La historia está llena de personas que tienen suerte para todo. También suelen llamarlos “lechosos” y tienen tanta leche que hasta cuando mueren la demuestran. Retrocediendo un poco en la Historia recordamos aquel célebre personaje, Julio César, también conocido como “el marido de todas las mujeres y la mujer de todos los maridos” por su orientación sexual, quien fue víctima de una confabulación de unos sesenta senadores quienes le cayeron en cambote cuando entraba al senado romano, acribillándolo con veintitrés puñaladas, con la buena leche para el César de que sólo la segunda puñalada, infligida en el tórax, resultó mortal y hasta le dio tiempo, cuando desde el suelo descubrió a su amante a decirle (unos dicen que en griego y otros que en latín :”¿Tú también, Bruto, hijo mío?”, después de lo cual no dijo ni pío.
Muchos años después ocurrió (esta vez en México) otro caso que está debidamente documentado hasta en un corrido mejicano, en el cual una ciudadana de nombre Rosita Alvírez, peló gajo aunque según el expediente- corrido: “La noche que la mataron, Rosita estaba de suerte//
de seis tiros que le dieron// nomás uno era de muerte”.
Y para finalizar nuestro breve paseo por la Historia llegamos al 22 de noviembre de 1963 al extraño caso de la conspiración en la muerte de Kennedy en la cual, al parecer, hubo al menos tres disparos, pero para suerte del Presidente al parecer sólo uno de los proyectiles era inteligente según se deduce de la curiosa trayectoria que siguió dentro de su cerebro y que fue el que le causó la muerte sin darle tiempo a decir nada, tal vez porque la bala mágica en su trayectoria, después de golpear el hombro derecho del Presidente, le atravesó el cuello rompiendo sus cuerdas vocales y después se alojó en el cerebro.
Pero volviendo a muestro tiempo y a nuestro país, ahora resulta que algunos miembros de la ¡y que oposición! (sin ser filósofos), tienen las bolas de proclamar: “Aunque el “NO” perdió, la gente del “NO” ganó”, es decir, como diría un corredor en competencia con un solo rival al llegar a la meta “no gané, pero quedé en segundo lugar” o “gané, pero el premio se lo dan al otro” y todo porque la ¡y que! sacó unos cuantos votos más que la vez anterior, sin contar que la brecha numérica entre ellos y el Presidente también es mayor pero ellos, contando que uno o más sucesos imprevistos tiendan a cerrar esa brecha o hacerla tan pequeña como en las últimas elecciones de gobernadores se hacen ilusiones de una victoria el 2012. Pobres ilusos.
Para suerte del Presidente Chávez y de todos sus electores, la estulticia de los ¡y que dirigentes! es tan grande que –como diría Alberto Nolia- no tiene lagunas y ya nos han mostrado todas y cada una de las cartas que poseen cuando se sientan a la mesa de juego, No hay una sola novedad desde que emprendieron el camino del golpe. Ya los que usan gorra no se las quitan y los que no las usan casi no pueden peinarse, los unos para que no se les vean y los otros para evitar el dolor que les causan los coscorrones que les han propinado sus amos del Norte, por brutos y por no haber podido cumplir con la tarea que les fuera encomendada, que tántos dólares les ha costado y que en otros países han sido cumplidas a cabal satisfacción. Con razón esos señores han tenido que tomar el asunto en sus propias manos aunque hasta ahora, tampoco les ha ido muy bien
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