Venezuela, un juego peligroso

Existe en el gobierno de Venezuela, un grupo de dirigentes políticos que llamándose progresistas, desvirtúan las estructuras del Proyecto Simón Bolívar y juegan a la intervención del Estado por parte de fuerzas foráneas aliándose con movimientos de la centro derecha, dañando de esta manera el sistema político y la identidad de los pueblos, rompiendo las normas jurídicas, como los estatutos que rigen los partidos políticos. Estos líderes reflejan el interés de micro partidos que han ensamblado una vieja enseñanza de disuasión para tener beneficios de cargos en la Asamblea Nacional y en las instituciones ministeriales de carácter sociojurídico.

El tema de la inseguridad no se puede politizar. Es necesario conformar una agenda de trabajo que, conlleve a un fin común y de esta manera llegar a un consenso. El dirigente, José Albornoz viene actuando de una manera critica con visos de insenciridad al gobierno nacional, porque su organización partidista Patria Para Todos, conforma el viejo Polo Patriótico y su voz es autorizada en el seno ideológico venezolano y resulta extraño, ahora, sus contradicciones ante la realidad nacional, cuando ha estado participando en el gobierno bolivariano desde doce años atrás.

Por otro lado, el pueblo venezolano le viene dando un voto de confianza a las Fuerza Armada Nacional Bolivariana, cuyos integrantes se encuentran dispuestos a resguardar la patria junto a los Comités de Base Urbanos, Juntas Comunales, el pueblo y las Milicias Bolivarianas.

El escapulario, La Biblia y la fe, constituyen tres elementos históricos y antropológicos que se mueven en la unidad de los colectivos para aupar el carácter político y energético de nuestro país y, constituye una expresión cotidiana, sincera como honesta hacia Jesús, motivando a la oración por nuestro presidente Hugo Chávez Frías, los grupos tribales y colectivos que se organizan según sus propias leyes.

En este sentido, la Organización de Naciones Unidas, no viene cumpliendo con su accionar político y viene originando situaciones incomodas en el Medio Oriente e inquietud hacia Latinoamérica. La primera instancia universal es atacar a los pueblos empobrecidos y aquellos que poseen riquezas energéticas en el subsuelo. Otra situación de éste organismo internacional es aceptar la mentira como verdad. El capitalismo revela una crisis y tras sus mentiras, Libia evidencia la acción de su desgaste. Busca fuentes de recursos en un mundo globalizado, donde cualquier tarima puede jugar con la salud de los pueblos. La muerte de africanos negros, dedicados a la industria de la construcción, nos indica el racismo impuesto por aquellos que insurpan la verdad y que utilizan bombas de ensayo y químicos que detonan la genética humana.

A pesar de los criterios religiosos, tanto Occidente como Oriente reflejan un acontecer histórico autónomo, vislumbrándose movimientos que aupan por la democracia y reflejan una visión autóctona por los valores democráticos y que solo la libertad inspira esa lucha por la justicia social. Las grandes potencias mundiales usurpan el derecho a la vida de los pueblos y destruyen sus bases políticas tribales, con el solo fin de controlar sus fuentes de energía, es lamentable que líderes nacionales de nuestra democracia se presten a una falsa interpretación de una realidad geopolítica y surjan criterios sobre una posible invasión a Latinoamérica de fuerzas foráneas hacia el macizo guayanés y el corazón amazónico. De verdad, es una irresponsabilidad, aunque no sea afín a nuestro presidente de esta República Bolivariana de Venezuela.

La violencia guerrerista y urbana en el orbe, refleja un componente político y por eso, no debe existir una solución esquemática al problema de los colectivos, sino, debemos avanzar a una esencia de diagnostico para lograr un poder estatal consono que, desempeñe cabalmente sus funciones de regulación del poder urbano, darle entrada al extraño, es desplomar el país.


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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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