Los temores sobre una nueva recaída en la economía global vuelven aparecer, la ola de datos negativos ocurridos la semana pasada en EEUU, ponen en duda que el crecimiento global se consolide y los temores de una recesión tipo “W” vuelve a asomarse. Los efectos en Venezuela se harán sentir según lo que ocurra en las venideras semanas.
Por una parte el mercado petrolero espera la reunión de la OPEP, la cual se reúne en esta ocasión un poco más dividida que en situaciones anteriores. Los problemas de Libia, las sanciones de EEUU a Pdvsa, la demanda de crudo que ha tenido que cubrir Arabia Saudita y el precio del crudo son temas para una reunión un poco encendida. Aunque el tema central es si mantener la producción de crudo o aumentarla. No se ha planteado reducirla.
Por otra parte para finales de mes, en EEUU, la Reserva Federal deberá anunciar oficialmente si el plan de flexibilización cuantitativa llega a su fin, o si tendrá que aplicar un “Quantitative Easing 3”, debido a que los indicadores económicos son el reflejo que en Norteamérica no logran el crecimiento sostenido, el pasado viernes los datos de empleo decepcionaron y los mercados se fueron a la baja, con el riego de que el mundo bursátil se contagie de una ola vendedora o bajista en los próximos días.
El crudo retrocedió debido a que los malos datos de empleo apuntan a una menor demanda, sin embargo los precios del petróleo se mantienen altos, porque el dólar se encuentra debilitado. El crecimiento en EEUU va acompañado de inflación.
Si la OPEP decide aumentar la producción empujaría los precios del petróleo a la baja, sería una decisión de beneficio para los países consumidores con problemas de crecimiento, tal decisión carece de total fundamento, aún en el marco del plan de flexibilización de la FED, pues los países productores de petróleo no tienen por qué pagar la crisis de los consumidores. Corre el riesgo la OPEP de provocar en un ciclo bajista en la cotización del crudo, si al final del mes entonces la FED decide y es lo que la mayoría de analistas señala, finalizar la inyección de dólares al sistema financiero de EEUU.
Si la FED detiene la inyección de dinero, habrá una importante recuperación del dólar y los precios del petróleo junto a otras materias primas caerán, sin embargo llegarán a niveles aún considerados altos y dentro de la tendencia al alza, debido a que las tasas de interés en EEUU continúan en 0,25%, manteniendo relativa debilidad de la divisa estadounidense.
Pero la decisión de poner fin al programa de inyección de liquidez de la FED no sólo afectará al petróleo, sino a todos los mercados que referencian sus transacciones en la divisa USD, y es lo que se vio la semana pasada con los efectos que causó nada más el informe de creación de empleos privados (ADP) con nuevos 38 mil nuevos puestos de 170 mil esperados, desempleo subiendo a 9,1%, además de incremento de solicitudes de subsidios por desempleo.
La OPEP debe dejar las cosas como están. En caso de que la FED decida un QE3, que será más liquidez y más dinero de estímulos, que definitivamente será más inflación, entonces en esa ocasión y por el bien de muchos otros países que sufren los rigores de los precios del crudo, aumentar entonces sí la producción petrolera.
Escenarios posibles:
1) Si la OPEP aumenta la producción y la FED no emite un QE3, veremos el Brent a mediados de julio cerca de la zona de USD 70.
2) Si la OPEP mantiene la producción y la FED no emite un QE3, el precio de soporte se ubica en USD 90. Escenario más probable.
3) Si la OPEP aumenta la producción y la FED emite un QE3, los precios se mantendrán en un rango entre USD 115 y USD 150.
4) Si la OPEP mantiene la producción y la FED emite un nuevo QE3, veremos precios históricos del crudo rondando los USD 170 a 180 antes de finalizar el año. Escenario menos probable.
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