LAS EXCUSAS DE LOS VENDIDOS
Existe un argumento que es esgrimido universalmente por los y las sesudas intelectuales que salen declarando en defensa de las corporaciones transnacionales, sus intereses y por tanto, las leyes que defienden esos intereses: La lealtad colonial y absoluta que se “debe” a los convenios internacionales, lealtad obligada por esos mismos convenios, que fueron firmados en tiempos en que un negociador internacional, en nuestro país, tenía precio, pero carecía completamente de dignidad, de conciencia patriótica y hasta de autoestima. Esos tipos que corrían tras la cola del imperio.
Todos los convenios internacionales comparten la característica imperial de negar, o dificultar al extremo, la denuncia, la separación de los países, probablemente previendo que un cambio de gobierno deje por fuera a los funcionarios vendidos. En ese caso, quedamos amarrados, el país quedó entregado. Para los leguleyos encumbrados (y adinerados) que defienden a los imperios, la palabra de los convenios es Palabra de Dios. Es la máxima autoridad posible sobre el planeta. Y es que no tienen otros argumentos conque defenderlos, porque su punto de vista es el de la sumisión a las empresas y el desprecio completo por los intereses de los pueblos, por el Ser humano, que es el destino final de todo cuanto se hace sobre esta Tierra. Y todo el que se oponga a eso, e intente voltear la tortilla, redactar leyes soberanas, es un “ignorante” que “no sabe nada de leyes”.
Pero el asunto en el proceso revolucionario no es “saber” y ponerse de rodillas ante las leyes imperiales, sino derogarlas y aprobar leyes soberanas para la transición al socialismo.
LOS CONVENIOS INTERNACIONALES SIRVEN SÓLO A LAS CORPORACIONES
Es en beneficio de las empresas que valores como Rentabilidad, Protección de los Intereses Corporativos e Inocuidad de la Soberanía de las naciones, dominan en esos convenios, estatutos coloniales impuestos, por un falso consenso, a los funcionarios vendidos y a los tontos que, sin venderse, firmaron algo que no discutieron, que se les presentó en inglés, a última hora, casi en el momento de aprobarlo por un martillazo imperial porque “no hubo objeción”.
Y son esos bodrios jurídicos lo que consideran los bufetes pro imperialistas la Última Palabra que jamás debe ser desobedecida. La máxima ley del mundo. Palabra del dios Empresarial
NOS ESCAPAMOS DE LA COMUNIDAD ANDINA, ¿Y QUÉ?
Sin embargo, el soberano gobierno bolivariano nos desató de la Comunidad Andina de Naciones, cuando las circunstancias cambiaron debido a los TLC. Después del fracaso del ALCA, el imperio gringo buscó rendijas por donde meter sus tratados de libre comercio, con los países que tienen gobiernos más arrastrados. Ese tratado de sumisión ante los gringos pone a la Comunidad bajo un régimen contrario a los derechos fundamentales de los pueblos. La ruina de México es una muestra de lo que se logra con esos “acuerdos”.
En la comunicación oficial, en el momento de manifestar la voluntad de separarse de la CAN, se dice que “(...) El Estado democrático y social de Derecho y de Justicia propugna, en nuestro caso, la preeminencia de los derechos humanos como fundamentales. Aceptar la vulneración de éstos sería, en la práctica, equivalente a derogar nuestra Constitución.” Esa declaración de Soberanía no necesita comentarios.
Al dejar de pertenecer a la CAN, la Decisión 486 ya no debe ser obedecida, y podemos utilizar NUESTRA Ley de Patentes anterior. Una nueva ley de concesiones de derechos industriales deberá ajustarse a estas circunstancias de cambio hacia el socialismo.
En cuanto a la Decisión 351, amarrada sólidamente con la Ley Sumisa sobre el derecho de autor aprobada en 1993, aún cuando tiene unos poderosos clavos de acero, no puede mantenerse mucho tiempo más sobre la madera podrida de la cruz donde nos han clavado. Y el cuerpo ya no lo resiste.
LA LUZ DE LA LIBERTAD ES UN ALBA SOCIALISTA
Pero en nuestro continente comenzaba a forjarse una barrera protectora: La ALBA, alianza con fines solidarios y no imperiales, que tiene condiciones muy diferentes, donde las cosas se discuten y no se imponen, y donde el valor fundamental es el bienestar de los pueblos. Estamos en presencia del principio de un cambio radical del Sistema mismo.
La situación no tiene que corresponder al status quo que se pretende mantener, de sumisión absoluta ante las corporaciones. Por supuesto que EL GOBIERNO BOLIVARIANO NO PUEDE CONTINUAR MANTENIENDO LAS LEYES DE PROPIEDAD INTELECTUAL TAL COMO ESTÁN, y es preciso que se aprueben nuevas leyes, en patentes y en derechos culturales o “de autor”. Pero no para volver al pasado y perder la oportunidad de obtener libertad para decidir sobre lo que se inventa en nuestro país. No para conservar la despótica “ley sobre el derecho de autor” redactada por un bufete arrastrado frente a los intereses de las empresas transnacionales de entretenimiento.
Ese sistema todo debe ser derribado, para avanzar hacia el socialismo, y no podemos dejar pasar el momento.
Es ahora.
andrea.coa@gmail.com