La nueva clase social: los excluidos

El aumento de la población es proporcional a las clases sociales, la base de la pirámide, los pobres es la que mas se reproduce, la pregunta es: ¿necesita tanta gente el sistema o le estamos sobrando y por eso sus políticas de guerra y de muerte? 

La especie humana debió aprender a convivir en un planeta que no le pertenece sino al que pertenecemos como raza, junto peces, aves y animales, plantas, flores, nubes y ríos. Pero no fue así, el poder de la capacidad de predominio construye mega metrópolis, industrias, ciudades y rascacielos. Fuimos depredando la selva y supeditando todos los recursos a nuestra “sociedad”. Ello movido por el motor de la avaricia antes que por cualquier valor humano, crecer para tener más ha sido la necesidad de la sociedad mercantilista, mientras más consumidores, mas ganancia. 

La vorágine capitalista hundió sus raíces infectas en cuanto recurso natural existe, hoy han cambiado sus paradigmas, la finitud de los recursos, la finitud del espacio geográfico y la finitud del sistema ecológico dibujan un nuevo mapa. Al imperio ya le importa más su propia supervivencia y para alargar la vida de un planeta vilmente vulnerado, la solución más práctica es reducir por medio de las guerras y las tragedias inducidas la cantidad de pobladores, menos seres humanos será traducido en un ahorro energético y de recursos, menos aire que se contamina, menos agua que se gasta, menos energía que se consume. El más dantesco período del imperialismo comienza a desatarse tras las llamadas empíricamente crisis económicas mundiales.  

Estas crisis cada vez más permanentes e insalvables terminan siendo la gran excusa para la exclusión. La responsabilidad de brindar calidad de vida a esta humanidad creciente no es asumida por los grandes capitales, es para ellos un estorbo. Por tanto la crisis sirve para justificar despidos y reducciones importantes en los mercados, que por supuesto generan miseria, hambre y desprotección pero no en las clases dominantes, solo en las clases medias y bajas. Es la mejor manera de redimensionar la sociedad de explotación en su propio beneficio. 

La crisis económica y política es generada para provocar guerras y catástrofes que en fin de cuenta redundarán en “los reconstructores del mundo” cuyas transnacionales cobrarán por “salvar” a los países afectados por sus últimas guerras y desastres inducidos, los terremotos, las inundaciones, las sequías no son solo el producto del desequilibrio `producido por la profanación de nuestros recursos ambientales, son parte del arsenal que junto a los drones, a las bombas y misiles, atacarán a nuestra especie para crear una nueva clase social de excluidos innecesarios para mantener en nuevas dimensiones a los dueños del mundo. 

Al imperio no le preocupan las crisis, el las crea para moverse dentro de su charco de excrementos, al imperio no le es relevante tener que asistir la salud de tantas y tantos humanos  como obligación de sus gobiernos, menos financiar la pensión a los jubilados. Enfermos y ancianos son sobras que ya no producen ganancia y por tanto el imperio trata de deslastrarse de la responsabilidad sobre estas poblaciones, además de reducir notablemente los porcentajes que va a usar de la juventud como clase obrera o como clase profesional para mantener funcionando sus industrias. Ya la superpoblación mundial no les pide más consumidores, basta y sobra con los que tiene, su mundo de compra y venta, sus ganancias no son afectadas por la crisis, ésta se lleva a los pretendientes de riqueza, a los nuevo ricos, a los arribistas pequeño burgueses, pero la verdadera clase imperial se maneja en términos realmente dantescos al planificar el futuro de este planeta. 

Este año y los próximos seguirá sus políticas de exclusión social y de dominio por la fuerza de las áreas de importancia por tener lo que lo alimente: petróleo y agua es el menú en la mesa imperial, por tanto su empecinamiento por Irán y todo el continente suramericano. Veremos como la “crisis” justificará nuevas guerras tan descaradamente imperiales como la que arrebató a Libia de su proceso para ser la reserva de agua y petróleo de Francia, Inglaterra, Alemania y EE.UU. Veremos crecer más y más a los parados, indignados y embargados por los imperios financieros, el imperio está creando una nueva clase sin posibilidad de espacio en este mundo. Deberá sobrevivir de la basura y la rapiña por hambre, o deberá morir y desaparecer. 

Las nuevas luchas sociales deben conformarse con las visiones futuristas que el mismo imperio está usando, hay que globalizar la respuesta revolucionaria y enfrentar la peor de las etapas del imperialismo. 

Viviremos y venceremos. 

brachoraul@gmail.com



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Raúl Bracho


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