La prensa regional del estado Vargas cuenta desde hace más de una década con una de las aberraciones periodísticas más recalcitrantes: el diario “La Verdad” (La Mentira). Una verdadera escuela del analfabetismo funcional y el mal gusto; una prueba irrefutable de la más abyecta manipulación mediática.
Escudado en una aparente “imparcialidad”, “La Mentira”, propiedad del adeco Rómulo Herrera, perdió cualquier vestigio de credibilidad en 1998, en el marco de las elecciones para gobernadores y alcaldes de ese año. Con el mayor descaro y con una irresponsabilidad sin límites, el diario de marras tituló al día siguiente de las votaciones: “Ganó Rubín”. José Rubín era el candidato de Acción Democrática para la Gobernación de Vargas, en 1998. Su contendiente era Alfredo Laya, abanderado del Polo Patriótico. A pesar de que había ganado éste último, Alfredo Laya, “La Mentira” ofreció información tendenciosa e inexacta, al dar como triunfador a José Rubín. Nunca Rómulo Herrera se disculpó por esa primera plana y desde entonces “La Mentira” se convirtió en el hazmerreír comunicacional de la población varguense. De hecho, cuando la gente va a un kiosco a comprar semejante bazofia, no dice: “Dame ‘La Verdad’, por favor”. Sino espeta: “Dame ‘La Mentira’; dame ‘Una Mentira’, por favor”.
Ciertamente, a veces tengo acceso gratuito a ediciones de “La Mentira” de diferentes formas: lo encuentro en la sala de espera de algún consultorio médico, oficina pública o donde el barbero. Debo confesar que cada ejemplar es peor que el anterior y de hecho, he tomado algunas noticias y artículos del mismo, para exponerlos como paradigmas de lo que no se debe hacer en la redacción y argumentación de textos.
Las más recientes “campañitas” malintencionadas del citado periodicucho, han estado enfocadas en la caída los precios del petróleo y la supuesta “hiperinflación”, dos matrices desgastadas de la “oh-posición” vernacular. Verbigracia, ya bien avanzado el último semestre de 2008, “La Mentira” publicó sistemáticamente, en primera plana y negrillas, el derrumbe de los precios del crudo desde los 147 dólares (julio de 2008), hasta menos de 30 dólares, a principios de 2009. Todo ello con el objetivo de reforzar la idea de que la economía venezolana sería vapuleada por la actual crisis del capitalismo y que el Estado colapsaría. Sin embargo, llama la atención que desde el comienzo de la franca recuperación de la cotización del petróleo en el mercado mundial, “La Mentira” no ha reseñado en primera página, ni una sola vez, que el principal producto de exportación criollo ha recuperado más de 20 dólares en su precio. ¡Vaya basura! ¿No?
Con respecto a la inflación, el perfil no ha sido muy diferente; reforzar a través de titulares y encabezamientos amarillistas, que Venezuela se dirige hacia un proceso de “hiperinflación”. ¡Magna burrada! Cómo se nota que no tienen ni la más mínima idea del susodicho “término” y su contexto histórico.
Desde luego, en el diario de Rómulo Herrera, como en muchos otros, no se habla de la ESPECULACIÓN y usura de los comerciantes locales, ni de la conspiración económica de diversos sectores empresariales del país, para disparar artificialmente el costo de la vida y desencadenar –a juro- un estallido social. Se quedarán con las ganas.
Por ejemplo, en la edición del 5 de junio de 2009, página 8, “La Mentira” despliega una nota periodística, SIN FIRMA, como es usual en publicaciones de esa calaña, donde se puede leer: “La inflación se aceleró en 2% en mes de mayo”.
Primero, hay un grave gazapo en la utilización de la preposición y el verbo que anteceden la cifra, ya que debería ser “La inflación SE SITUÓ EN 2% (…)”, o “La inflación SUBIÓ AL 2% (…)”, y no, “La inflación SE ACELERÓ EN 2% (…)”. Afirmar que “se aceleró en 2%” hace asumir al lector, erróneamente, que la inflación de mayo subió 2% con respecto a la de abril de 2009, lo cual es MENTIRA, ya que el incremento fue sólo de dos décimas de punto porcentual. En realidad, el índice pasó de 1,8% en abril a 2% en mayo, debido al incremento de la alícuota del IVA, el ajuste de las tarifas en las rutas urbanas y suburbanas de transporte público, y el aumento del salario mínimo.
Segundo, lo que tampoco informa “La Mentira”, es que el índice de inflación acumulada de mayo de 2009 (8.9%), es inferior al de mayo de 2008 (12,4%). ¿Dónde están la veracidad, la objetividad y el profesionalismo? Sin duda, en “La Mentira” se fueron de vacaciones desde su génesis. Ante la falsedad adeca, mediática y mercantilista, la comunicación alternativa revolucionaria se abre paso en la edificación de una sociedad con conciencia crítica. El método científico de la dialéctica marxista pulveriza la superficialidad del anquilosado idealismo burgués. ¡Abajo “La Mentira”!
ADÁN GONZÁLEZ LIENDO
Tesista de Idiomas Modernos en la UCV
P.D. Adjunto una carta que dirigí a la Subdirectora del diario “ La Mentira”, Licenciada Beatriz Rodríguez, en 2007, en relación con una nota periodística reseñada en ese matutino, la cual estaba repleta de inexactitudes técnicas e imprecisiones históricas gravísimas. Aún aguardo por su publicación y no me cae de sorpresa. Ellos tienen de éticos lo que yo de físico nuclear.
Catia La Mar, 7 de agosto de 2007
Diario “La Verdad”
Licenciada Beatriz Rodríguez
Subdirectora General
Presente.-
Estimada Licenciada Rodríguez, el objetivo de esta misiva es para solicitar un derecho a réplica a su persona, debido a una información errónea publicada por el diario “La Verdad”, el día miércoles 18 de julio de los corrientes, edición número 2899, en la página 4.
En las “cápsulas informativas” denominadas “Sabías que…”, fue reseñado lo siguiente: “(…) el canal 1 del espectro radioeléctrico fue inaugurado con la Televisora Nacional, canal estadal [sic] que abrió sus transmisiones de TV en Venezuela durante el gobierno de Pérez Jiménez, este canal fue sustituido por Televisa la cual cierra cuando ya está en el aire RCVT [sic] con el consiguiente canal 2. Posteriormente Televisa se convierte en Venevisión, canal 4, el canal 5 se da a la televisora cultural del estado [sic]. Por esto RCTV se declara la estación de TV más antigua del país”.
Es vergonzante, sin duda, la cantidad de horrores e imprecisiones históricas –y técnicas- presentes en el texto anterior, el cual carece de autoría clara. A continuación, trataré –punto por punto- cada uno de los aspectos de la reseña publicada.
Primero, es imposible que el canal 1 del espectro radioeléctrico haya sido asignado –alguna vez- por alguna autoridad comunicacional, dentro del territorio venezolano. En nuestro país siempre hemos utilizado -para televisión- la norma estadounidense NTSC (National Television System Committee), y en dicho sistema es de dominio público que el canal 1 NO EXISTE desde el 14 de junio de 1948, fecha en la que fue concedido al uso de los diferentes servicios móviles y terrestres. ¿Será que la persona que escribió semejante barbaridad se ha percatado de que en su televisor el canal 1 brilla por su ausencia?
Segundo, la Televisora Nacional –primera estación del país- fue inaugurada el 22 de noviembre de 1952 y su frecuencia era el canal 5 del espectro radioeléctrico, no el 1. Sus siglas eran YVKA-TV. Televisa, la cual nace en 1953 de la mano de Gonzalo Veloz Mancera, jamás pudo haber sustituido a la Televisora Nacional canal 5, ya que dicha estación (Televisa) ocupó desde un principio la frecuencia del canal 4, con los indicativos YVLV-TV. Radio Caracas Televisión (propulsada por el Grupo Phelps y su Corporación Radiofónica Venezolana) empezó emisiones –oficialmente- en noviembre de 1953, en el canal 2. Sin embargo, las transmisiones de prueba de RCTV estuvieron por largo tiempo en el canal 7.
Tercero, Televisa (canal 4) debió cesar transmisiones años después de su salida al aire, debido a la intensa presión de grupos económicos y políticos que no perdonaban los vínculos de los dueños de la televisora, con la influyente izquierda de la época. Al cabo de un tiempo, la inviabilidad económica hizo insostenible el canal para sus accionistas y éste debió ser vendido al Grupo Cisneros, a finales de la década de 1950. A partir de ese instante, el canal 4 pasó a denominarse Venevisión.
Cuarto, la televisora más antigua del país, Televisora Nacional canal 5, debe su desaparición definitiva, en la década de 1990, al nefasto Carlos Andrés Pérez, quien ya la había cerrado en su primer mandato. Carlos Andrés Pérez silenció un capítulo esencial de la historia audiovisual venezolana, al clausurar a TVN. Un verdadero CIERRE que nunca tuvo dolientes en los numerosos medios de comunicación privados del país.
Agradezco a usted, como directiva del diario “La Verdad”, el espacio que pueda otorgar a esta réplica. Espero que la persona autora de la “cápsula informativa” caiga en cuenta de la gravedad del error cometido y evite tanta irresponsabilidad y falta de rigurosidad investigativa en el futuro.
Atentamente,
ADÁN GONZÁLEZ
Certificado de Locución #26950