Los imperios europeos dejaron de serlo, aunque sólo en apariencia, no por voluntad propia, ni por una toma de conciencia, sino por circunstancias históricas labradas por ellos mismos, engendradas por sus guerras intestinas, que se desbordaron en las dos guerras mundiales, o las revoluciones a que los pueblos explotados recurrieron para liberarse de ellos, como en el caso de Venezuela con Bolívar… Pero las oligarquías y los aparatos industrial-militares que sustentaban esos imperios, sobrevivían a esas situaciones, buscando, naturalmente, otras expresiones y oportunidades para continuar saqueando a la humanidad, como lo habían venido haciendo, prácticamente, desde que el Imperio Romano se extinguiera en su propia decadencia; Oswaldo Spengler lo previó, en su Decadencia de Occidente, como una especie de ley cíclica que se repetiría ahora, cuando la crisis sistémica del actual neo-imperio angloparlante, conformado por el eje Estados Unidos-Inglaterra, respaldada, esta última, por la civilizada UE y su consabida OTAN, cuya estructura toda se ha venido perfilando como una fuerza neo imperial sui generis, que amenaza, en el ámbito planetario, a toda nación que no se someta a sus designios.
Dentro de esa estructura ocupa un papel fundamental el autodenominado “Grupo de los Ocho”, cuyos cabecillas dominan, prácticamente, a ese esperpento llamado “Concejo de Seguridad”, que actúa como operador del mencionado neo imperio anglófono, con la situación ambigua de Rusia y China, que han hibridado sus economías para sobrevivir, convirtiéndose en una especie de avaladores pasivos de la fechorías de este Grupillo, que ya ha hecho historia en eso de invadir y bombardear pueblos, especializándose en asesinar por error… Curiosamente, si le quitamos la T a OTAN, anteponiéndosela a la palabra error, tan utilizada por las fuerzas “especiales” del Pentágono y de la civilizada Europa, pues queda la palabra clave: ¡Terror!. Es interesante que el calificativo de “especiales”, sea inseparable de “probadoras de armas”, y lo que es peor aun, de la práctica consistente en utilizar el Uranio Sucio en las balas de los cañones, lo cual le da más capacidad de impacto, para no mencionar el hecho de que generan contaminación mutágena, es decir, radioactividad, en el sitio, durante cientos y hasta miles de años.
Al resto de los países del Sur del mundo que deseen sobrevivir en lo que respecta a una verdadera independencia política, no les queda sino un solo camino: UNIRSE… de lo contrario correrían la misma suerte que Afganistán y Libia.
Algunos términos usados por los medios controlados y la “diplomacia” neo imperial.
“COMUNIDAD DE NACIONES”: Conjunto de naciones que avalan las acciones del dúo EU-UE; las demás no cuentan.
“NACIONES UNIDAS”: Naciones desunidas… nadie puede entender, cabalmente, por qué ningún país ha propuesto, con carácter serio y definitivo, que esa estructura antidemocrática y decorativa, sea replanteada en términos verdaderamente participativos y de derecho internacional, en lo que respecta a los miembros que no representan a las potencias que integran el Consejo de “seguridad”, los cuales ejercen – de hecho – una especie de chantaje nuclear, pues ellos, que sí poseen miles de bombas atómicas, etc., no permiten que ningún otro país fabrique, tan siquiera, un reactor nuclear.
“CONSEJO DE SEGURIDAD”:
Operador que maneja a su antojo las decisiones reales y efectivas de
las ONU, imperando, mediante el derecho a veto y las decisiones a ultranza,
sin consultar ni tener en cuenta, para nada, el consenso que pueda haber
por parte de la Asamblea general. ¿Y Rusia y China?: ¡Bien gracias!...
al respecto nos dice Inocencio Félix Arias Llamas: “El
denominado ‘derecho a veto’ es un privilegio absurdo,
excesivo, obsoleto y antidemocrático. No está
de acuerdo con la situación internacional actual. Que exista
el veto como existe actualmente es algo inconcebible y no resiste, en
justicia, ningún análisis”.
