Hay cosas que francamente indignan de verdad, incluso hasta el paroxismo; hechos que son capaces de infartar o provocar un ACV hasta el más indiferente o leche fría de los mortales. Un ejemplo de eso fue la agresión que el imperialismo norteamericano perpetró contra Irak, donde como todo el mundo sabe, murieron centenares de miles de personas, la mayoría de ellas niños y mujeres inocentes. En ese y otros países, los Estados Unidos han cometido crímenes tan atroces, crímenes tan viles y repugnantes que, por emular los cometidos por el sátrapa alemán, merecerían un juicio tipo Nuremberg para castigar a las bestias bípedas que los propiciaron. Otros de esos hechos que escapan a la razón humana, pues nadie podría entenderlos, es lo que sucedió en Libia y que en estos momentos se está repitiendo en Siria. En ambos casos, los Estados Unidos, junto con sus lacayos europeos y del Medio Oriente, se pusieron a reclutar toda la hez humana que por el mundo pudieron encontrar, a cuanta hiena sedienta de sangre pudieron alquilar, incluso a rufianes que pagaban largas condenas de cárcel por crímenes cometidos, y con toda esa podrida mezcla de forajidos, asaltantes y malvivientes, armaron un ejércitos al cual, después de entrenarlo y armarlo, lo metieron en ambos países para que fueran a darle rienda suelta a sus bestiales instintos criminales. Resultado, toda una población civil destruida y masacrada y la otra, la de Siria, en trance de correr la misma suerte. Como nos lo mostraron las impactantes imágenes transmitidas por Dossier, en las que aparecía una calle esterada de cadáveres de hombres, de madres y de gente joven de Siria. VTV no puede seguir ocultando estas bárbaras escenas sin incurrir en el delito de complicidad. No se puede seguir alegando que la salud mental y psíquica de los menores lo prohíbe. Si esto fuera así, entonces también habría que prohibir las crudas escenas relacionadas con la crucifixión de Cristo, que todas las semanas y sin restricción ninguna, transmiten las televisoras del país
Pero continuemos, todos estos hechos, como ya dije, enfurecen hasta lo indecible. Sin embargo, lo que sucede con el pueblo de Palestina no se puede presenciar sin que la furia nos invada y nos desequilibre por completo, pues nos negamos a aceptar que toda esa espantosa carnicería se esté cometiendo a la vista de todo el mundo y que no se pueda hacer nada para impedirlo. Y si a eso se agrega el hecho de que se pretende desconocer como pueblo, como nación, pues entonces si es verdad que conceptos como la equidad y la justicia pierden absolutamente su significado y tendríamos que aceptar que vivimos bajo el imperio de la ley de la selva. Nos referimos, aparte de las cotidianas masacre de palestinos perpetrado por el estado terrorista de Israel, por ese demente llamado Netaniahu, que está haciendo todo lo posible por reivindicar a Hitler, a que también se le quiere desconocer la propia existencia. Para los Estados Unidos y sus genuflexos aliados, toda esa repugnante pandilla de lamesuelas y arrastrados carentes por completo de dignidad, el pueblo de Palestina no existe. Y por no existir, se oponen en el Consejo de Seguridad, no sólo a que las Naciones Unidas le reconozca a ese pueblo el estatus de Estado, sino también a que se le acoja en ese organismo con carácter de observador.
Y uno se pregunta, ¡carajo!, como puede ocurrir tal cosa, Como es posible que estos desmanes se puedan cometer incluso con la aprobación de Palaos… Pero qué cosa es Palaos, se preguntarán algunos, qué bicho raro es ese. La República de Palaos –así es su pomposo nombre- es un archipiélago situado en el mar de Filipinas y que cuenta con una “gigantesca” población de unos 20.000 habitantes, así como lo leyeron, no se equivocaron, con una población de apenas unos 20.000 habitantes, repito. Pues bien, esta cosa que cuesta considerarla como país, forma parte de las Naciones Unidas. Y no sólo eso, sino para que el absurdo se agigante y cobre una dimensión sideral, esta parodia de país se opuso en la reciente asamblea general de la ONU a que Palestina formara parte de esa organización como simple observador. Es decir, esta ridiculez de nación, con una población de 20.000 habitantes, como ya dijimos, y que reunidas todas sus islas no llega a alcanzar las dimensiones de la Isla de Pájaros en el lago de Maracaibo, se opuso a que una nación de unos 4 millones de habitantes y con una milenaria existencia como pueblo, ingresara a las Naciones Unidas en calidad de estado observador. Y ante tal contrasentido, que es un reto a la inteligencia y a la noción de la equidad y la justicia, uno no puede menos que preguntarse: qué dirían Ionesco y los fundadores del surrealismo, con André Breton a la cabeza, ante una bufonada como esta.
Ahora, ante este triunfo de la humanidad contra el terrorismo de estado, sale ese engendro del demonio que es Netaniahu a amenazar al mundo, que lo ha repudiado, con construir 3 mil viviendas en los territorios ilegalmente ocupados en Palestina. Naturalmente que podría hacerlo, dado su poderío militar y a la aprobación irrestricta con el que siempre han contado sus fechorías por parte de los Estados Unidos y sus depravados secuaces. Sin embargo, este repugnante sujeto ignora que las cosas han experimentado un cambio cualitativo muy importante. Porque Palestina, al convertirse en estado, ha dejado de ser el país agresor, como siempre se le ha considerado, para convertirse en un país invadido. Lo cual le concede el derecho de recurrir a todas las armas para reivindicar los territorios de los cuales sus habitantes han sido brutal e injustamente desalojados.-
Según he podido leer en la prensa, la supuestamente violada, la ex-juez Afiuni, se niega a colaborar con las autoridades a los fines de esclarecer el hecho y sancionar a quienes pudieran resulta culpables de tan detestable delito. Cosa demasiado extraña, porque fue ella misma quien a través de un libro hizo la denuncia. No lo hizo oportunamente sino a través de un medio nada apropiado para ese fin. ¿Con qué intención lo hizo? Salta a la vista que no fue con el propósito de que se hiciera justicia ni para que se sancionara a los autores de tan infamante hecho. Entonces ¿para qué? No cabe otra explicación que para desacreditar al gobierno, es decir, por razones políticas. Al respecto, es increíble, se necesita haber caído demasiado bajo, carecer por completo de escrúpulos y de vergüenza, para que una mujer pueda jugar de esa manera tan indigna con el honor suyo y el de su familia, poner al escarnio público su reputación y el de los suyos. Lo que demuestra por lo menos dos cosas: que esta mujer estaba moralmente descalificada para desempeñar la delicada misión que se le había encomendado; que carecía de los exigentes atributos éticos que debe tener quien aspire a impartir justicia. Porque una persona tan depravada como la Afiuni es capaz de cometer, en el desempeño de una magistratura, como lo demostró al colaborar activamente con la fuga de un delincuente, cualquier clase de delito, por repugnante y asqueroso que sea. Lo otro, la negativa de esta asquerosa mujer a colaborar con las investigaciones, hecho verdaderamente insólito, podría deberse a que las cosas sucedieron exactamente al revés, es decir, que fue ella la que sedujo a un guardia, para lo cual le garantizaría el más absoluto y estricto secreto. De otra forma, ¿cómo se explica su negativa de colaborar con las autoridades? Ella sabe que su renuencia a colaborar para esclarecer el hecho, la hace incurrir en el delito de encubrimiento, lo que la convierte en cómplice de su propia violación, lo que también es un delito.
Terminando estas líneas me entero de que la Afiuni afirma que el supuesto violador tenía grabado la figura de un león en uno de sus brazos. Y yo pregunto: ¿estará segura de que fue en uno de sus brazos y no en otro miembro mucho más erógeno? Si ella realmente quisiera identificar a su misterioso galán con decir el día y la hora en que sucedió el estupro hubiera bastado.
A PABLO PÉREZ: Pablo, ya no hayas qué prometer. Se te olvida que las promesas que hiciste la vez pasada, son las mismas que estás haciendo hoy, prueba irrefutable de que no cumpliste con ninguna y que así como no cumpliste con las anteriores tampoco vas a cumplir con las actuales. La vez pasada, como recordarás, prometiste un montón de cosas, y cuatro años después, como ya dije, no has cumplido con ninguna de ellas. Con lo cual te has burlado cruelmente de quienes ingenuamente confiaron en ti, esperanzados en que les resolverías sus problemas. No resolviste nada. Y eso por dos cosas: porque de ti no se puede esperar nada bueno y decente, y porque además te pasaste todo el tiempo de excusa en excusa y viajando más que un ave migratoria, ave carroñera en tu caso. Y al final el Zulia, ese Zulia que dices querer tanto, está mucho peor, mucho más postrado, que como lo encontraste. Y hoy es tan grave la situación, que no se exagera si se dice que gracias a tu criminal irresponsabilidad, incapacidad y desatada corrupción, que campea libremente por sus fueros, esta región está a punto de colapsar, sumida en un espantoso caos, en un caos tan generalizado y profundo, que nada bueno puede presagiar para sus angustiados habitantes, que ya están sufriendo las indeseables consecuencia de tu incorregible incuria.
De allí que no entendemos qué buscas en estas nuevas elecciones. Porque por ti sólo podrían votar no sólo los que se desprecian a sí mismos sino que también desprecian a su estado, los que no les importa el destino que en tus obscenas e impúdicas manos el Zulia pueda correr. Estos son los que únicamente podrían apoyarte con su voto. Lo cual, afortunadamente, no representa ningún peligro, porque esta gente cada día son menos. Por lo que en estas elecciones vas a recibir la lección de tu vida. Ellas te van a enseñar que el Zulia no es un reducto de bribones y degenerados como lo has pretendido convertir tú y tu prófugo jefe.
Si ha habido una ministra o ministro de educación que haya sido unánimemente repudiado, es esta ministra, que se ha convertido en una especialista en hacerle ganar a Chávez el rechazo iracundo del gremio magisterial. Yo no sé que está esperando el Presidente para corregir el error que cometió al designar a esta despótica cabo e’presos para destituirla y colocar en su lugar a otro que cumpla un mejor papel al frente de ese despacho.
Para Miguel Ángel P.P. Socio, continúa ofendiendo a los televidentes con la utilización tan disparatada de usar las partículas pronominales “me”, “te” “se”, en el verbo “recordar. Creo que no he sido el único que te ha reclamado este feo dislate, y sin embargo, dando una lamentable demostración de soberbia, continúas insistiendo en el mismo. Tampoco se dice, Miguel, “han habido”, sino “ha habido”. Igualmente se incurre en un error cuando se dice, por ejemplo, “soy de los que creo, pienso, etc.”. Aunque en este rebuzno casi no hay una persona que no haya caído, incluyendo a Walter Martínez. Por otra parte, hay personas, y entre ellas yo, que a veces vemos tu programa por la misma razón que tú lees El Nacional, Un Nuevo País, El Universal, etc.
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