Hace muchos años en ocasión de estar en Caracas, como participante de un curso, conversaba con los compañeros y a uno de ellos le causó mucha impresión que yo era de Apure; de inmediato su curiosidad lo llevó a preguntarme si era cierto que en la propia Capital del Estado “todo el mundo andaba a Caballo”… Mirándole fijamente a los ojos le manifesté lo siguiente: “Claro que sí, fíjate si te vas para Apure en vehículo llegas hasta Puerto Miranda, el límite con el Estado Guárico; y allí, el Sherrif del pueblo te guarda tu carro, te entrega un Caballo, un Sombrero y un cinto canana con Dos Revólveres para que pases el puente María Nieves y puedas entrar a San Fernando”. El compañero abrió los ojos y la boca expresando su estupefacción, algunos otros murmuraron palabras de sorpresa; y uno, realmente inteligente, soltó una sonora carcajada seguida de la frase: “Coño, los jodió el llanero pajuos ignorantes”.
Ese retrospectivo episodio me viene regularmente a la mente cuando, por la naturaleza del cargo Directivo que ocupo actualmente en la Alcaldía del Municipio Biruaca, de mi Estado Apure, asisto a reuniones o recibo gestores forasteros, quienes llegan a nuestra tierra con la misma conducta y pensamiento de aquel idiota caraqueño que me hizo la pregunta en mi juventud. Existen todavía muchos cretinos con la firme convicción que: “Caracas es Caracas y lo demás es Monte y Culebra”. Atajos de pendejos que sin haber logrado acumular en su mente los elementos de la ciencia, sus métodos y técnicas, apenas obtuvieron un título, mediante el “chuleteo” o la compra de notas, se asociaron con sus similares y luego montaron parapetos que registraron con pomposos nombres de empresas o consultores gerenciales. Con éstas últimas muchos han salido de “expediciones” o “safaris”, a cazar incautos en Alcaldías y Gobernaciones por toda Venezuela. Llegan con muy ilustradas carpetas, llenas de “proyectos”, “planes” y “programas” que van desde el desarrollo de una fábrica de calefactores en el Capanaparo hasta congeladores digitales en el Pico Bolívar… de verdad se creen que en Apure todavía estamos en la época de las cavernas y los habitantes primitivos andamos de guayuco y taparrabo.
Hugo Chávez ha sido y es el único Presidente que ha manifestado y mantiene un profundo amor por esta pampa libertaria; es quien desde la presidencia ha hecho lo posible para que Apure y su gente avancemos hacia el progreso y desarrollo integral, quizá sus aspiraciones no han podido materializarse como él lo quiere, aún cuando las inversiones financieras del sector público nacional en estos Diez años han superado con creces las de todos los gobiernos anteriores juntos. Allí es donde entra el asunto que nos preocupa y mortifica, pues a cada importante asignación de recursos para obras o inversión productiva en Apure, le siguen una nube de forasteros que me atrevo a llamar los “espeleólogos” del nuevo tipo: gente corrupta y ambiciosa; malhechores de finos trajes y corbatas, con maletines llenos de papelería con propuestas quiméricas para embaucar a los gobernantes. También existe la complicidad local de los truhanes del “patio propio”, es decir, los malos hijos de Apure que se prestan para el robo del erario público y no tienen el más mínimo sentimiento de pertenencia, solidaridad y amor al prójimo.
No sabemos por cuanto tiempo seguirá esa conducta de muchos forasteros que se vienen al Apure imaginando que en esta llanura infinita encontrarán las cavernas y especímenes humanos del pleistoceno. A lo mejor hasta tendremos que acudir a la paleoantropología -la ciencia que estudia la evolución y origen de los rasgos físicos y de comportamiento del ser humano- para registrar un nuevo espécimen de homínido apureño, el Incautopithecus apureñensis, cuya principal característica la define su nombre… un perfecto pendejo e incauto gobernante que se deja engañar por cuanto fariseo viene de fuera ostentando conocimientos que no tienen y minimizando nuestra inteligencia.
Somos muchos quienes con profunda identidad y sentido de pertenencia apureña continuamos la batalla conceptual y tratamos de contribuir por el logro de un mejor futuro para nuestro lar llanero. Es posible que la inefable dueña de las sombras, como tipifican a la muerte, nos detenga antes de la meta… pero en lo más profundo de nuestro ser está la convicción que los sucesores tomarán de esas manos fenecidas las banderas de lucha y más temprano que tarde, las enarbolaran flameando victoriosas y cantándole a la vida con una frase inmortal que es heredad de los bravos apureños… ¡Primeros en Carabobo y Primeros en Ayacucho! (20/08/2009).
desideratum_apure@yahoo.com