El Espejo

Cartas marcadas

1 Se impone que los factores politico-partidistas que participan en las elecciones parlamentarias del 26S sinceren sus actuaciones y no jueguen con cartas marcadas. La madurez del pueblo venezolano lo exige. A la hora de institucionalizar un proceso político y social novedoso todos tienen que actuar con transparencia, tanto el chavismo como la oposición. Estamos en presencia de transformaciones cuya profundidad a veces no captamos. Una de ellas, la más importante, es el cambio de modelo. La transición del modelo capitalista a uno socialista, con rasgos propios como el respeto al pluralismo, la libertad, elecciones para conformar los poderes públicos, la toma de decisiones por el movimiento popular, requieren de actuaciones limpias. Lo interesante del momento es que el sector que diverge de quienes conducen el país pueda acceder al Legislativo. Ese sector ahora no está porque 5 años atrás cometió el error -buscando caminos verdes- de abstenerse. En cambio, ha logrado algunas posiciones en otras elecciones, sin que ello le haya servido para revaluar su capacidad democrática. Al contrario, quienes entraron a ocupar cargos de elección popular -gobernaciones y alcaldías- concibieron su ejercicio en términos de enfrentar al Ejecutivo e ignorar el mandato de la corresponsabilidad que consagra la Constitución. Es decir, utilizaron los cargos como reductos para entrabar el funcionamiento institucional del país. ¿Se pretende lo mismo desde el escenario parlamentario? ¿Qué ocurriría si la representación popular es asumida con propósitos desestabilizadores y no como ejercicio democrático para fortalecer el Estado de derecho?

2 ¿Qué conducta se debe adoptar en el desarrollo del proceso electoral? ¿Se compite con la secreta intención de desconocer el resultado si es desfavorable? No es la primera vez que la oposición lo hace. Cada vez que hubo elecciones en esta década, y se le pidió acatar el veredicto de las urnas y el escrutinio del CNE no lo hizo. Siempre alegó fraude y anunció pruebas que no presentó. En cambio, el chavismo respetó los resultados y se cuidó de no denunciar irregularidades donde perdió. En todo caso, lo que cuenta en este nuevo episodio de la transición de una a otra institucionalidad, de un modelo económico a otro, es la sinceridad de los protagonistas. Ni ventajismo ni trastadas de última hora. 18 millones de venezolanos con experiencia y voluntad de participar sufragarán dentro cuatro meses. Exigen a las partes lealtad a los principios y pulcritud en el comportamiento durante la campaña. Es a lo menos que se deben comprometer los líderes.

La crisis es del capitalismo

La crisis es del sistema capitalista, dijo Chávez al opinar sobre de la caída del PIB. En efecto, Venezuela vive las consecuencias del drama que afecta a los centros del capitalismo mundial, EEUU y Europa. Dominique Plihon, presidente del Comité Científico de Attact, especialista en sistemas financieros, se anticipó con sus juicios críticos a la catástrofe de la economía mundial en sus dos manifestaciones en 2008-2009.

Él sostiene que "estamos en presencia de una crisis global del capitalismo, cuyo principal detonante está en el hecho de que colapsó el crecimiento que se instauró con la globalización". Y agrega: "Hoy estamos en la parte financiera de la crisis. Vivimos una crisis de la deuda privada de las empresas y la de la gente; y otra, de la deuda pública en EEUU y países de Europa, España, Italia, Francia, Grecia, Gran Bretaña.

Esta crisis se explica por el estancamiento del poder adquisitivo dentro del nuevo reparto de la riqueza. La gente tuvo que endeudarse para seguir viviendo, y a través de mecanismos complejos la crisis financiera se extendió debido a la ausencia de controles. Las autoridades no hicieron lo suficiente para regular las finanzas, lo que derivó en una crisis profunda de los bancos y los actores financieros en general".

Ante la ausencia de sanciones a los responsables, que siguen disfrutando de sus obscenas ganancias, este es el comentario de Plihon: "Efectivamente. Por eso también estamos atravesando por una crisis de la política de la democracia. Quienes hoy toman decisiones son los grandes actores financieros.

Los grandes bancos que siguen detentando un poder tal que les asegura una potencia financiera y política de tal magnitud que impide que los gobiernos lleven a cabo auténticas reformas. Los gobiernos están capturados por los lobbies financieros".

Lo anterior es válido en EEUU, Europa, Japón, Latinoamérica. Y Venezuela vive una dualidad compleja, de la que Chávez tiene conciencia: por un lado el efecto de la crisis mundial, y, por otro, la necesidad de reaccionar ante ella con medidas radicales, distintas a las que adoptan otros gobiernos.

Si existe conciencia de que el problema es la crisis del modelo capitalista, se impone la promoción de otro que es el socialista, con la tipicidad que comunica la realidad nacional. Algo más para evaluar: por ahora, la economía venezolana sigue siendo mixta, por lo que el manejo de esta realidad objetiva obliga a actuar durante la transición con apego al ordenamiento jurídico, sin atropellar a nadie, ni ceder a poderosas presiones.



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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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