El gobierno estadounidense está entre aquéllos más cínicos del orbe. No sólo no constituyen ningún modelo de democracia, sino que sus actuaciones se asimilan a las de los regímenes más despreciables que hayan existido hasta ahora. De no ser la potencia militar y económica que todavía son, con toda seguridad muchos de sus presidentes y demás gobernantes estarían siendo juzgados por delitos de lesa humanidad. Su cinismo es histórico y el daño directo producido a multitud de naciones es incalculable y superior al generado por las actuaciones de todos los gobiernos dictatoriales y genocidas que haya habido hasta ahora sobre la tierra. Y no estoy exagerando, ni siendo histriónico en absoluto. Me remito a los hechos ocurridos, para llegar a la conclusión anterior.
Se la pasan elaborando listas negras de cuanta cosa se les ocurre, pero ignoran desdeñosamente que los primeros en encabezarlas deberían ser ellos mismos. Denuncian la existencia de torturas en ciertos estados nacionales y esconden, ignoran o desconocen, las que ellos directa e indirectamente realizan en diferentes partes del mundo, Guantánamo entre ellas, en cárceles donde la regla es la inexistencia de derechos de los prisioneros y el tratamiento inmisericorde de los mismos. Allí torturan en las formas más terribles a quienes creen sus enemigos, los cuales no tienen posibilidad de ser identificados como detenidos, mucho menos visitados, ni defendidos, ni asistidos médicamente, mientras los responsables de estas acciones con descaro arguyen que en esos lugares no se aplican las leyes estadounidenses. Impunidad y el cinismo total.
Su “honorable” congreso, con la excusa de garantizar la seguridad interna de sus nacionales, ha legalizado la producción de martirios y tormentos como métodos comunes a en los interrogatorios y tratamiento de los sospechosos de actividades antinacionales. Han sido muy evidentes las acciones de sus policías en la represión reciente de manifestantes pacíficos, que dejan pálidas las actuaciones de los agentes venezolanos del orden público de todos los tiempos. ¿Policía represiva? La estadounidense. El pretexto de la lucha anti-terrorista los ha llevado a ejecutar actos de terrorismo de Estado, que es el peor terrorismo que pueda existir. En Irak y Afganistán han asesinado a muchísimas más gente que la que murió en el atentado de las Torres Gemelas, utilizado como subterfugio para la realización de aquellos asesinatos.
Acusan de narcotraficantes a funcionarios de gobiernos mal vistos, pero sus poderosos carteles de la droga actúan amparados por estos acusadores. Condenan a todo un grupo gobernante, mediante una “lista negra”, de nexos con organizaciones calificadas por ellos de terroristas, pero en la lista no aparecen ellos, autores de acuerdos con Al Qaeda en Libia, Yemen y Egipto. Y con todo esto, tenemos políticos que acuden a estos delincuentes para lograr financiamiento y apoyo. ¡Por favor!
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