La primera autoridad municipal se encontraba con el gobernador Pablo Pérez y otros asistentes del quehacer regional, en un homenaje a Luis Aparicio en la Villa Deportiva de Maracaibo, y cuando se estaba retirando de pronto regresó y acogiéndose a un rumor que supuestamente había escuchado ese mismo día pidió la expresión de luto y condolencia en respeto al pelotero que por el contrario, más vivito y coleando que nunca, agradecía al Gobierno por el rescate. Aparicio y Pérez se pusieron las manos en la cabeza, querían meterse debajo de las sillas, pero ya no se podía hacer nada. Lo dicho, dicho estaba.
Sabemos que un error lo tiene cualquiera y nosotros los seres humanos nos equivocamos, sin embargo, mis amigos lectores, ¡¿se imaginan que el hecho lo hubiese cometido el presidente Chávez?! ¡¿Qué el comandante en un evento lance, sin confirmar, tremendo disparate?! Yo no me lo quiero imaginar.
Calculen que luego de ejecutada la liberación, los opositores estuvieron días buscando las fallas e, incluso, en últimas albergaban la esperanza de que el beisbolista declarara en contra del Gobierno bolivariano. No lo hizo y todavía salieron algunos ciegos de odio diciendo que el verdadero mérito debió estar en que no se hubiese producido el secuestro, entre otros venenosos argumentos; gente excesivamente dolida porque Ramos fue arrebatado de las garras de sus captores en una acción polimilitar impecable, digna de elogios.
Pero bueno, el pueblo venezolano está cansado de esa forma de proceder de los adversarios que le desean la muerte al comandante con la naturalidad que se saluda a un amigo. Lo que sí quiero que analicen es el manejo mediático que hizo la señor Trejo del caso.
Es interesante porque mediante el mutismo, desde Manuel Rosales pasando por Eveling Trejo hasta llegar a Pablo Pérez, los gobernantes regionales y municipales han vendido como lo mejor, sus gestiones desastrosas de Zulia y Maracaibo. No dejan salir lo malo para la calle.
La condolencia que Trejo pidió a la memoria de Wilson Ramos es un ejemplo, no se divulgó ni siquiera en la localidad, todo quedó encerrado en la Villa Deportiva. La alcaldesa impuso el silencio, como ella, Rosales y Pérez lo hicieron y lo hacen con los huecos de las calles y avenidas, la basura, el destrozo de parques y plazas, la ineficacia en contra de la delincuencia, el deterioro total, porque esta es una ciudad practicamente en ruinas.
Da tristeza y es lamentable para el pueblo, porque al no trascender el deterioro de esta región, en otras entidades como en Caracas creen que esto es una tacita de oro, cuando todo es una mentira; este municipio está convertido en un desastre. La pusieron así los malos gobiernos.
Zulia y Maracaibo ya no aguantan más. Y vivimos una oportunidad valiosa para hacernos de un gobernador y un alcalde revolucionario que trabaje de verdad. Arias Cárdenas en llave con un hombre como Giovanny Villalobos, quien tiene una hoja de servicio limpia e incuestionable, sería la solución.
Mirar
hacia otro lado, detenerse en otras alternativas, sería una equivocación
del tamaño del puente, y los errores en Maracaibo se pagan caros, muy
caros.