Ahora bien, que un hecho equis sea magnificado no quiere decir en modo alguno que no exista, que no haya ocurrido, a lo sumo se lo puede magnificar y repetir incontables veces a través de los medios para sembrar zozobra si se trata de un acontecimiento o situación negativa. Es esto lo que ocurre con lo que llamaré “La cuestión de la Violencia en Venezuela”, y mi enfoque de tal cuestión en estas breves líneas estará desligado en lo siguiente de las verdades arriba señaladas, que por demás son incuestionables.
Cada minuto, cada hora, cada día, todos los años en Maracaibo sucede algún hecho violento, basta con ver la página de sucesos del diario Panorama para que quien no viva aquí se dé cuenta del calvario en lo que esto se ha convertido, y digo “esto” porque es imposible calificar a Maracaibo como una ciudad, y menos como una ciudad de ciudadanos libres.
Mafias roba carros, mafias de tráfico de drogas, mafias delictivas dentro de los cuerpos policiales, mafias de robo de teléfonos “inteligentes”, sicarios, “ladrones de a pié”, secuestradores, extorsionadores, y ahora las recién aparecidas mafias roba casas, ponen a los habitantes de Maracaibo en un estado de paranoia constante, aquí todos exudamos y respiramos miedo, y no es un miedo a algo irreal, a fantasmas causados por nuestra mente, es un miedo con un basamento absolutamente real, todos aquí hemos sido víctima de la delincuencia.
Por lo antes señalado, es que resulta necesario afirmar que en Maracaibo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus apartados del derecho a la vida, al libre tránsito, a la integridad personal, al desarrollo de la libre personalidad, a la dedicación a la actividad económica de preferencia es letra muerta. Los delincuentes han hecho su propia Constituyente y nos han suprimido todos esos derechos.
Es imposible que haya socialismo si tenemos tantos derechos conculcados, si no podemos tener lo esencial, que es la paz. Lamentablemente el Capitalismo se ha hecho un factor cultural y causa que nuestros congéneres hagan cualquier cosa y estén dispuestos a cualquier cosa por dinero, por estatus, por placer, sobre ese particular ahondaré en otro artículo.
Ante la indolencia, incapacidad, ineptitud y complicidad delincuencial de quienes gobiernan a Maracaibo y al Zulia, el gobierno nacional –que también tiene su cuota de responsabilidad en lo que aquí ocurre-, debe cumplir con sus dichos y devolvernos los derechos que nos han arrebatado esta sarta de seres despreciables, ruines, patanes e inmisericordes, so pena de ser tan culpables como ellos por omisión, por inacción, al fin y al cabo nosotros los revolucionarios creemos y votamos por Chávez, por su gobierno y no por estas autoridades, no merecemos ser dejados de lado.
Esta es “La cuestión de la Violencia en Venezuela”, pues seguro me encuentro de que lo que sucede aquí en Maracaibo se extiende en todo el territorio patrio.
(*) Abog. MgSc.
