No quisiera en este momento ser profeta del desastre, ni darles tela que cortar a la oposición; para que a través de eso que llaman redes sociales se convierta en dimes y diretes, de tuiteros sin oficio, que para meterle candela al fuego se convierten en unos fake news, en voceros de la mentira y la difamación. Ahora bien, en algunos sectores de Ciudad Guayana, existen grupos familiares, donde se han presentado cuadros clínicos similares a los contagiados por el virus, como es: fiebre, deficiencias en la captación de olores y gustos, desánimo y dolores de articulaciones y musculares; no asisten a los CDI, ni hospitales centinela por temor a ser contagiados, en caso que no lo estén. De ser positivo, aunque no se haya hecho ningún examen previo que lo certifique, se convierte en un ente multiplicador para el resto de la población, si por aquellos azares de la vida fallece, no entra en las estadísticas oficiales, ni cómo contagiado, ni como deceso; tampoco ingresaran los que se han automedicado y han superado el virus satisfactoriamente.
Cabe destacar que esta conducta asumida por individualidades, se debe también a lo que han soltado a volar las redes, tergiversando la realidad al decir que los pacientes son llevados a sitios hacinados como sardina en lata y mal alimentados. Llama la atención ese incremento inusitado de contagiados en el estado Bolívar, a 1600 Km. de la frontera con Cúcuta. Con menos ingresos de connacionales comparados con otros estados limítrofes con ese país; a sabiendas que los migrantes que llegan por Brasil son insignificantes comparados con los que ingresan por la vía de Colombia.
En la entrevista de Ernesto Villegas con el presidente Nicolás Maduro, sacó a relucir algunas primicias; como los 90.000 connacionales que ingresaron ilegalmente al país por las trochas y los 40.000 que lo hicieron por la vía ilegal, que luego se encargaron de diseminar con mayor profusión el Covid 19 a todo lo ancho y largo del país; este fenómeno inusual que no se presentó en ninguna parte del mundo, ha alterado notablemente los resultados, pese a la batalla que han dado los brigadistas médicos, los sistemas públicos de salud, los CDI; otros fuesen los resultados. Nada más si nos retratamos en lo que pasa en Colombia, donde tienen todo un record diario de 12.000 casos nuevos de Covid 19 y 350 muertes diarias.
Podríamos estar aquí en una postura distraccionista en presentar a Venezuela como el papaupa en Covid – 19, armar un show y buscar la punta iceberg para una invasión. Ya el inefable Julio Borges desde Colombia salió a decir que "Venezuela se va a convertir en un peligro sanitario para la región con el avance del coronavirus". Con estas posturas buscan afanosamente tapar la incapacidad de no haber podido detener el crecimiento del virus, ni garantizar la salud de su pueblo. Ahora bien. Se podría pensar que estamos en presencia de contagios inducidos o provocados por paramilitares, además de los que ingresaron por las trochas, como no lo ha dejado a entrever Samuel Moncada en la ONU: "los enemigos de Venezuela están usando la pandemia como una arma de guerra; en una primera fase Venezuela será desbordada por contagios y los venezolanos desesperados colapsaron los servicios de salud de Colombia y Brasil. En una segunda etapa, estos dos gobiernos, desesperados por la pandemia en Venezuela, pedirán la intervención de organismos internacionales sin obtener respuestas". Los ataques de esos países contra Venezuela serán presentados como un acto de "preservación" o "legítima defensa" frente a la amenaza que supondría Venezuela y se producirían antes de las elecciones presidenciales del mes de noviembre. De ser con ocupación militar. Sostiene Moncada, sería sin la presencia de EEUU en primera fila; pero si con la presencia de Colombia y países centroamericanos que serían los que harían el trabajo sucio, termina diciendo. Hay que estar atentos ante cualquier toque de tambores guerreristas, que se pueden concretar en el mes de octubre venidero. Patria o muerte venceremos.