La fulana zulianidad

En ocasiones me he despertado en la madrugada –no por el relámpago del Catatumbo, que está muy lejos de mi casa-, sino por un desasosiego como el que canta Chico Buarque en su tema Oh, qué será, y me pregunto: ¿oh, qué será la fulana zulianidad que el gobernador Pablo Pérez no puede apartar de sus labios?

Pues, aparentemente es todo aquello que hace el partido Un Nuevo Tiempo. Si hay un atajaperro que da como resultado una plancha al CLEZ, pues esa plancha es de la zulianidad. Los demás candidatos, me imagino, seguramente nacieron en Riohacha. O en Barinas.

Extrañamente, cuando al difunto gobierno de Rosales, por allá por el 2000, se le ocurrió crear una nueva bandera del Zulia con los colores de UNT, y enarbolarla en lugar de la original, algunos medios y periodistas tuvimos que hacer el señalamiento para que la bandera negra y azul retornara a las astas. En aquel momento nadie dijo nada de la zulianidad.

Pero es que, me sigo haciendo la pregunta: ¿qué es la zulianidad? ¿Es un sentimiento regionalista según el cuál el Zulia debería ser un país y, por lo tanto, podemos/debemos hacer lo que se nos venga en gana? ¿Acaso una afición por unos bollitos pelones o un revuelto de gallina? ¿O un latifundista conduciendo una camioneta mollejúa, con el vallenato a full volumen? ¿Es Lupita Ferrer junto a José Bardina en la teleculebra La Zulianita? ¿O el pecador irredento escarchado por el manto de la virgen una vez al año, en noviembre, al ritmo de la gaita?

¿Será el Zulia lo mismo para el negro de Bobures, que para el comerciante de origen italiano radicado en la COL? ¿Será la zulianidad algo que pueda unir al guajiro de la península con el yukpa de la sierra de Perijá? ¿O al maracaibero de origen colombiano con el maracaibero de origen español?

No me atrevo a preguntarle al caraqueño Capriles, electo diputado por la “zulianidad” de Copei en 1998 sin haberse metido un bollito en la boca –aún los “adecos con suerte” no mutaban en el Nuevo Tiempo-. Le preguntamos a Pablo Pérez, orgulloso de la zulianidad, entonces, ¿qué carrizo es? Me imagino que me dirá algo como: la defensa de nuestra quintaesencia que solo el Nuevo Tiempo puede hacer; en pocas palabras, cualquier cosa o, como diría un chamo ahorita, whatever.

En conclusión, la zulianidad es una quimera de oro, de tres cabezas, administrada maquiavélicamente por los fabuladores del UNT para seguir dilapidando los recursos del Zulia, en nombre de una supuesta defensa de los mismos. Un monstruo horrendo que vomita llamas, y que en la moderna mitología del partido dominante en la Gobernación desde hace 12 años, posee tres cabezas visibles: Pablo, Eveling y el prófugo Manuel. ¿Dónde está el Belerofonte que acabará con su reinado?

Periodista y docente universitario

boscan2007@gmail.com

@raboscandanga


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Rafael Boscán Arrieta

Periodista y Docente universitario

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