Según los admiradores del genio croata Nikolás Tesla, éste produjo terremotos artificiales como un efecto secundario, en sus intentos por transmitir a energía eléctrica a distancia, y de manera inalámbrica, para que pudiera ser utilizada de manera gratuita por cualquier persona en cualquier parte del mundo. Para eso inició la construcción de la “wardencliffe”, una gran torre con una esfera de 20 metros de diámetro en su parte superior, que le permitiría recoger la energía eléctrica de la tierra y la atmósfera para proporcionarla libremente a todos. En su experimento, Tesla “pudo encender 20 ampolletas a 40 kilómetros de distancia sin necesidad de cables”.
Como genio proveniente de familia pobre, Tesla tuvo que solicitar la ayuda de los poderosos y eso le costó caer en manos de Thomas Alva Edison y de la Westinghouse, quienes se aprovecharon de todos sus inventos, le sabotearon de lo lindo sus inventos (con apoyo del gobierno gringo) y se enriquecieron como resultado del ingenio del croata, en tanto éste moría en la indigencia. De entre sus 700 patentes registradas y las 1200 no oficiales destacan descubrimientos e inventos como:
-”La transferencia inalámbrica de energía eléctrica mediante ondas electromagnéticas sin cables a largas distancias, Corriente alterna, corriente de impulso y corriente oscilante, Armas de energía directa, Radio, Bombilla sin filamento, Dispositivos de electroterapia, Sistemas de propulsión por medios electromagnéticos (sin necesidad de partes móviles), Bobina de Tesla, Tecnología de radar, Lámpara fluorescente, Submarino eléctrico, Oscilador vibracional mecánico, Máquina para causar terremotos (no demostrado), Teslascopio, Control remoto, Rayos T , Transmisión de vídeo e imágenes por métodos inalámbricos, Métodos y herramientas para el control climático, Envío de electricidad con un solo cable, Rayos X, Radiogoniómetria eléctrica”. (Fuente: Wikipedia)
Las notas del genio croata fueron confiscadas por el gobierno gringo y no sería de extrañar que continuaran las investigaciones para darle usos militares a las investigaciones que el sabio realizó con la idea de que toda la gente se beneficiara. Los subrayados son nuestros, para destacar los elementos que podrían estar formando parte del proyecto Haarp, desarrollado desde hace décadas por el imperialismo para asumir el control total del mundo. Tratándose de patentes legalizadas en EEUU, y de inventos que existen y con frecuencia han sido atribuidos a otros, la idea de un arma meteorológica es una posibilidad cierta.
En los tiempos del deslave de Vargas, las columnas de nubes de lluvia sobre la cordillera del litoral, decía un periódico, eran inusualmente elevadas, montones de agua que se desataron sobre ésta, produciendo un desastre que produjo, por lo menos, decenas de miles de muertos en Caracas y Vargas, siendo esta última casi destruida por completo ¡En momentos en que se estaba realizando el referéndum aprobatorio de la Constitución bolivariana! Nos ocasiónó innumerables bajas, pero LA CONSTITUCIÓN SE APROBÓ y la vida continuó, y con ésta, los cambios trascendentales que estamos realizando en nuestro país. El terremoto que padece Haití se da en momentos en que debiera iniciarse un proceso electoral, ofrecido por el títere René Preval para el mes de febrero de 2010, y cuando el imperialismo está ocupando militarmente todo cuanto pueda, con oscuros fines. No sería raro que su títere hubiera solicitado la intervención militar, tal como el ministro de la defensa que teníamos aquí en 1999 la solicitó, para darle legalidad a una ocupación, tal vez ya programada desde antes del desastre climatológico. Se repitió el procedimiento:
El arma meteorológica produce el desastre y después vienen los marines “a prestar ayuda”. Es lo mismo que: La aviación bombardea y la infantería se posesiona del terreno. Al contrario que los nazis alemanes, la gran cantidad de muertes producida por las armas de destrucción masiva en manos del imperio, es achacada a la naturaleza y no a sus verdaderos autores.
Las máquinas pudieran producir terremotos, pero para que pasen por naturales deberán ocurrir en fallas geológicas o en lugares cercanos a éstas; se pudieran dirigir los huracanes hasta cierto punto, pero no crearlos. Pudieran crear corrientes de viento para desviar las nubes produciendo sequía en donde les convenga, e inundaciones en otras partes. Pero no pueden crear el agua, ni el viento. Pudieran disociar las mentes, pero sólo de las personas con algún problema psicológico por medio de la propaganda o cualesquiera otras vibraciones, pero los que tienen la consciencia clara siempre se darán cuenta y no caerán. Bolivia ha sido castigada con inundaciones, pero eso no ha podido impedir que su proceso revolucionario avance y Evo Morales se posicione como líder indiscutible en el Sur, y en Venezuela, donde tal vez creíamos que iban a bombardear Guri para dejarnos sin electricidad, tal vez estén utilizando el arma meteorológica para alejar las nubes, y secándolo. Eficaz y limpio.
Pero lo que no puede evitar el imperio es su propia decadencia, y el hecho de que las leyes de la naturaleza son superiores a la manipulación parcial de algunas de ellas y en definitiva, la Tierra es un ser viviente con inteligencia propia y capacidad de regular el equilibrio global, por lo que no es la Pacha Mama responderá, deshaciéndose de quienes se están convirtiendo en un cáncer cuya metástasis se manifiesta en las numerosas bases militares imperiales en todo el mundo.
Ni Hitler en sus peores delirios de poder global imaginó jamás que se iba a poder asesinar y abusar tan impunemente de todo el mundo. Pero la subestimación a los pueblos, a su inteligencia, a su propia evolución; y la multiforme capacidad de respuesta y de resistencia que puede desarrollar, son el imponderable cuyas variables no pueden controlar los tergiversadores de la ciencia.
Y en cualquier parte del mundo, en este mismo momento, puede estar naciendo la tecnología que contrarreste las armas meteorológicas y las vuelva contra sus propios manipuladores, como un desagravio histórico al genio croata Nikolás Tesla, y en beneficio de toda la humanidad.
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