Ojo Chávez

La gran conspiración del imperialismo contra Venezuela

Hablar de la conspiración del imperialismo contra Venezuela es casi una perogrullada. Quién puede ocultar una verdad tan palpable, si los mismos altos funcionarios del gobierno de los EEUU desde la Casa Blanca, en el Departamento de Estado y también  los voceros del Pentágono no se cansan de repetirlo públicamente cuando advierten una y otra vez sobre la amenaza de Chávez  para la democracia en la región. En América Latina han bajado las presiones políticas contra Venezuela con la salida de Uribe en Colombia, pero la procesión va por dentro con la permanencia de las bases militares yanquis en suelo Colombiano, el peligro de los paramilitares y la existencia de una antidemocrática  oligarquía colombiana identificada con el golpista Carmona y el antichavismo. Perú se ha convertido en el centro de la contrarrevolución bolivariana con los prófugos corruptos en plena actividad desestabilizadora respaldados por el Presidente Allan García. Desde Chile Sebastián Piñera, no deja de lanzar sus misiles venenosos contra Chávez al igual que los gobiernos de Panamá y Costa Rica. El Parlamento del Paraguay, dominado por la derecha, no termina por permitir el ingreso pleno  de Venezuela al  Mercosur. En Honduras se consumaron los planes del imperialismo y en México le escamotearon el triunfo a la izquierda electoral. La piedra en el zapato para el imperialismo es la dignidad de los gobiernos y los pueblos de Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Uruguay,  Argentina, Paraguay, Brasil  y Venezuela porque, cada quien con sus particularidades, no nos arrodillamos al poder  intervencionista  norteamericano. La OEA es un  parapeto que juega un papel gris y nebuloso con un Secretario General servil al imperio y una Comisión Interamericana  de los Derechos Humanos  que apoyó el golpe de Estado contra Chávez en el 2002 y ahora es una pieza clave de la conspiración contra Venezuela.

 El imperialismo y la voracidad de las transnacionales  no detendrán  sus planes de intervención en Venezuela  para apoderarse de las reservas petroleras más grandes del planeta porque existan  antecedentes políticos entre un ex presidente de los EEUU,  Jimmy Carter y el empresario más próspero de América Latina, Gustavo Cisneros  quienes, en un momento crucial, intercedieron  a favor de Chávez cuando reconocieron  su triunfo  electoral en el Referéndum que pretendía sacarlo del poder. Ni tampoco se van a conformar las transnacionales  con el 40% de las acciones en las empresas mixtas para la explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco. Los convenios  comerciales entre el gobierno venezolano y los de Rusia y China no los van a desanimar. Los diferimientos del gobierno revolucionario para radicalizar la revolución bolivariana son más bien un motivo de aplicación de sus políticas preventivas porque no  tienen razón para esperar que el gobierno se fortalezca y corrija sus debilidades. La inexistencia en Venezuela de un Estado Socialista y  la persistencia del modelo capitalista de renta petrolera dominante en la economía venezolana en vez de ser factores apaciguadores estimulan el apetito insaciable del capital internacional. Las mentiras inventadas por la CIA seguirán siendo el pan de cada día para justificar, sin ninguna prueba, sus planes invasores utilizando los falsos pretextos de terrorismo,  narcotráfico  violación de los derechos humanos, dictadura de Chávez,  falta de libertad y democracia. Éstos son inventos truculentos que han servido para crear  la matriz de opinión mundial de esta  guerra de cuarta generación, etapa previa a la agresión militar.

 La oposición de la derecha electoral venezolana estuvo en el 2002 involucrada, junto al imperialismo, en el golpe de Estado que depuso a Chávez por unas horas de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela y fueron derrotados sin retaliaciones políticas en un ambiente de absoluta impunidad. La complicidad de esta oposición burguesa, que defiende los intereses del capital privado y de las transnacionales, con los planes del imperialismo no solamente es obvia sino que ha sido hartamente comprobada por el financiamiento que reciben de la CIA  sobre lo cual no queda la más mínima duda después de las pruebas presentadas por la ciudadana norteamericana Eva Golinger.  Además la oposición derechista venezolana no esconde sus vinculaciones con el imperialismo pues muestran con descaro en sus viajes políticos, preferiblemente a los EEUU y también a Europa, su intermediación y compromiso con la derecha internacional.  La derecha venezolana no solamente está consciente de la gran conspiración internacional contra nuestro país sino que forma parte activa de ella. Tienen un papel que cumplir impuesto desde Washington : ganar las elecciones a Chávez en el 2012 o crear las condiciones de una intervención militar norteamericana.

 Hay varias interrogantes que podríamos hacernos: Será inminente una invasión a Venezuela por fuerzas militares extranjeras?  Por qué  el imperialismo invadiría a un país estructuralmente capitalista, socio comercial de los EEUU, democrático, con libertad y respetuoso de los derechos humanos?  Será suficiente el odio a Chávez por el Departamento de Estado y por la extrema derecha norteamericana  para lanzar a los EEUU a una aventura contra la soberanía nacional de Venezuela?  Por qué el imperialismo no se plantea invadir también  a Cuba u otro país del ALBA?  Desestimará el imperialismo la fuerza democrática de la derecha venezolana para derrotar electoralmente a Chávez en el 2012? Podrían ser las amenazas de invasión por el imperialismo un disuasivo importante para debilitar la fuerza electoral de Chávez ? Todas estas interrogantes deben ser analizadas con mucho cuidado para saber a qué atenernos. Sería interesante conocer qué piensa la minoritaria izquierda no electoral en Venezuela y la existente en otros países. Nos referimos al pensamiento de los revolucionarios que no creen en el camino electoral para lograr una transformación revolucionaria de la sociedad: marxistas, anarquistas o simplemente los partidarios de la lucha armada.  Sabemos que muchos de estos grupos discrepan del proceso venezolano encabezado por Chávez,  porque lo consideran contaminado con los vicios del capitalismo de Estado predominante en Venezuela así como con el capital y el concepto delas relaciones capitalistas de producción de países industrializados diferentes a los EEUU como China, Rusia y otros. 

 Nadie puede asegurar que Venezuela será invadida por EEUU en cualquier momento de los próximos dos años pero tampoco nadie, en su sano juicio, puede negarlo en forma absoluta. Entonces ante ese posible escenario de conflicto hay que prepararse y fijar posición incluyendo  la izquierda no electoral presente en Venezuela y en el mundo. La Fuerza Armada Bolivariana maneja el concepto de la guerra de resistencia asimétrica pero eso no es suficiente. Chávez tiene que clarificar la decisión de entregarle armas tácticas de combate al pueblo ante la disolución, de hecho, del ejército regular el cual sería abatido por el poder de fuego imperial en menos de 72 horas de iniciada la invasión. La  Milicia Bolivariana pasaría a ser la fuerza militar principal en esta etapa de liberación nacional pero todos sabemos que en la actualidad es tratada, en la práctica, como la cenicienta de nuestra Fuerza Armada. 

 Las experiencias de Jacobo Arbenz  en Guatemala, de Juan Bosch en la República Dominicana, de Salvador Allende en Chile, de Jean Bertrand Arístide  en Haití y la más recientemente de Manuel Zelaya en Honduras , cada una con sus particularidades, tienen en común la caída de gobiernos democráticos derrocados por los EEUU.  A los norteamericanos sólo les importa que les rindan pleitesía en su patio trasero y quienes no se dobleguen a sus intereses dominantes son sentenciados a ser sacados por la fuerza.

 La cultura imperial norteamericana es insolente, soberbia y cruel. Los norteamericanos han demostrado en la historia que son capaces de cualquier barbaridad cuando se sienten supuestamente ofendidos, agredidos y humillados. Ejercen el autoritarismo exacerbado con sus desmedidas fuerzas agresoras cuando, con razón, son puesto en su sitio por seres considerados, por ellos, inferiores. Algunos sociólogos estudiosos de la psique imperial norteamericana dicen que no hay peor ofensa a un yanqui que cuando le tiran una trompetilla en su cara. La verdad es que Chávez lo hace simbólicamente a menudo y para el imperio el Presidente venezolano se ha transformado en una obsesión, en un punto de honor, en un enemigo personal que los ha descalificado y desafiado hasta el cansancio. Nada más satisfactorio para el imperialismo que ver a Chávez derrotado. Son factores subjetivos que a veces pesan en la toma de las decisiones.

 El imperio fracasó en Guantánamo pero mantiene a Cuba bloqueada desde hace 50 años. Cuba es para ellos un bastión invulnerable por el alto desarrollo político del pueblo cubano. El costo político de asesinar a 11 millones de cubanos no les conviene sobre todo al considerar que el sistema político cubano, según ellos, no es en este momento el ejemplo a seguir por los pueblos latinoamericanos aunque Fidel represente el faro y la guía de mayor autoridad ideológica y ética.  Además las riquezas naturales de la isla no son tan apetecibles para el imperio como sí lo es el botín petrolero de Venezuela.  

 La verdad es que  el poderío de la derecha electoral venezolana aliada al imperio norteamericano tiene un hándicap y es la falta de un candidato de la burguesía y de Washington que supere la popularidad de Chávez. El gobierno tiene muchas realizaciones, aciertos y desaciertos, avances y retrocesos, hechos cumplidos y retardos en la solución de necesidades sentidas pero Chávez conserva intacta su credibilidad para ser  reelecto en el 2012. La última encuesta de Datanálisis, encuestadora de la derecha, le da a Chávez en este momento más del 50% de popularidad.

 El tema de la posible invasión a Venezuela es un arma de doble filo porque el pueblo venezolano ha demostrado ser amante de la paz, nadie quiere la violencia y todo depende de la fuerza manipuladora de la derecha para hacer de esta amenaza, conocido su cinismo, desparpajo y facilidad para falsear la verdad, que puedan crear una matriz de opinión desvirtuando la imagen de Chávez  presentándola al electorado  como provocador, promotor y responsable de un posible conflicto armado.  Tal peregrina maniobra fuera posible si Chávez no contara con su credibilidad y gran poder de convencimiento.

 A mi juicio el imperialismo invadirá a Venezuela por una razón fundamental. No pueden permitir que nazca, prenda y se concrete una esperanza demoledora para el sistema capitalista mundial que se está experimentando en el laboratorio de la experiencia política venezolana. Ésta   es nada más y nada menos que el camino pacífico hacia el socialismo. En ninguna parte del mundo ni en Venezuela se ha podido demostrar ésta tesis. Tal hipótesis de concretarse volcaría la praxis histórica de la teoría revolucionaria en el mundo. El cambio estructural de la sociedad de  relaciones económicas de producción  capitalista a  relaciones socialistas de producción por una transición pacífica y democrática, si fuera posible, el imperialismo no lo puede permitir de ninguna manera porque sería un mal ejemplo de Venezuela para la región y el mundo. La intervención militar norteamericana obligaría al proceso venezolano a abandonar la vía pacífica por el de la lucha armada revolucionaria. No nos dejarían otra alternativa.

PATRIA SOCIALISTA O MUERTE!

VENCEREMOS!

(*)Profesor Universitario Jubilado

sergiobricenog@yahoo.com



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Sergio Briceño García(*)

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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