender que todos. Como esa soberanía es intransferible eso significa que todos están sometidos a mandatos, no a representación y que dichos mandatos son “revocables”. Precisamente por eso existe en nuestra constitución, el referéndum revocatorio del mandato presidencial.

El pueblo soberano tiene el mandato de establecer las instituciones y la estructura institucional, que considere adecuadas. Lo que no pueden erigirse ellas es en representativas.

Por supuesto este diálogo no queda cerrado. Apenas estamos tratando de comenzarlo. Yo apenas estoy balbuceando sobre estos temas.

Segunda parte: salarios, precios liquidez, e inflación  

Tratando de viajar más allá de prejuicios y preconceptos

Por fortuna esta discusión ha trascendido el pensamiento económico. He repetido varias veces que la Economía es una disciplina subsidiaria de la Ecología y la Geopolítica. Eso no significa que la Economía no sea una disciplina fundamental. El problema es que la economía como otras ciencias es muy permeable a la ideologización. Generalmente, todos los que escribimos o hablamos sobre los temas económicos estamos ideologizados. Eso no es independiente de que utilicemos las más complejas referencias estadísticas o argumentales.

Mantener la objetividad, si es que ella existe (más allá de los discursos ideologizados), es prácticamente imposible. Declaro de una vez que yo no soy objetivo. Lo que estoy es haciendo es un esfuerzo por elaborar una visión de conjunto, tratando de ver la totalidad y no sólo hechos aislados. Estoy en eso, obligándome cotidianamente, pero con dificultades para lograrlo.

Uno de los problemas es que estamos llenos de preconceptos y vemos la realidad a través de dichos preconceptos. Más serio aún, estamos llenos de prejuicios.

El panorama intelectual del mundo de hoy está poblado por la ideología neoliberal. Digo eso porque muchos científicos respetables al adoptar los dogmas neoliberales, comienzan a hacer ideología.

La ideología neoliberal está llena de verdades de sentido común por eso su difusión es tan fácil. En algunos aspectos está más dirigida a profundizar prejuicios corrientes que a generar comprensión de una realidad bastante compleja.

Los salarios no determinan los precios

Entre esos prejuicios está la creencia de que los salarios determinan los precios, lo que conduce a condenar los aumentos salariales por inflacionarios. Según esa creencia la lucha por mejores salarios es una aberración y la intervención de los gobiernos para hacer justicia y elevar los salarios es una muestra de populismo y demagogia, que lo que hace es complicar más la situación y perjudicar a los trabajadores y a toda la sociedad. Ya hay gente en la calle que repite ese discurso que los medios de información a través de distintos métodos van sembrando en el inconsciente.

Por qué no plantearse el problema de la siguiente manera: ¿No será que los incrementos salariales siguen a los incrementos especulativos de los precios?

Hay toda una tradición intelectual que comienza con Adam Smith que va en contra de la idea de que los salarios determinan los precios. Veamos las afirmaciones que él hace:

“En realidad, los beneficios elevados tienden a aumentar mucho más el precio de la obra que los salarios altos. (…) la Porción del precio que se resuelve en los salarios de los trabajadores se elevaría en cada uno de los estadios de la manufactura, únicamente en proporción aritmética a este aumento de los jornales. Pero si los beneficios de los patronos que ocupan esta clase de operarios se elevan un cinco por ciento, la porción del precio del artículo que se resuelve en ganancia se elevaría en cada uno de los estadios de la manufactura en proporción geométrica a dicha alza del beneficio. (…) Nuestros comerciantes y fabricantes se quejan generalmente de los malos efectos de los salarios altos, porque suben el precio y perjudican la venta de sus mercancías, tanto en el interior como en el extranjero. Pero nada dicen sobre las malas consecuencias de los beneficios altos. Guardan un silencio profundo por lo que respecta a los efectos perniciosos de sus propios beneficios y sólo se quejan de los ajenos.”  
Adam Smith. La Riqueza de las Naciones. (Citado por Luis Salas).

Veamos ahora lo que dice otro pensador alejado de las creencias neoliberales, J. K. Galbraith:

“Todo control de precios implica un ejercicio arbitrario del poder público. Pero esto no es una objeción, pues sustituye a un ejercicio arbitrario del poder privado, que tiene efectos más importantes y excesivamente arbitrario para los que sufren la inflación resultante”.
J.K. Galbraith. (Citado por Luis Salas).

Recomiendo sobre este tema dos artículos de Luis: La hiperespeculación: cómo entenderla, cómo enfrentarla, cómo vencerla (II), Un alegato en favor del aumento salarial y una real política de Precios Justos. También recomiendo los trabajos de José Gregorio Piña que stán publicados en Aporrea.

En las palabras de Adam Smith como en las de J.K. Galbraith hay claramente una responsabilidad de los capitalistas en la especulación con los precios y esa es una situación que se vive claramente en Venezuela. De un día para otro los precios cambian significativamente. La generalidad de los economistas afirma que ello se debe a un proceso de hiperinflación generado por los errores de la política monetaria, los incrementos incontrolados de la liquidez creados por el gobierno con la complicidad del BCV, etc. Sí, ha habido errores. En algunos de mis artículos he señalado algunos. Pero esa no es toda la verdad.

Creo que se oculta lo más esencial y se toma una posición justificadora del comportamiento empresarial. Se dice que los empresarios al subir los precios sólo se están cubriendo del crecimiento de la inflación y de la devaluación del bolívar cuando son los propios empresarios los que impulsan la inflación y maniobras devaluacionistas y especulativas.

El poder transnacional es quien maneja los hilos

Hay de verdad una guerra económica en donde el poder económico transnacional está utilizando toda su fuerza para derrocar al gobierno bolivariano.

Que de un día para otro haya cambios de precios que a veces superan el 100% sólo se comprende por un proceso de hiperespeculación que está generando superganancias y tiene fines políticos orientados a derrocar al gobierno. Esta no es una batalla que se esté librando sólo en el campo de la economía. Ese es uno de los escenarios, pero el problema está en el campo político, en las relaciones de poder. Ignorar que la economía es subsidiaria de la geopolítica y que los asuntos económicos se están dilucidando en ese campo complejo de la geopolítica mundial, de la guerra y la paz, de la destrucción de los Estados soberanos, es una manera de caer en la trampa neoliberal, que simplifica para el común de las personas, lo que los jefes mundiales saben que es extremadamente complejo, pero tienen que presentarlo como verdades de sentido común y repitir mentiras mil veces para que se conviertan en verdad

No se trata simplemente de un enfrentamiento entre el gobierno y el Sr. Mendoza. Es un conflicto con el poder transnacional. Como lo he dicho en otros artículos se trata de una guerra de baja intensidad. Explicar esta situación y sus consecuencias sólo por los errores gubernamentales y el conflicto con el Sr. Mendoza, sería dejar de lado que estamos viviendo un proceso nacional-mundial que se desenvuelve dentro de los grandes hechos geopolíticos que hoy conmueven al mundo.

Ellos han construido varias mentiras que repetidas sistemáticamente y presentadas con coberturas académicas aparentemente irrebatibles, pues parecen verdad.

No son los incrementos salariales y el exceso de liquidez lo que genera inflación

Una mentira es que los salarios condicionan los precios y otra es que el exceso de liquidez es el responsable de la inflación y de todos los desequilibrios existentes. Uno de los propagandistas más destacados de Fedecámaras y Venamcham es el Sr. Asdrúbal Oliveros, quien además es presentado como una especie de súper sabio en asuntos económicos y se encarga de pontificar sobre esta materia.

Con cifras en la mano José Gabriel Piña tiene tiempo demostrando que eso es mentira, pero como las opiniones de José G. Piña son ignoradas por la dictadura mediática involucrada en la guerra económica, parece que esas opiniones no existen y se sigue repitiendo la cantaleta sobre el exceso de liquidez monetaria generada por el gobierno y los incrementos salariales como las causas del incontenible incremento de los precios y del descontento entre la población.

Debo decir que los medios públicos tampoco trabajan con seriedad estos temas y algunos de los que tenemos opiniones diferentes y críticas somos discriminados.

Lo interesante es que el propio Asdrúbal Oliveros ha reconocido que no existe tal exceso de liquidez generado por el gobierno. Más bien hay una contracción. Pero no ha reconocido que venía mintiendo. Esto lo ha denunciado Luis Salas. Lo que sigue es lo que dijo el Sr. Asdrúbal Oliveros:

“En cierto modo, son muchos los análisis que hablan de una expansión bárbara de la liquidez monetaria en Venezuela, pese a no ser real. En términos nominales la variación interanual al cierre de julio 2015 es de 86,7%, mientras que el acumulado del año alcanza un interanual de 40,3%. Igualmente, al analizar la base monetaria observamos incrementos interanuales y acumulados de 91,8% y 43,3%, respectivamente, aunque, al comparar dichos incrementos con las variaciones de los precios, la realidad es que el aumento de la inflación es superior en promedio por 57,7 pp en términos interanuales y 54,2 pp en el acumulado de 2015. Dentro de esta realidad, es otra la historia que tenemos que contar. En términos reales la “expansión” pasa a ser una contracción de! 25,6% interanual y 29,8% para el acumulado de 2015. A partir de esto podemos afirmar que la liquidez monetaria dejó de crecer en el mes de agosto del año 2014 debido a la aceleración en la variación de los precios. Es decir, la velocidad con la que está creciendo la inflación supera con creces la del Gobierno para inyectar liquidez con instrumentos de expansión monetaria.”
(Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, citado por Luis Salas, https://surversion.files.wordpress.com/2015/10/la-hiperespeculaciocc81n-ii.pdf)

Como se puede observar, la denuncia sobre el exceso de liquidez tenía pies de barro. Era y es una mentira. Sin embargo, la campaña de descrédito continúa, la guerra económica se agudiza y la manipulación hacia la población también.

Esta es la situación Evaristo. No podemos ignorar que estamos en guerra. Una guerra que acaba de agregar una nueva víctima en Maracaibo, el joven de 22 años Eleazar Hernández. Una guerra que maneja todas las formas de lucha.

Ahora coloco una cita tomada del debate que sobre este tema se desarrolla en Argentina. Veamos:

La idea de que el alza de los salarios es la impulsora de la inflación, juega un rol central para legitimar políticas de contención salarial. A través de los mensajes vertidos por “expertos en economía” (y si visten de “heterodoxos”, tanto mejor), se va estableciendo la idea en la sociedad de que los “excesos” sindicales de los trabajadores necesariamente llevan a la suba generalizada de precios. Además, si se agrega la idea de que los mayores perjudicados con la inflación son los asalariados, se llega a la muy conveniente conclusión de que es en interés de los asalariados poner topes a las discusiones salariales. En última instancia, y de acuerdo a esta lógica, el gobierno le haría un favor al movimiento sindical al presionar por “moderación en los reclamos salariales” e imponer “topes” a las alzas.

La determinación del valor de la fuerza de trabajo no puede hacerse por la misma vía con que se determinan los valores del resto de las mercancías. Nunca debería olvidarse que cuando hablamos de capital nos estamos refiriendo a una relación social de explotación, por la cual el valor (trabajo muerto) se valoriza mediante la subsunción y explotación de su opuesto, el trabajo vivo. Esta oposición se expresa en antagonismo y lucha, que se desarrolla en torno a la utilización de la fuerza de trabajo por parte del capital (intensidad del trabajo, duración de la jornada de trabajo, descansos, etcétera) como en torno a los resultados del desarrollo de las fuerzas productivas. En este último respecto, por ejemplo, el capital trata de apropiarse de los frutos de los avances de la productividad, y el trabajo de obtener, por lo menos, una parte de los mismos.

El resultado final depende entonces del poder respectivo de las fuerzas contendientes, que a su vez está influenciado por múltiples factores (entre ellos, por el ciclo económico, el grado de organización sindical y política de la clase trabajadora, la unidad o división de la clase dominante, el grado de internacionalización de la economía). 

El enfoque de Marx está claramente expuesto en el siguiente pasaje de Teorías de la plusvalía: “El valor del salario debe calcularse, no según la cantidad de medios de subsistencia que recibe el obrero, sino… de acuerdo con la porción relativa del producto total, o más bien del valor de este producto que recibe el obrero. Es posible que, calculado en términos de valores de uso (cantidad de mercancías o dinero), su salario aumente a medida que crece la productividad y, sin embargo el valor del salario descienda, o viceversa. Uno de los grandes méritos de Ricardo consiste en que examinó el salario relativo o proporcional, y lo estableció como categoría definida. Hasta ese momento el salario siempre había sido considerado como algo simple, y por consiguiente se entendía que el obrero era un animal. Pero aquí se lo considera en sus relaciones sociales. La situación de las clases entre sí depende más del salario relativo que del monto absoluto del salario” (1975, t. 2 p. 359). El punto nodal aquí es la crítica de la explotación, no el monto absoluto del salario. 

Según Ricardo, si los salarios aumentan, y si el valor del dinero no se altera, deben aumentar los productos de las ramas intensivas en trabajo, y disminuir los precios de los productos intensivos en “capital constante”, sin modificación del nivel general de precios. La cuestión se ve aún más claro en Marx. La fuerza de trabajo, que el capitalista adquiere en el mercado laboral, tiene un valor que está determinado por los medios de subsistencia de la fuerza de trabajo, y un valor de uso (que es el trabajo vivo) que posee la propiedad de generar nuevo valor. Esta distinción es central, ya que no es el valor de la fuerza de trabajo, como variable independiente, la que se traslada al valor de la mercancía, sino el valor agregado por el trabajador a los medios de producción consumidos. Ese valor agregado, a su vez, se divide en plusvalía (ganancia más renta, pero a partir de ahora dejaremos la renta de lado) y salario, que repone el valor de la fuerza de trabajo. Por lo tanto, un aumento de salarios no tiene por qué traducirse en aumento de precios, si bajan las ganancias.  

https://rolandoastarita.wordpress.com/2013/04/15/debate-sobre-la-inflacion-en-argentina-3/

Lo que podemos observar a través de estos textos es la siguiente realidad, que añade un factor esencial al debate: el efecto de las alzas salariales sobre los precios está relacionado con la relación de fuerzas existentes en una sociedad concreta. Si el fiel de la balanza se inclina hacia los trabajadores, un alza en los salarios no influirá en el precio pues lo que ocurrirá es que se da una modificación en la manera como se distribuye la plusvalía entre trabajadores y capitalistas. Esto es lo que generalmente los economistas no pueden distinguir. Sobre todo por el bombardeo neoliberal.

Esta es una de las pruebas cómo en la sociedad venezolana la relación de fuerzas aún favorece al capital con respecto al trabajo. No es un simple problema técnico de relación entre oferta y demanda, es una relación social.

Recomiendo la lectura de los trabajos de José Gregorio Piña, que están colocados en Aporrea, donde se demuestra el grave problema especulativo que existe en la sociedad venezolano. Esa especulación tiene que ver con que en Venezuela la distribución de los bienes está controlada por el capital privado y esto determina que una vez que los bienes, bien sea producidos en Venezuela o importados, entran a esas redes de distribución, en términos relativos, queden fuera del control del Estado y de la población. Entonces, los capitalistas hacen de las suyas fijando los precios a su conveniencia y asociando ese proceso con el dólar Cúcuta o dólar today. Esa es la batalla que se está dando y tiene que ver con el conjunto de medidas que el Presidente Maduro viene tomando.

Procesos básicos de la economía venezolana siguen bajo el control del capital. Según mi opinión, estos asuntos de tanta magnitud no se van a resolver de aquí al 6D. Lo que si podemos es tratar de entenderlos correctamente y explicarlos pedagógicamente a la población.

Lo que si se puede trabajar es por políticas que contribuyan al autoempoderamiento del pueblo lo que tiene que ver con las consideraciones que realicé sobre los Artículos 5° y 6° constitucionales.

Una alianza clasista internacional contra Venezuela

Por ejemplo, el paramilitarismo no es un mito. El financiamiento y la planificación internacional tampoco. Hay una alianza nacional-mundial que, desde el punto de vista político clasista, es la misma que actuó en Libia y continúa actuando en Siria, Afganistan, Palestina... Se une contra Cuba y los países soberanos de la región latinocaribeña y del mundo entero.

Hay una coordinación entre la dirección opositora y los mandos imperiales

La contraseña para lanzarse contra nuestra patria es el grito de fraude que se lanzará en la madrugada del 7D o antes. Creo que es evidente la coordinación y los propósitos políticos comunes. Un día John Kerry, Secretario de Estado de EEUU, declara que sin observación internacional no habrá garantía de que no haya fraude electoral el 6D e inmediatamente líderes de la oposición lo corean y corean que sin observación internacional habrá fraude.

¿Qué es lo que ellos llaman observación internacional? Que funcionarios de EEUU y de la Unión Europea vengan a supervisar nuestras elecciones cuando desde EEUU y la Unión Europea se dirige una campaña de desestabilización contra el gobierno venezolano. Cuando están financiando campañas internacionales de calumnias contra Venezuela, financian a los narcoparamilitares, que no son simples delincuentes comunes, sino parte de un gran ejército privado transnacional con diversas expresiones a nivel mundial. En el medio oriente es el ejército islámico y en Colombia son las bandas de narcoparamilitares que han cruzado la frontera y están instalados en barrios y pueblos de Venezuela y en varias cárceles desde donde dirigen secuestros, atracos, asesinatos, etc. y esperan el momento adecuado para lanzar una gran ofensiva contra el pueblo venezolano y tratar de derrocar al proceso bolivariano.

Para los mandos imperiales asociados a líderes de la oposición de Venezuela la única observación internacional que cuenta es la de ellos. Unasur, la Celac y otros reputados intelectuales y políticos internacionales, no cuentan, a pesar de que ideológicamente no estén alineados con el gobierno del presidente Maduro. Lo que ellos no quieren es una observación o acompañamiento internacional realmente independiente.

Aceptar esa observación internacional sería como ante el peligro refugiarse en la casa de la zorra. Es lo que ocurre en un famoso cuento infantil cuando un  pollito descubre que el cielo se está cayendo porque le cayó un pedazo en la cola (en verdad lo que le cayó fue una hoja) y va y le cuenta eso a su mamá, la gallina. Esta se lo cuenta al gallo y así todos los animales se van enterando y no encuentran lugar más seguro que la cueva donde vive la zorra, Esta los acepta gustosa y luego se los va comiendo a  todos.

En sus declaraciones líderes de la oposición han dejado claro que sólo aceptaran resultados que los declaren ganadores. De lo contrario gritarán fraude, que como ya señalé, es la voz que esperan sus cómplices internacionales para lanzarse contra Venezuela.

No se trata solamente de que se agudice la campaña mediática contra nuestra patria. El proceso de desestabilización y guerra de baja intensidad que se adelanta podría incrementar su escala con una violencia generalizada con clara participación de las organizaciones narcoparamilitares, que podrían iniciar una campaña político-militar en las principales pueblos y ciudades con asesinatos indiscriminados y selectivos, con golpes premeditados contra dirigentes de movimientos sociales y líderes del proceso bolivariano; sabotajes de la infraestructura de servicios (electricidad, agua, sistemas de información, etc.), incendios, quema de depósitos de alimentos, violaciones, descuartizamientos, etc. con la finalidad de sembrar terror. EEUU y algunos países europeos movilizarán a la “comunidad internacional” para propiciar una intervención humanitaria.

¿Es esta una fantasía, una invención chavista para chantajearnos y obligarnos a votar por los candidatos del Gran Polo Patriótico? No lo creo. Hay mucha evidencia que contraría esa hipótesis. Dicha hipótesis es difundida por la oposición pues para ella es ganancia en todos los sentidos. Primero, nos desarma ante la violencia que están preparando; segundo, forma parte de la campaña de descrédito contra el gobierno para provocar que alguna gente se abstenga o vote en contra de los candidatos que el gobierno apoya.

Es posible, incluso, que algunos dirigentes de la oposición no quieran llegar hasta ese desenlace, pero los pasos que van dando pueden conducir hacia él. Ese desenlace los podrá afectar también a ellos y a sus familiares. Una vez que los demonios de la violencia se desaten sólo los mandos imperiales podrían detenerlos o ponerle límites. La experiencia internacional confirma que esos mandos lo que quieren es destruir a los países soberanos y una vez que la tarea se inicia, no se detienen hasta concluirla.

Hay una organización narcoparamilitar en barrios y pueblos de Venezuela y el chantaje y el terror influirán en la votación

En varios trabajos que he publicado en Aporrea y en patriaurgente.com he venido señalando esta grave situación. El gobierno no la ha tomado en cuenta y no sé si ahora lo ha valorado lo suficiente. En general, ha reaccionado tardíamente ante estas graves circunstancias.

Es más, creo que el chantaje narcoparamilitar, por lo menos, bordea a las fuerzas militares, policiales y de seguridad.

Como lo he dicho hace algunos años, a través de los microcréditos y el microtrático de drogas han creado una organización y redes sociales. Esto es más grave porque se han asociado con bandas criminales preexistentes de alta peligrosidad. A esto se suma el chantaje y el terror que aplican contra la población, lo que les garantiza una base social mafiosa.

A esto se suma que en Venezuela existe hoy una base social fascista, que no existía con los niveles de organización, agresividad y odio, con respecto a los tiempos cuando el golpe de abril, el paro petrolero, etc.

La composición política de la población de hoy no es la misma de ayer. Todo se ha complicado más con el crecimiento del bachaqueo, las colas y el progreso de las soluciones individuales y el debilitamiento de las redes solidarias.

Es imprescindible alertar sobre estos peligros. En Colombia los narcoparamilitares han definido más de una elección y se han convertido, por lo menos, en cogobierno, la parapolítica ya llegó a Venezuela. De emergencia hay que preparar al pueblo de Venezuela para esta situación.

Yo formo parte del proceso bolivariano, fui solidario con el Presidente Chávez y lo soy con el presidente Maduro

Es decir, yo no soy neutral ni un crítico que se ubique fuera del momento actual. Como revolucionario trabajo para unir todas las fuerzas que puedan ser unidas tras el objetivo de derrotar a la oposición y algunas críticas las guardo para el momento en que las considere oportunas. Como ya he dicho, son asuntos que no se van a resolver antes del 6D.

Lo que se va a resolver antes del 6D es el triunfo del proceso bolivariano o su derrota y el triunfo del capital transnacional y sus aliados. Creo que hay que impedir que el capital transnacional derrote al proceso bolivariano. En esa tarea y en ese propósito esta todo mi empeño.

No es el momento de la crítica sino de la solidaridad

Yo no he olvidado ni olvido las críticas que he hecho y sigo compartiendo. Olvidarnos es no ser consecuentes con la gente del pueblo que ahora sufre como consecuencia de algunos errores. Conozco mucha gente que está descontenta, pero está convencida de que hay que derrotar a la oposición. Ese es el espíritu que trato de fortalecer.

No comparto la posición de quiénes creen que es el momento de arreciar la crítica para fortalecer corrientes revolucionarias que por una parte, presionen para que el gobierno cambie y por otra parte, permitan aprovechar la campaña electoral para sembrar conciencia que se cosechará pasadas las elecciones y de esa manera construir otras opciones diferentes al PSUV y al Gran Polo Patriótico. Creo que difícilmente eso ocurrirá.

El gobierno va a cambiar nada antes del 6D. Lo que no se hizo ya no se hizo. Lo que tenemos que hacer es abrir perspectivas de esperanza para el post 6D y tratar de ganar estas elecciones.

Una acentuación crítica durante este período con la creencia de que la gente consciente fortalecerá una corriente disidente frente al chavismo, puede ser un cálculo peligroso. Como ya dije, creo en la crítica solidaria. Ahora hay que trabajar para fortalecer la conciencia y también desarrollar esperanzas.

Existe la posibilidad de que la acentuación de la crítica fluya hacia la abstención, hacia la desesperanza. La campaña opositora, por supuesto, acentuará la crítica, pero sobre todo, la descalificación destructiva y desestabilizadora. ¿Cómo distinguir la crítica que se haga desde la izquierda, de la desestabilización que se desarrolle desde la derecha fascista? No es fácil. Yo ratifico que es el momento de la unidad en medio de las diferencias y la solidaridad es la base de las relaciones.

Ya ellos han recurrido al truco de utilizar formalmente clichés de “izquierda” para confundir y pescar en río revuelto. Sobre todo para confundir y desmoralizar. Ocurrirá de nuevo.

Hechos no palabras

La esencia del asunto es transformar las críticas en planes de acción para ahora y después de las elecciones.

Tengo la impresión de que la gente se va cansando de los ofrecimientos. Del lado del gobierno hay que eliminar las campañas centradas en las dádivas de diversos objetos. La gente ha recibido, incluso viviendas, y vota por la oposición.

Hay que fundamentar la entrega de viviendas y otros objetos en el compromiso, en la retribución solidaria. No en la asignación de precios de mercado sino en la necesidad de compensar a la patria, a la naturaleza y a los trabajadores que participaron en la elaboración del bien. La gente que recibe viviendas tiene que comprometerse, al menos, con el mantenimiento, el aseo, la seguridad, el orden, la defensa del ambiente (natural, moral, espiritual, etc.); la organización de la recreación, el cuidado de las niñas y niños, ancianas y ancianos, la educación... Cuando se recibe una vivienda se recibe naturaleza y trabajo, eso se debe retribuir. Incluso, desde el punto de vista monetario pues hay que recomponer el fondo que permita continuar construyendo viviendas. Un pago solidario también debe implementarse.

Hay que trabajar en la organización de la producción con planes de huertos familiares, comunales y en general, de promoción de agricultura urbana; planes de producción artesanal para garantizar ingresos familiares y comunales...

Otro aspecto importante es que estas elecciones no pueden ganarse con campañas electorales tradicionales, hay que apelar a la pedagogía y contribuir a aclarar y explicar buena parte de las reflexiones que aquí hago sobre temas económicos y políticos. La acentuación de los controles no es suficiente.

Profundizar la democracia participativa y protagónica

Precisamente en este orden de ideas entra lo relativo a los artículos 5° y 6° constitucionales y la posibilidad de revocar el mandato a los funcionarios electos. Creo que esto hay tiempo de incorporarlo en la campaña y prepararnos  para el post 6D y poner en práctica una serie de mandatos constitucionales que vienen siendo pasados por alto. Esta es la idea que está en mi artículo y la que desarrollaré posteriormente.

Habrá post 6D si ahora hacemos lo que debemos hacer. No  hay tiempo para improvisar salidas. La paz es la única opción que tiene el pueblo de Venezuela y eso pasa por derrotar a la oposición el 6D. El futuro se juega ese día. Los errores que se cometieron ya se cometieron, lo que no significa borrón y cuenta nueva. No, el pueblo chavista, armado con la convicción de que fue y es el factor clave de la victoria tiene la posibilidad, si cuenta con las orientaciones apropiadas, de profundizar la batalla después del 6D.

Gracias a Evaristo y a todos lo que tengan la paciencia de leer este artículo.



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Julio Escalona


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