A propósito de los recientes llamados anticomunistas, hay que desenmascarar al fascismo sin pérdida de tiempo. Las más grandes aberraciones del siglo XX se inspiraron en el anticomunismo. El fascismo y el nazismo, la amenaza nuclear, la “guerra fría”, la Operación Cóndor, el macartismo, son críos del anticomunismo.
En nuestro país no está prohibido el comunismo. Ni la Constitución ni ninguna ley proscribe al ideal comunista. Existe un Partido Comunista de Venezuela, integrado, además, por gente muy honorable y patriótica sobre quienes no pesa ni señalamiento ni sospecha de haber incurrido en prácticas despreciables como la pederastia, por ejemplo.
Muchos venezolanos somos partidarios del comunismo aunque militemos en el PSUV u otras organizaciones, pero miramos el mismo horizonte de igualdad y buen vivir que nos legaron Marx y Engels, hombres dignos y honrados cuyo pensamiento cobra más vigencia cada día.
Nuestra quebrada oposición anda tan ocupada en buscar un milagro que la salve de la paliza que recibirá el 26 de septiembre, que se ha pasado la semana entre sotanas sin pararle al terrible caso del terrorista detenido en Maiquetía.
El 4 de agosto de 1997 salí a diez para las siete de la mañana de mi habitación en el Hotel Meliá Cohiba, en La Habana, para asistir con el fallecido camarada Alejandro Hernández a una reunión en la Agencia Internacional de Noticias. En el pasillo varios hombres de guayabera me indicaron que usara las escaleras. Inmediatamente deduje que algo ocurría y ya en el lobby constaté el amplio operativo de seguridad que incluía un tabique de madera que aislaba la zona del chequeo de salida.
Asistíamos como invitados al XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, junto a 12.325 delegados de 132 países.
Efectivamente habían colocado una bomba en el Meliá Cohiba. Fueron aquellos días que el salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, a las órdenes de Posada Carriles, sembró media Cuba de explosivos llegando a dar muerte el 4 de septiembre al joven Fabio Di Celmo.
Ese inolvidable 1997 la mafia anticubana de Miami con sus amiguetes de la CIA se ensañaron particularmente contra la economía turística de la isla. Fueron aproximadamente veinte atentados terroristas desde abril hasta octubre. Posada lo asumió ufano frente a la televisión. Para eso goza de una patente de corso peor que la del pirata Morgan.
A este asesino al servicio del imperialismo lo trajeron los adecos y copeyanos a Venezuela para crear cátedra de tortura, desapariciones y terror anticomunista en general. El derribó el avión de Cubana y es el jefe de Chávez Abarca, otro anticomunista.
Como anticomunista es el perro guardián de Carlos Andrés Pérez, Carratú Molina, quién llamó “caja con trapos” a los restos simbólicos de Manuela Sáenz. Es que él hubiera querido hacerle esos honores a Blanca Ibáñez y Cecila Matos.
Con el infinito amor de Manuela, derrotemos al terror.
Constituyente
caciquenigale@yahoo.es
(*) Yldefonso Finol
Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador. Guayaquil 5 de agosto de 1829.