La situación mundial está candente. Los países de todo el Orbe fijan sus posiciones y cuando decimos todos es porque son todos. Los Estados Hundidos y sus aliados fijan su posición imperialista haciendo parecer con sus actitudes guerristas que la cosa sigue igual que antes, cuando toitomundo sabe que su economía y falsa moral no resiste más remiendos. Los países que tratan de hacer respetar sus soberanías ya manifiestan públicamente que no transan sus decisiones y los gobiernos emergentes y los que apodan tercermundistas se calientan y buscan el cómo ser verdaderamente libres. Aún los gobierno lacayos están calladitos y los hombres y mujeres serviles piensan sin descanso el lio desabrido donde los egoísmos y ambiciones los condujeron.
El 99% está claro y por más que la prensa servil impida el hacer conocer el enojo y la indignación de los machohembras del planeta, la información se filtra y no hay quien aguante las protestas y otras manifestaciones que vemos a diario. Estamos claros y sabemos lo que tenemos que hacer. Sabemos que no podemos dar marcha atrás; sabemos que la mismísima Tierra que siente nuestro enojo está de nuestra parte. Niños y niñas, jóvenes, adultos y mayores lo discuten y lo saben discutir en cualquier punto de la geografía mundial.
El 1% y sus seguidores tratan de ocultar la realidad y buscan en sus entrepiernas y no consiguen las que cuelgan. No las consiguen porque el susto las escondió. El 1% lo sabe y, sus oportunistas seguidores y lacayos se aprovechan de sus miedos y los explota sin contemplación. Por desgracia, los oportunistas de esa clase que les sigue, descarga sus frustraciones contra sus hermanos de los pueblos siendo ellos lo mismo. Sus seguidores nos hacen mucho daño pero, están cansados de ser herramientas desechables.
Militares, policías, mercenarios y lacayos que hacen el mandado al 1%, también saben el indignante papel que hacen. Ya saben, recalco, que la oligarquía, la cual rebautizamos como el 1%, no es otra cosa que la total desviación de los principios humanos básicos; es el 1% de hombres y mujeres desalmados que se tomó gobiernos, economía y la conciencia de la población mundial y castró el desarrollo mental y material de todos.
Ya sabemos que son el pequeño grupo que se hizo parecer los “mejores” por milenios y se tomaron la dirección en todos los ámbitos de la vida planetaria, pero su desviación los condujo a ser “mejores” para sí mismos. Su connotación negativa es la causa de los males que sufrimos en conjunto y estamos claros que cuando mencionamos donde se encuentran, sabemos que están camuflados en la economía, en las religiones, en la política, las ciencias y lo militar.
Están asustados porque la claridad que tenemos atañe a todos y todas las victimas que por siglos fuimos; y sabemos que no lo ignoramos todo por pereza al conocimientos total, sino que fuimos sometidos con asesinatos y desapariciones físicas y mental a sangre y fuego. Nos sometieron, nos engañaron por siglos, pero se acabó el tiempo de los engaños y, o ellos lo deben aceptar, o nosotros los obligamos a aceptar.
El discurso del mensajero imperial, Barak Obama, demostró una vez más que su gobierno depende del embuste centenario de ser potencia, cuando sólo mencionó empresas privadas e inversiones de las multinacionales en manos del 1% para qué continué siendo su árbitro en lo económico y social. Mencionó salvadores a monopolios financieros para soluciones a su decadente economía, la seguridad social, el desempleo y su violencia, demostrando que seguirán siendo los plutócratas quienes tendrán la preponderancia en ese Estado fallido. Craso error de visión universal, además de ser el mensaje que pretenden seguir los precandidatos a la presidencia de Venezuela, y de seguro que es la misma consigna de los serviles que tienen por el Mundo.
El 99% está claro y conoce el discurso de subterfugio que se USA para embolatar a los incautos; que viéndolo bien, ya no existen incautos, porque quienes aplauden las palabras de la derecha mundial también los engañan porque sólo aplauden para ser vistos y quizás “escogidos” para tratar de ser incluidos en lo que excluye. Estamos claros y sabemos que tiemblan las que sabemos. Creyeron que el hombre y la mujer dominados continuarían en la misma. Estamos claros y aún sus engañabobos con sotanas y artilugios religiosos y mentales son reconocidos como elementos del paquete espiritual. Estamos claros, porque poco a poco se ve la migración de lo que aliena hacia lo que libera.
Ya no comemos cuento de trajes hechos a medida y corbatas listadas que cuestan más que los salarios de miles de millones de hombres y mujeres en maquilas y otras fábricas del mal llamado tercer mundo. No comemos cuento de sus noticieros con hermosas palangristas y analistas con bozal. No comemos cuento de actores subliminales ni poetas o escritores mercantiles. Estamos claros y continuaremos aclarando las cosas y ellos… con sus guevas temblorosas y encogidas.
¡Independencia y patria socialista!
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