Nunca nos cansaremos
de citar la definición que de eso que modernamente se denomina “El
Imperio”, da el derechista estadounidense Lyndon Larouche
(Economista, Físico Nuclear y ex candidato a la presidencia por el
partido “Demócrata”), definición que adquiere relevancia, precisamente
por no tratarse de alguien identificado con el socialismo. Larouche
sostiene, en esencia, que ese imperio es fundamentalmente inglés (“Angloparlante”,
dice), seguido por su operador, el gobierno permanente de la ex República
de los Estados Unidos. Lo de ex
República representa, a su vez, la tesis del historiador, también
estadounidense, Dr. Richard Dolan, quien considera incompatible
el espíritu de una república con las prácticas internacionales de
invasión y violación de los derechos humanos que tipifican el comportamiento
internacional de ese país (en negrita las palabras claves para investigar
en Internet).
Irak, Libia y Afganistán
representan, tan sólo, la última embestida imperial, pero hay quienes
mencionan unas 36 guerras desde que Abraham Lincon soñó con
una verdadera república, que además sería modelo de eso que la humanidad
denomina “la libertad”; es bueno señalar que en algunas de esas
guerras han utilizado bombas atómicas, asesinando a cientos de
miles de civiles inocentes, con todos los efectos genéticos que tales
armas implican, mientras en otras han utilizado bombas mutágenas,
cuyo efecto dura miles de años (caso de los defoliadores lanzados en
Vietnam), mientras en otras, como esta cuyo teatro es el Medio Oriente,
término que – por cierto – subraya el egoísmo occidental, pues
ese Medio Oriente no es otra cosa que el Sudoeste Asiático, en otras
guerras – insistimos– no han vacilado en arrojar miles de toneladas
de Uranio Sucio, demostrando, así, el mayor desprecio por la vida que
pueda concebirse en ese ámbito absurdo e inhumano de las guerras…
o de la guerra: esa única gran guerra fratricida del hombre contra
sí mismo, a que pueden reducirse todas las guerras, en palabras de
Pierre Teilhard de Chardin.
Cuando uno analiza el
caso de Libia, centrándose en la pregunta ¿Qué le han hecho
los libios a la “civilizada” Europa o a la ex República de
los Estados Unidos, para que se empeñen en asesinar a su pueblo?
¿Será que de verdad les interesa que los países árabes sean
verdaderamente libres?... Cuando uno analiza la manera como la “civilizada”
Europa, a través de su OTAN, frente armado del neoimperio en ese continente
y ahora EN EL MUNDO, bombardea a un pueblo que no les ha hecho absolutamente
nada, no puede menos que recordar las intervenciones teóricas de los
europeos en el establecimiento de los derechos humanos en el ámbito
global, para concluir que esos derechos y la vida de los civiles les
sabe a pus, por no decir otra palabra…
Uno no sabe si el cuentecito
ese del “error”, nos referimos a los asesinatos de niños y civiles
inocentes por “error”, es una excusa, una mamadera de gallo o una
burla cínica y descarada, al menos de que se dé cuenta de que a ese
“error” sólo le falta una “T” al principio, la misma “T”
de OTAN (Organización Tenebrosa Asesina de Naciones), para convertirse
en TERROR.
¿Y las Naciones Unidas? Bien, gracias: desunidas… ¿Y el Consejo de “Seguridad”? Pues cumpliendo bien su papel de apoyo a las acciones imperiales.