Su fundador, el hasta entonces desconocido Julian Assange, ha dicho que Barak Obama debería dimitir, si se demuestra que aprobó el espionaje de diplomáticos estadounidenses a responsables de la ONU. Como se ha informado por los medios “amarillistas” del mundo y según esos documentos difundidos, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ordenó investigar los números de teléfono, correos electrónicos y tarjetas de crédito de responsables de la ONU.
Según estos documentos, varios países árabes solicitaron a Estados Unidos atacar a la República Islámica de Irán para detener su desarrollo nuclear: “Una guerra convencional ahora sería preferible a un Irán nuclear”, llegan a decir los gobernantes de Emiratos Árabes Unidos (EÁU) y Bahréin en sus conversaciones con altos cargos de EE UU. El embajador saudí en Washington, Adel “al Jubeir recordó los frecuentes llamamientos que el rey ha hecho a EEUU para que ataque Irán y ponga fin a su programa de armas nucleares”, escribe Gfoeller (documento 150519). “Les dijo que cortaran la cabeza de la serpiente”, cita el diplomático a Al Jubeir quien utiliza un símil habitual entre los árabes. Para el rey saudí: “El objetivo de Irán es causar problemas”. Por su parte, El jeque Mohammed bin Zayed de EÁU “describió un Irán nuclear como absolutamente inaceptable”. “Está convencido de que se desatará un infierno si Irán llega a hacerse con la bomba, con Egipto, Arabia Saudí, Siria y Turquía desarrollando su propia capacidad nuclear militar, e Irán instigando el conflicto entre suníes y chiíes por todo el mundo”.
En este espionaje diplomático, la embajadora norteamericana en El Cairo, Margaret Scobey, en un informe a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el pasado febrero (documento 191130), escribe: “no hay duda de que Egipto considera a Irán como la mayor amenaza a largo plazo, tanto por su desarrollo de capacidad nuclear como por su intento de exportar la revolución chií”. Aún así, matiza Scobey, “Mubarak le ha dicho a[l enviado especial para Oriente Próximo George] Mitchell que no se opone a que Estados Unidos hable con los iraníes, mientras ‘no nos creamos una palabra de lo que dicen”.
De estas mismas revelaciones se extrae la posición del reinado de Jordania: “La metáfora que más a menudo utilizan los funcionarios jordanos cuando se habla de Irán es la de un pulpo cuyos tentáculos llegan insidiosamente a manipular, fomentar [sic] y minar los planes mejor establecidos de Occidente y los moderados de la región”, escribe el embajador estadounidense en Ammán, Stephen Beecroft, en un informe sobre cómo reaccionarían los países de la zona a un eventual compromiso de EEUU con Irán (documento 200230). “Aunque los funcionarios jordanos dudan de que el diálogo con Estados Unidos vaya a convencer a Irán de retirar sus tentáculos, opinan que pueden cortarse privando a Irán de asuntos polémicos que le convierten en héroe para la calle árabe, como su defensa de la causa palestina”.
“El rey Abdalá indicó al enviado especial George Mitchell en febrero
que la implicación directa de EEUU con Irán en este momento solo profundizaría
las divisiones entre árabes y que más ‘países sin agallas’ se
pasarían al lado iraní”, menciona Beecroft. El monarca jordano fue
el primero en advertir del riesgo de un “arco chií”, que iría
desde Irán hasta Líbano, pasando por las minorías del Golfo y sobre
todo Irak, si se intervenía para derribar al régimen de Saddam.
Zeid Rifai, presidente del Senado hasta diciembre de 2009, afirmó que el diálogo con Irán no llevará a ninguna parte: “Bombardeen Irán o vivan con una bomba iraní. Sanciones, zanahorias, incentivos, no funcionarán”.
Por su lado, el rey de Bahréin quien ha mostrado temor de Irán manifiesta que: “Hay que parar ese programa”, le dice el rey Hamad Bin Isa al Khalifa de Bahréin al general Petraeus, en noviembre de 2009 cuando éste era comandante del Mando Central (CENTCOM) estadounidense (documento 232927). El informe de la reunión que elabora el embajador norteamericano en Manama, Adam Ereli, señala que el monarca defiende “con fuerza que se actúe para acabar con [el] programa nuclear [iraní], por cualquier medio necesario”. “El peligro de dejarlo avanzar es mayor que el peligro de pararlo”, cita textualmente al rey.
No podemos dejar de
mencionar las apetencias guerreristas, expansioncitas y colonizadora
de Israel hacia los pueblos islámicos y árabes,
que como peones del imperio informaron a funcionarios estadounidenses
de que un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán era viables
hasta el final de 2010, pero después de esa fecha, “cualquier solución
militar resultaría en daños colaterales inaceptables. ”
Otros documentos expresan las atrocidades sanguinarias cometidas por la coalición militar contra los pueblos de Irak y Afganistán. Las confabulaciones grotescas de algunos países árabes para invadir a los países referidos a través del apoyo logístico de territorios para asentamientos de Bases Militares estadounidenses, facilitando el lanzamiento ofensivas aéreas, terrestres y marítimas contra esos bastos territorios sin importar la vida de los civiles. Cabe destacar la revelación de uno de esos documentos filtrados por la página web de wikileaks sobre las últimas horas de vida de Saddan Hussein, antes de morir ahorcado el 15 de de enero de 2007, pidiendo a todos sus compatriotas permanecer unidos. Durante la ejecución, según el embajador estadounidense Zalmay Khalilzad, ninguno de los 14 testigos de la ejecución lamentó la ejecución de Hussein y ‘mientras moría dos oficiales le sacaron abiertamente fotos con el celular". Como tenía dificultades para subir los escalones que lo conducían al patíbulo, Saddam pidió ayuda a un guardia que "lo mandó al infierno", agrega la información, y luego rechazó una capucha que le ofrecieron para cubrirse.
Hussein "rezó" antes de ser colgado y uno de los testigos le gritó varias veces el nombre de su gran enemigo, Muqtadea al Sadr.
Esta página web Wikileaks, en anteriores meses, había dado a conocer a través de la publicación de 391.832 documentos secretos sobre la guerra de Irak, la permisividad de EEUU para torturar sistemáticamente a los prisioneros iraquíes con diferentes técnicas. Asimismo se reveló 109.000 muertos entre 2003 y 2009, siendo el 63% de ellos, civiles.
En julio de este mismo año Wikileaks, había publicado 75 mil documentos o “los papeles del Pentágono de Afganistán”, que de alguna manera tratan de culpar a Pakistán del fracaso de Estados Unidos en esta guerra: porque los agentes secretos paquistaníes cruzan información con la resistencia talibán afgana. En los mismos documentos se narran los errores cometidos por la fuerza militar de EEUU en Afganistán durante los seis años (de enero de 2004 a diciembre de 2009): reiteradas muertes de civiles en acciones militares, continúas acciones secretas para la caza de insurgentes, fracasos sucesivos de los aviones sin tripulación.
Estas son algunas revelaciones que ha hecho la web wikileaks sobre los países árabes, sin embargo hay una cantidad importante, todas referidas a las relaciones diplomáticas entre países: que dijo un gobierno sobre otro gobierno, especulaciones de posibles estrategias militares y de política exterior, conversaciones sobre derrocamientos de mandatarios, entre otros. Lo que ha puesto -cierto o no-, en apuros a la web, quienes -según los medios de comunicación internacional-, reciben amenazas diarias para bloquearla, y de bloqueos Estados Unidos y sus gobiernos son expertos, para ejemplo: Cuba y Siria.
A causa de estas revelaciones, el portal Wikileaks, ha sido obligado a modificar su dominio y a cambiar de servidores.
Lo que me llama la atención y me pone a dudar sobre las intenciones de la página web de WikiLeaks es la asociación que mantiene con un grupo de medios de comunicación de todo el mundo: el periódico inglés The Guardian, El País, de España, el New York Times, la revista alemana Der Spiegel y el periódico francés Le Monde.
Lo que me lleva a pensar que esta estrategia de filtrar todos estos documentos es una componenda estratégica del Departamento de Estado de Estados Unidos, con la finalidad de poner en entredicho las relaciones diplomáticas entre los países del mundo y de esta manera coyuntural, resurgir para plantear, como gran mediador, una nueva política diplomática internacional para reorientar y reorganizar sus relaciones y mantenerse (de acuerdo a sus intereses oscuros) como mediadores de la paz de los pueblos en el concierto de las naciones.