En conversaciones con el concejal por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) Jairo Bao, uno de los autores de la denuncia, me ratifica que Ponne tenía represado el dinero ganando intereses y no lo ejecutó en obras para el municipio. Sigo esperando las reacciones de semejante noticia, pero todo marcha como si nada.
Desconozco la posición de Ponne y me intriga su silencio, pero más todavía la de los dirigentes chavistas de la región, que deben tener en cuenta la magnitud de la situación en vista de que una de las campañas más feroces ejecutadas en contra del Presidente, ha sido precisamente la que intenta convencer de que el Gobierno nacional no le envía los recursos al municipio que le corresponden vía Fides y Laee y, en consecuencia, no se ejecutan las obras de interés social ni se pueden cumplir los compromisos contraídos con los trabajadores, es decir, Chávez es el culpable.
Tal como Bao hace el señalamiento, creo que hay pruebas irrebatibles de un delito y de que los opositores enquistados en la Alcaldía de Maracaibo siempre mintieron con el argumento de que no les suministran dinero, sin embargo, no veo una reacción revolucionaria contundente, directamente proporcional al tamaño del daño que hacen al proceso los adversarios del máximo líder bolivariano, con ese cuentico de que el Gobierno les niega los recursos. Eso era como para hacer un frente rojo rojito y exprimir esa denuncia, dejarla en los huesos, mas no ha sido así.
Daniel Ponne se la pasaba llorando porque el municipio carecía de dinero y, fíjense mis amigos lectores, por dónde venían los tiros. Tenía una caleta de 52 mil millones de bolívares de los viejos, mientras al municipio se lo come la basura, las calles están vueltas un desastre, se seca la grama y los arbolitos, existe un deterioro total. No hay gestión.
El presidente Chávez debe exigir una investigación, porque la campaña mediática sustentada en la falta de recursos le ha hecho un grave daño a él y a la revolución en este municipio.
Proceder de esa manera al frente de una Alcaldía, señores, es no sentir una pizca de amor por la tierra que nos vio nacer es, sencillamente, sentir desprecio por el pueblo, por el marabino. La gente pasando necesidades y el alcalde con la plata del municipio guardada.
Y no exagero cuando hablo de la aversión de la Alcaldía al pueblo de Maracaibo, si observamos el crimen laboral que ejecutó Eveling Trejo de Rosales, quien eliminó de un solo plumazo el Instituto Municipal del Ambiente (IMA) y dejó en la calle a cientos de padres y madres de familia.
El concejal Bao explica que para reutilizar el dinero, la alcaldesa de Rosales tiene que hacer la desafectación y poder reconducirlo, pero más allá de esto, insisto, en que se debe hacer hincapié en el delito y desmontar la campaña mediática en contra de Chávez tendente a justificar la farsa de los opositores.
Por lo pronto sólo existen las promesas de investigaciones que hace el edil del Psuv, pero esperemos que no nos ocurra como el chiste del cieguito: amanecerá y veremos y amaneció y no vio nada.